Gia Meier debuta este año como modelo profesional en Lima y Londres, mientras concluye sus estudios en Moda en la capital británica. En una exclusiva para COSAS, la joven comparte detalles sobre su vida y reflexiona sobre su carrera. Aunque creció inmersa en un entorno artístico gracias a sus padres, Christian Meier y Marisol Aguirre, asegura que la actuación y los certámenes de belleza no forman parte de sus planes. Está decidida a destacar por su cuenta en el mundo de la moda y nos revela cómo está siendo su recorrido para alcanzar su objetivo.
Por: Diego Ochoa Acosta
Gia Meier ha decidido abrirse camino en el mundo de la moda y el modelaje a sus 21 años, enfrentando los retos de construir su propia trayectoria. Desde pequeña, creció rodeada de arte y creatividad, experiencias que moldearon su carácter y despertaron su pasión por la moda. Aunque reconoce que su entorno familiar le ha brindado ciertas oportunidades, Gia tiene claro que el esfuerzo y la disciplina son claves para alcanzar el éxito: “El nepotismo puede abrirte puertas, pero no garantiza el éxito. Puedes ser hijo de personas exitosas, pero si no pones esfuerzo, disciplina y compromiso, no logras nada”.

Gia posee una belleza innata y heredada, pues es nieta de Gladys Zender, la única Miss Universo en la historia del Perú.
Gran parte de su infancia la pasó junto a su madre y hermanos en Lima mientras su padre viajaba mucho por compromisos laborales, una dinámica que la llevó a admirar profundamente a ambos y a valorar el apoyo incondicional que siempre le han brindado. Mantiene una relación cercana con su familia, a quienes considera una fuente de inspiración constante.
«Mi mamá me recogía del colegio y me llevaba al teatro; la acompañaba mientras actuaba. Mi papá, por su parte, me dejaba acompañarlo a sesiones de fotos o grabaciones».
En esta entrevista, Gia reflexiona sobre sus logros, desde su paso por la gimnasia profesional hasta sus estudios en Fashion Business y su incursión en el modelaje internacional. Con una visión clara de sus objetivos y un enfoque en su desarrollo personal y profesional, Gia demuestra que su historia no es solo de oportunidades, sino de determinación para dejar su propia huella en el mundo de la moda.
Desde pequeña, ¿cuál fue tu primera gran pasión?
De niña siempre fui muy activa. Me encantaba la gimnasia, era deportista desde que tengo memoria. Además, mi mamá me cuenta que solía decirle que quería ser diseñadora de modas o cantante. Aunque no terminé dedicándome al canto, siempre tuve presente que lo mío era el arte.
¿Practicabas gimnasia de manera profesional?
Sí, competí a nivel profesional y viajé mucho gracias a eso. En 2016 llegué a participar en un mundial, y esa experiencia me permitió conocer lugares increíbles y personas de todo el mundo. La gimnasia me enseñó disciplina, compromiso y perseverancia, cualidades que me han acompañado hasta ahora. Tuve que dejarla porque sufrí una lesión en la espalda: una hernia en la parte baja y una rotación en la pelvis. Mi fisioterapeuta me advirtió que, si seguía practicando, mi espalda podía romperse. Fue una decisión difícil porque la gimnasia era mi pasión, pero entendí que ya había cumplido su ciclo en mi vida.

A los 12 años, clasificó al Campeonato Mundial de Gimnasia Aeróbica, una disciplina que la apasionaba, pero se vio forzada a abandonarla debido a una lesión en la espalda.
¿Cómo decidiste dedicarte a la moda?
Siempre quise estudiar fuera del país. Mi hermano se fue a Los Ángeles a estudiar actuación cuando yo tenía 10 años, y verlo irse me inspiró. Desde entonces sabía que quería vivir esa experiencia, aunque no tenía claro qué carrera seguir. Al terminar el colegio, tomé un año sabático. Me mudé a Los Ángeles con mi papá y mi hermana, y mientras estudiaba cursos generales en un college, reflexioné sobre lo que realmente quería hacer. Me di cuenta de que mi pasión por la moda era algo que debía explorar.
«Estoy enfocada en desarrollar mi carrera como modelo y en el mundo de la moda».
¿Qué estás estudiando exactamente?
Encontré una carrera en Fashion Business y Marketing de la Moda. Comencé en Milán, en el Instituto Marangoni, donde viví con roommates, lo que me ayudó a sentirme acompañada e independiente. Después de un año, me transferí a Londres para continuar mis estudios, y actualmente estoy en mi último año.
Habiendo crecido en un entorno lleno de arte y actuación, ¿nunca pensaste en seguir ese camino?
Claro que sí. Mi mamá me recogía del colegio y me llevaba al teatro; la acompañaba mientras actuaba. Mi papá, por su parte, me dejaba acompañarlo a sesiones de fotos o grabaciones. Toda mi vida he estado rodeada de arte y producción, lo cual me encanta.
¿Entonces no descartarías actuar algún día?
No lo descarto. Aunque no es algo que considere ahora, uno nunca sabe qué puede deparar el futuro. Por ahora estoy enfocada en desarrollar mi carrera como modelo y en el mundo de la moda.
Estás estudiando moda, pero también estás trabajando como modelo. ¿Cómo tomaste esa decisión, especialmente considerando los retos del modelaje?
Sí, no es algo fácil. Tienes que ser muy disciplinada, constante, y mantenerte activa porque ir a castings o sesiones de fotos largas puede ser agotador. Siempre quise dedicarme al modelaje a tiempo completo, pero al principio no lo hacía del todo porque no me sentía lista. Aunque ya modelaba, no lo hacía como una profesional.

A pesar de provenir de una familia de actores, Gia decidió recientemente exponerse al ojo público. Como modelo, lanzó su cuenta de Instagram y está próxima a graduarse en Moda en Londres.
¿Qué te llevó a dar ese paso y exponerte en redes sociales o en el modelaje profesional?
Por mucho tiempo mantuve mis redes privadas porque sabía que no estaba mentalmente preparada para lidiar con la exposición. Reflexioné mucho antes de abrirlas al público, consciente de que esto trae comentarios tanto positivos como negativos.
Llegó un momento en el que ambas cosas se dieron juntas: la confianza y las oportunidades. Aunque el modelaje no siempre es sencillo, es algo que me encanta porque cada sesión o pasarela tiene un concepto diferente. Me gusta expresar mi personalidad a través de las fotos y me siento cómoda frente a la cámara.
¿Cómo fue tu relación con este concepto de belleza durante tu adolescencia?
Tuve momentos difíciles porque sentía que algunas personas de mi entorno no me conocían realmente como persona. Escuchaba comentarios que me afectaban y eso me generaba inseguridad. Con el tiempo aprendí a identificar quiénes eran mis verdaderos amigos y me rodeé de personas que me apreciaban por quien soy. Eso, junto con las experiencias de la vida, me ayudó a madurar y a sentirme más segura conmigo misma. Ahora entiendo que la belleza es perspectiva y que viene desde adentro.
¿Cuáles son tus prioridades hoy en día?
Mis prioridades ahora son terminar mi carrera, que ya está por finalizar, y explotar mi carrera como modelo, incluso internacionalmente. Ya he tenido la oportunidad de modelar en Londres y quiero seguir por ese camino.
¿Cómo surgió esa oportunidad en Londres?
En mi universidad, algunas profesoras que admiro mucho tienen una marca de belleza inclusiva. Ellas me conocían porque cuidaba a sus perros y me ofrecieron ser modelo para su nueva colección. Fue una experiencia muy especial, ya que admiro su trabajo y aprendí mucho de ellas.
¿Qué crees que es lo esencial que debería tener un chico para que puedas considerar empezar a conocerlo más?
A los 21 años siento que todavía tengo mucho por hacer y explorar. Si llego a tener una relación, debe ser con alguien constante, que elija amarme todos los días y respete mi espacio. Creo que una relación no puede ser tu única prioridad; hay que equilibrar estudios, trabajo, familia y amigos.
Hablemos del término “nepo baby.” ¿Qué opinas de esa etiqueta, considerando que vienes de una familia de actores reconocidos?
Creo que el nepotismo te abre puertas, pero no te garantiza el éxito. Por ejemplo, puedes ser hijo de personas exitosas, pero si no pones esfuerzo, disciplina y compromiso, no logras nada. En mi caso, me gusta hablar de mis padres porque los admiro muchísimo. Gracias a ellos tengo las pasiones y oportunidades que disfruto hoy en día, pero también he trabajado duro para aprovecharlas.
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