Ingrid Yrivarren, empresaria:
De mi Lima extraño sus olores y sabores, aquellos recuerdos que nos marcaron cuando éramos chicos y recorríamos, por ejemplo, el Olivar de San Isidro con su aroma.
También aquellos sabores que han marcado nuestro paladar y que nos traen la nostalgia de nuestros hogares. Pero, por supuesto, lo que más se extraña son los amigos del corazón, esos que, sin importar la distancia, sabes que están allí.