Descendiente de una familia de artistas, desde muy chica supo que lo suyo era la música. Incursionó en la salsa y logró hacerse un nombre, pero al poco tiempo descubrió que sus sueños no iban en torno a este género. COSAS conversó en exclusiva con Asmir Young, una de las principales promesas del género urbano en nuestro país, quien cierra un gran año en su carrera logrando posicionarse con gran éxito en la complicada industria musical peruana.

Por Diego Ochoa Acosta Fotos Andrés Espinoza

Aún no terminaba el colegio cuando sus ganas de trabajar e incursionar en la música la llevaron a ser parte de una popular agrupación de salsa, logrando tener una fuente de ingreso económico estable y formando una comunidad que la apoyaba en lo que hacía. No pasó mucho tiempo para que descubriera que su verdadera pasión era el género urbano, por lo que decidió dar un paso al costado de la industria salsera y comenzar desde cero. “Aproximadamente, la mitad de mis seguidores decidieron dejar de seguirme y no apoyar mi nueva música’’, cuenta.

Asmir incursionó en la industria de la salsa cuando solo tenía 17 años. Su talento y carisma le permitieron seguir adelante.

Desde ese momento, tuvo claro que no tendría una tarea fácil en el género urbano, pero nada de eso logró desanimarla. Cuatro años después, siente que por fin este año ha logrado que diversas personas puedan conocer y apoyar su música, consiguiendo una gran legión de seguidores en redes sociales. “A veces puedo estar triste, pero no me puedo permitir estar mucho tiempo así, porque tengo que mantener el foco. Puede ser complicado, porque los artistas somos bastante vulnerables y sensibles. Sin embargo, dentro de eso, siento que la fuerza y el amor por lo que hacemos nunca se debe perder’’, afirma Asmir.

Comenzaste haciendo salsa. ¿Cómo se dio este cambio drástico en tu carrera?

A los 17 comencé a trabajar en mi primera orquesta conocida, y fue gracias a mi prima Shantall, que me llevó a un casting en el que terminé quedando. Yo estaba en busca de un trabajo. En ese momento trabajaba con mi padre en diferentes orquestas, cantaba diferentes géneros, como cumbia, huayno, canciones en inglés y de todo un poco. Pasar a estar en escenarios más grandes, como los que me ofrecía esta orquesta, era una oportunidad para crecer como artista y agarrar cancha, pero la salsa no era algo que me apasionaba al 100%. Aprendí muchísimo, y creo que soy como una esponja que absorbe lo mejor de todo lo que me enseñaron en las orquestas en las que estuve: supe atrapar y conectar con el público también a través de la salsa.

¿Cómo ha sido para ti la experiencia de crecer en la industria musical siendo una mujer?

Ha sido muy difícil para mí empezar, como mujer y como artista, tocar las puertas y que me digan que no porque soy artista peruana y eso no vende. Esos eran los comentarios que me chocaron, pero fui entendiendo que sí lo íbamos a poder lograr con el tiempo y con más apoyo, como el que he recibido este año. Yo ya tenía un público ganado en la salsa. Tuve que trabajar desde cero para poder ganarme a ese público nuevo que consumía música urbana, que era muy diferente, era otro tipo de mercado, y así fueron estos cuatro años que he trabajado muchísimo; nunca paré ni en cuarentena, y ahora he logrado ganarme un público bastante fiel, que me sigue hasta mis conciertos, están siempre escuchando mis canciones en Spotify, y eso es algo muy valioso para mí.

¿Cuál fue el indicador para que tú notaras que estabas llegando a más personas con la música urbana?

En cuarentena, los artistas publicábamos música a través de nuestras redes sociales porque estábamos metidos en casa. Bastantes productores llegaron a mí porque me conocieron por TikTok o por Instagram, y eso fue genial. Fui aumentando los números en mi Spotify y se armó una comunidad bonita, mientras que yo iba sacando más música, más lanzamientos. Cada año he ido ganando un público nuevo, y definitivamente las redes han sido de bastante ayuda para mi carrera.

En el género urbano siempre se ha hablado acerca de la sexualización hacia las mujeres de parte de muchos cantantes en sus letras. ¿Cuál es tu punto de vista sobre este tema?

Es un tema bastante sensible, porque hay mucho público que toma esto de una forma hiriente. Tengo muy claro que hay palabras muy fuertes que siento que algunos cantantes han normalizado usar, y la verdad es que tampoco me siento cómoda que se les hable así a las mujeres. Yo, por ejemplo, me siento en la libertad de poder utilizar algunas palabras con el fin de narrar algo sexi sin la necesidad de ir más allá, y creo también que las mujeres podemos cantar y decir muchísimas cosas de la misma forma que lo hacen los hombres, y no tiene nada de malo.

Últimamente ha habido toda una polémica sobre las diversas declaraciones de la cantante Leslie Shaw sobre la industria musical peruana. Varios artistas del género urbano han salido en su contra. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Siento que en el Perú hay buenas producciones, hay buenos artistas, hay buenos compositores y no hay nada que envidiar de afuera. Aquí hay muchos artistas que están trabajando duro, y como tal, es feo menospreciar a tu gente. Creo que si en algún momento –que sé que va pasar– logro despegar, yo ayudaría a mis colegas que la están luchando, porque yo he luchado como ellos, sé lo difícil que es esta industria, tanto en lo monetario, porque hay que invertir para la carrera, y a veces es difícil cuando uno es artista independiente y realmente paga solo sus cosas. Entonces, creo que esas opiniones están un poquito de más, yo creo que Leslie se fue un poco de boca al decir todas esas cosas acerca de los productores, de las mezclas, de su gente de aquí del Perú.

Agradecimientos
Makeup: Jhoanna Villegas Palomino
Hairstyle: Abraham Chicoma

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