La elegancia no se trata de opulencia, sino de estilo, gracia y buenas maneras. A veces nos parece un concepto anticuado, pero cuánto la extrañamos, sobretodo en los líderes, cuando se ausenta. En este artículo, reunimos a algunas primeras damas y diplomáticas peruanas que fueron consideradas elegantes en su época, dejando una huella imborrable con su estilo personal único, el cual aún se recuerda y admira.

Por Mariella Aguilar

Clorinda Málaga Bravo

La mayoría recuerda a Clorinda Málaga por el escándalo que supuso su boda religiosa en 1958 con Manuel Prado Ugarteche, presidente del Perú en ese momento, poco después de que el Vaticano anulara el primer matrimonio del mandatario. Sin embargo, Clorinda fue mucho más que ese episodio: también se la recuerda como una mujer inteligente y culta, que desafió las convenciones sociales de la época, cuando la aristocracia limeña castigaba duramente ese tipo de «crímenes sociales».

Clorinda siempre exigía buenos modales en la mesa y una postura adecuada. En París, sus diseñadores favoritos eran Coco Chanel y Jean Patou, mientras que en Lima, sus vestidos los hacía Mocha Graña.

Como primera dama, organizaba suntuosas recepciones para dignatarios y personalidades que visitaban Perú, acompañando a su esposo en viajes alrededor del mundo. Clorinda era considerada entre las damas más elegantes por el diario londinense «Daily Herald», apareciendo fotografiada en numerosas ocasiones en la edición estadounidense de la revista «Vogue».

clorinda málaga

La historia de Clorinda Málaga fue portada de COSAS en julio del 2015, conmemorando sus 110 años de nacimiento.

María Luisa Rey y Lama

Fue una mujer distinguida y discreta, con mucho sentido del humor. María Luisa Rey —esposa de Enrique Prado Heudebert— fue el centro de una familia muy unida. También era amiguera y tenía muchos grupos, especialmente aquel que se hacía llamar de las “marteras”, porque todos los martes se reunían a jugar gin: Virucha Graña, Chipi Noriega, Nati Cisneros, Pichona Barreto de Tizón y Carlota Garland eran algunas de sus integrantes. Y, en medio de ellas, Luisa. Muy al contrario de la costumbre en Lima, nunca hablaba mal de nadie.

Durante muchos años, su familia vivió entre Chaclacayo y Ancón, dos lugares que amaba. Era común verla en eventos del Club Nacional y del Casino de Ancón, vestida con elegancia c0m algún chal rojo o vestido negro (sus colores favoritos) y siempre muy peinada y arreglada, elegantísima. En la intimidad de su casa, pasaba el tiempo bordando, tejiendo, cosiendo y leyendo mucho. Decorar también le fascinaba, y su casa era otro espacio más donde jugar con su estética. Sus casas tuvieron siempre muchas piezas coloniales heredadas. Se dice que tenía tan buen gusto, que alguna vez que llamó a un decorador para una de sus casas y, al final, él no quiso cobrarle porque buena parte de las decisiones las había tomado ella.

Maria Luisa Rey y Lama

Era común ver a Maria Luisa Rey y Lama en eventos del Club Nacional y del Casino de Ancón.

Carola Aubry Bravo

Carola Aubry Bravo, primera esposa del presidente Fernando Belaúnde, fue una mujer polifacética y de amplios intereses: diseñadora de moda y joyería, también se dedicó a la pintura y la decoración. Sofisticada pero a la vez atrevida, era reconocida por su elegancia. Sin duda, Carola tenía uno de los guardarropas más admirados y comentados en Lima. Además de ser una excelente cocinera y bailarina de marinera, destacaba como anfitriona excepcional, disfrutando rodearse de gente de diversos ámbitos y edades, siempre que aportarán algo interesante.

En su hacienda de Pisco, antes de perderla por la Reforma Agraria, organizaba grandes reuniones a las que asistía incluso la nobleza internacional. Su gusto era tan vanguardista para su época —una de las pocas mujeres que usaban diseños y motivos precolombinos en ropa y joyas— que hoy sus nietas aún usan los vestidos y trajes que Carola Aubry modificaba a su antojo. Tanto en su vestimenta como en sus decoraciones, le aportó color a una lima gris y cauta.

Carola Aubry

El gusto de Carola Aubry fue tan adelantado para su época, que sus nietas siguen usando sus trajes y vestidos.

Maria Isabel Pinilla Sánchez-Concha

Marisa era hija del cónsul español Antonio Pinilla Rambaud y esposa del diplomático Manuel Mujica Gallo. Quizás la vida protocolaria le enseñó la importancia de ser acertada y apropiada para cada ocasión, cualidad en la que radicaba su elegancia.

Como esposa del embajador peruano en Austria y España, Marisa tenía la responsabilidad de representar al país en eventos con personalidades como la duquesa de Alba y José Ortega y Gasset. Independientemente del evento o compañía, quienes la conocen aseguran que se sentirán cómodos —con su atuendo y consigo misma— siempre se reflejarán en su estilo personal.

Marisa Pinilla

Fue amiga de Cristóbal Balenciaga y solía usar sus diseños.

Fue amiga de Cristóbal Balenciaga y solía usar sus diseños. Aunque usaba todo tipo de colores, con preferencia por los claros en verano y oscuros en invierno, el verde era su favorito en distintos tonos. Al igual que su amiga Elvira Luza, la artesanía y arte popular peruano interesaron mucho a Marisa, incorporándolos a su estilo de vida.

Un verano europeo, Marisa y su esposo se almorzaron en casa de Pablo Picasso en Mougins, Francia. Ella llevaba un fresco y sencillo vestido camisero verde y negro de Silvania Prints con reproducciones de Guamán Poma de Ayala, que fascinó a Picasso. De hecho, Marisa siempre procuró incorporar algún collar o arete precolombino a sus atuendos.

La elegancia y las tradiciones eran motivo de orgullo para ella, como su devoción al Señor de los Milagros y su insistencia en usar morado cada octubre.

Marisa Pinilla

Marisa Pinilla tenía un estilo elegante, sencillo y estético. Le interesaba incorporar referencias prehispánicas en su vestimenta.

Pilar Nores

Pilar Nores, economista y política argentina nacionalizada peruana, fue una figura de distinción y compromiso durante su tiempo como primera dama del Perú. Con una educación que abarcó desde la Universidad de Córdoba hasta la London School of Economics, Pilar se destacó por su inteligencia y su elegancia discreta pero palpable.

Como esposa del presidente Alan García, Pilar Nores no solo representó al Perú con gracia y dignidad, sino que también se dedicó a causas sociales, especialmente a través de la Fundación por los Niños del Perú, reflejando su pasión por mejorar la vida de los más vulnerables. Su estilo, aunque menos ostentoso que el de sus contemporáneas, era igualmente refinado y se caracterizaba por su preferencia por los tonos suaves y las líneas clásicas, que complementaban su enfoque pragmático y su calidez humana.

En eventos oficiales, Pilar solía optar por atuendos que, aunque sencillos, siempre tenían un toque distintivo, ya sea un broche artesanal o un detalle bordado que remitía a la rica herencia cultural del Perú. Su presencia era una mezcla de autoridad y accesibilidad, y su capacidad para conectar con personas de todos los estratos sociales era evidente tanto en su labor humanitaria como en su estilo personal.

Alan García y su esposa, Pilar Nores.

Pilar Nores, con su enfoque en la sustancia sobre la forma, dejó una huella imborrable en la historia del Perú, no solo como primera dama, sino también como una mujer de profunda convicción y estilo atemporal.