Jazmín Pinedo Chau tiene 33 años y una carrera televisiva que se ha mantenido vigente con el paso del tiempo. Su forma directa de comunicar y su poco miedo a ser frontal la han llevado a ganarse el cariño de miles de peruanos. Jazmín nos cuenta sus inicios y cómo aprendió a entender la vida mientras veía crecer a su hija Khaleesi.
Por Diego Ochoa Acosta Fotos Jacques Ferrand
En los primeros años de su adolescencia, debido al trabajo de su papá, Jazmín y toda su familia se mudaron a La Merced; y sin planearlo, fue ahí donde comenzó su carrera. En esa ciudad se realizaba un concurso llamado “Miss Selva Central”. A Jazmín esto no le llamaba la atención, pero el destino tenía otros planes para ella. Una de las participantes al certamen faltó, y fue su padre quien la convenció de sumarse. Confiesa que nunca había usado tacones ni maquillaje, pero terminó ganando el concurso. Su madre conoció al organizador, Tito Paz, quien le propuso participar en el “Miss Teen Perú”. El resto es historia. Jazmín no solo terminó ganando ese certamen, sino que su nombre obtuvo notoriedad en el medio. No pasó mucho tiempo para que las sesiones de fotos, los desfiles y los comerciales llegaran a formar parte de su día a día. Todo ello trajo consigo una fuente de ingreso estable, que le permitió independizarse de su familia a temprana edad.
Cuando cumplió 17 años, le pidieron entrar a un programa para hacer menciones en vivo y promocionar una marca de champú. Ese fue su primer acercamiento a la televisión. Su madre jugó un gran papel en 1. este camino, ya que no solo la apoyó a lo largo de su carrera, sino que estuvo siempre pendiente, cuidándola y aconsejándola. Ella era una mujer que siempre le decía: “Lo que tú quieras, pero a mi lado”. Siente que su madre siempre le dio la confianza para hablarle de todo. “Es mi madre, mi mejor amiga, mi mejor soporte, es maravillosa. Me encanta la relación que tenemos, y es lo que he querido hacer también con mi hija, que no solo me respete por ser su mamá, sino que yo pueda ser una persona que admire, y que sepa que hay esa confianza entre nosotras para contarme lo que sea”.
¿Te imaginaste en algún momento ser mamá soltera?
No, cuando tuve a Khaleesi fue con todo el amor del mundo y con la proyección de ser una familia por muchos años, pero he aprendido que a veces las cosas no salen como las planeas.
Muchas personas intentan salvar su relación por los hijos. ¿Qué opinas de eso?
No estoy de acuerdo con eso. Creo que, sin importar si tus papás están juntos o separados, tienen que estar bien, porque hay personas que viven juntas y están separadas, y el ambiente es terrible para un niño, terminas haciéndole mucho más daño. En mi caso, soy de las que creen que puedes tener una buena relación de padres sin ser una pareja. Es lo que Gino y yo hemos logrado construir a lo largo del tiempo. No es sencillo, pero nuestra prioridad es nuestra hija.
¿Cómo has logrado tener una relación tan bonita con tu hija teniendo tan poco tiempo?
Al inicio, cuando ella era una bebé, yo trabajaba mucho. En ese momento vivíamos con su papá y fuimos un buen soporte. Cuando comenzó a hablar y expresarse, yo cambié el ritmo de trabajo, para pasar más tiempo juntas. Siempre trato de estar ahí para ella.
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