Primero fueron rumores. Luego, los más observadores descubrieron un brazalete que Meghan Markle y el príncipe Harry compartían, un dibujo romántico en Instagram y una coincidencia de fechas en los mismos lugares. La prensa comenzó a especular. Las redes sociales también. Todo apuntaba a que el quinto en la línea de sucesión al trono británico tenía un nuevo romance.
Ambos se habrían conocido el verano pasado mientras él promocionaba los Juegos Invictus 2017 y ella rodaba las escenas de Suits en Toronto, Canadá. Desde ese entonces, no se habrían separado. Sin embargo, fue recién a inicios de este mes que se confirmó la relación desde el Kensington Palace, algo que no había sucedido con los anteriores amores del príncipe.
“La novia del príncipe Harry, la señorita Markle, ha sido expuesta a una ola de abuso y acoso, que incluye las calumnias en primera plana de un periódico de alcance nacional, un sustrato racista de los artículos de opinión y el sexismo descarado de los troles en las redes sociales”, se lee en el comunicado. “El príncipe Harry se siente profundamente decepcionado de no haber podido protegerla”, enfatiza.
A Markle la han descalificado como futura princesa de Gales por múltiples motivos –igual de sosos todos–: es divorciada, es mayor que el príncipe por dos años, ha protagonizado escenas candentes en Suits y su madre es afroamericana. Sobre esto último, Markle deja en claro que, para ella, sus raíces no son un problema. “Puedo decir quién soy, compartir de dónde vengo y demostrar mi orgullo al ser una mujer mestiza, fuerte y segura de mí misma”, afirma la actriz.
Rompiendo esquemas
Si hay algo en lo que Markle se asemeja a su personaje en Suits es que no permite que la estereotipen por algo que no sean sus propios triunfos. Cuando tenía 11 años, logró que una empresa de jabones modificara su publicidad, ya que esta insinuaba que las mujeres pertenecían a la cocina. Después de contar con el apoyo de la entonces primera dama de Estados Unidos, Hillary Clinton, la publicidad fue cambiada.
Ahora, con 35 años, Markle ha acumulado varios logros que la hacen digna de la aprobación de los duques de Cambridge. No solo obtuvo una doble titulación en Teatro y Relaciones Internacionales en la Universidad de Northwestern, sino que ha fundado un sitio web llamado The Tig, en el que cubre temas de moda, belleza, viajes y gastronomía. Además, es embajadora de World Vision Canada y portavoz de UN Women como parte de la campaña HeForShe.
“Yo nunca quise ser una señorita de sociedad. Yo siempre quise ser una mujer trabajadora”, escribió Markle un par de semanas antes de que se diera a conocer su nueva relación. “Mi vida se divide entre campos de refugiados y alfombras rojas. Yo escogí ambos porque estos mundos pueden coexistir. Y, para mí, deben hacerlo sí o sí”, agregó.
Ahora que su relación es pública y formal, les toca a los enamorados romper con el pensamiento conservador de la crítica británica e internacional y demostrar que los prejuicios no sirven para nada.
Por Paloma Verano