En una entrevista que dio a un podcast, Ruby Barker dijo que tuvo problemas de salud mental y que no recibió el apoyo necesario durante el rodaje de Bridgerton.
Por Walter Chunga
La serie dramática de época Bridgerton se ha convertido en una de las preferidas de la audiencia en el mundo. Los actores de la serie de Netflix alcanzaron fama internacional de manera muy rápida, siendo el foco de la atención de millones de personas. Sin embargo, esta fama, en muchas ocasiones está acompañada de una gran presión que no es fácil de sobrellevar.
Este es el caso de Ruby Barker, quien dio vida a Marina Thompson en las dos primeras temporadas. La actriz, de 26 años, interpretó el papel de una prima lejana de los Featherington. La chica llega del campo a la ciudad embarazada de una relación secreta y tratan de emparentarla con Colin Bridgerton para encubrir su error, pero el chico acaba por descubrir la mentira.
Ruby confesó que su salud mental comenzó a deteriorarse mientras grababa Bridgerton. “Durante el rodaje me estaba deteriorando. Fue un lugar realmente atormentador para mí porque mi personaje estaba muy alienado, muy condenado al ostracismo, solo en estas horribles circunstancias”, manifestó la actriz en el podcast LOAF.
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Actriz de The Bridgerton dijo que ni una sola persona de Netflix se contactó con ella para mostrarle su apoyo
Barker también contó que acudió al hospital una semana después de grabar la primera temporada de Bridgerton. “Todo estaba encubierto y mantenido en secreto porque el programa iba a salir. Ni una sola persona de Netflix, ni de Shondaland, desde que tuve dos brotes psicóticos en ese programa, se han puesto en contacto conmigo o me han enviado un correo electrónico para preguntarme si estoy bien o si necesitaría algún tipo de cuidado posterior o apoyo”.
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La artista estuvo varios meses internada en el hospital y su salida coincidió con el estreno de la serie de época. Ruby Barker manifestó que su vida comenzó a cambiar a un ritmo vertiginoso, ya que la ficción comenzó a llamar la atención de muchas personas. “Mi vida estaba cambiando drásticamente de la noche a la mañana y, sin embargo, todavía no había apoyo y todavía no ha habido ningún apoyo en todo ese tiempo”, afirmó. Lejos de tirar la toalla, la actriz se esforzó mucho por “actuar como si estuviera bien”, repitiéndose a sí misma: “Estoy bien. Puedo trabajar. No hay problema”.
Además, agregó: “Es casi como si tuviera una especie de pistola invisible metafórica en mi cabeza para vender este programa porque es alegre y divertido. ¡No quiero salir y hablar mal sobre esto porque entonces podría no volver a trabajar!”.
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