Es la onomatopeya latina que usamos para referirnos al acto de llamar a la puerta, pero es también el título de una obra de teatro que nos presenta a diversos y divertidos pacientes que padecen de algún tipo de trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Escrita por el francés Laurent Baffie, Toc*Toc es una de las comedias más exitosas que se ha presentado sobre las tablas limeñas y es por eso que ha sido repuesta en una nueva temporada que se extenderá hasta el 7 de noviembre. Nosotros fuimos hasta el Teatro Pirandello, donde se presenta actualmente, para conversar con una de las integrantes del elenco. Nos juntamos con Wendy Ramos y esto fue lo que nos contó.
¿Qué se siente reponer Toc*Toc?
Es una alegría por varios motivos, por lo que goza el público. Nunca he visto a un público divertirse tanto. Además por el elenco. Lo hemos trabajado tantos años que es un gusto volver a vernos todos los días.
¿Es difícil mantener la concentración con tantas risas del otro lado?
No, no. Es como gasolina. Porque escuchas cómo va y te da más ganar de seguir adelante. Sólo al principio estábamos muertas de miedo porque no sabíamos cómo iba a reaccionar el público.
¿Qué clase de TOC tiene tu personaje?
Tiene el TOC de la verificación. A cada rato piensa si apagó las luces, ve si sus cuatro tarjetas siguen siendo cuatro.
¿Tú tienes algún tipo de obsesión?
Creo que todos tienen formas peculiares de comer. En mi caso, voy comiendo de a pocos, sin que se mezclen las cosas. Y lo que me gusta lo dejo siempre para el final. (Ríe) Pero lo estoy llevando bien, lo estoy llevando bien.
Como actriz, ¿qué tanto disfrutas de un personaje y una obra como esta?
De la obra disfruto mucho porque es una comedia, porque estoy con increíbles actores y aprendo cada noche de ellos. Y del personaje disfruto que es un poco detestable. Ya tenía defectos pero yo he ido agregándole más cosas. Y eso sirve para enseñarle al público qué tan molestosas pueden ser ciertas actitudes.
¿Qué convicción te llevó a ser uno de los rostros mediáticos más activos en Ni Una Menos?
Ahí fue más como mujer. A mí me conmovió mucho. Todo empezó con las denuncias que se hicieron con el Poder Judicial. Luego se creó el grupo y la gente empezó a contar sus testimonios. Y yo me quedé horas leyéndolo y no podía creerlo. Ahí llegamos a ser miles de mujeres. Veías eso y te pasabas de vuelta y terminabas llorando, porque no creo que haya mujer a la que no le haya pasado algo así, que le hayan metido la mano en la calle o que le hayan gritado algo horrible. A mí me pasaba eso cuando iba al colegio de chiquita. Para mí era así: “en el micro, te meten la mano”. Y hablar de esto no era hablar de un solo lobo, porque no era y no es cuestión de atrapar a una sola persona y ya, se acabó, sino que son muchos.
Ahora, después del éxito que tuvo la movilización, ¿qué piensas hacer tú individualmente con respecto a esta causa?
Cuando una cosa me jode mucho necesito hacer algo. Y necesito hacer algo con ese tema. No sé bien qué podría ser, pero voy a hacer algo. Tenía un proyecto guardado para el próximo año, pero me faltaba un motivo. Y este es un tema que me ha tocado bastante. Así que me provoca hacer algo con eso, para trabajarlo con niños, porque creo que todo empieza desde ahí, para entender esto de que nadie es menos, ni que nadie es tu adorno o tu juguete.
Por Omar Mejía Yóplac
Video y fotos de Jimena Gallarday