Las tres viudas, obra escrita por Manuel Ascencio Segura, y ahora adaptada y dirigida por Carlos Galiano, entra a sus últimas dos semanas en el Teatro Pirandello. Nosotros fuimos hasta ahí y nos juntamos con Gisela Ponce de León, una de las protagonistas, para que nos cuente por qué cree que una obra escrita en 1862 tiene aún tanta vigencia.
En la obra, Gisela le da vida a Miquita (diminutivo de Micaela), una joven de solo veinte años y que aun así ya es viuda. La razón es sencilla: su madre (interpretada por Sofía Rocha) trata de mantener a flote a su familia haciendo que sus hijas se casen con hombres adinerados que están a punto de morir, para así poder quedarse con las herencias. La búsqueda de un nuevo esposo (viejo y platudo) para su hija es lo que desencadena una serie de desencuentros, pues ella, ya con mayor consciencia y rebeldía, solo quiere a un hombre (Don Pablo, papel de Christian Ysla).
Entre la vigencia y la rima
Aunque esto parezca algo que ya no ocurriría en estos tiempos, la trama revela algunos tópicos que la sociedad limeña parece aún no haber superado. Y Gisela lo tiene claro. «El machismo, la criollada, el racismo y la habladuría, todo sigue vigente«, comenta. «Lamentablemente no hemos cambiado demasiado».
Aunque la vigencia de la obra y el hecho de que el texto sea peruano son dos detalles que le gustan mucho a Gisela, hay algo en particular que le divierte bastante. «Me encanta que sea en verso«, señala, y agrega que casi nunca se da una oportunidad como esta.
La obra de Segura tiene una estructura particular que para muchos puede ser parecida a la poesía: los diálogos están formados por frases y líneas de ocho sílabas. Lo que algunos podrían considerar forzado y anticuado, es todo un entretenido reto para Gisela. «Te exige buscar otras herramientas«, comenta la actriz. «Mientras más me limitan, más me libero», decía Stravinsky.
Gisela y las frases anticuadas
El público no demora en conectar con la obra, que era algo que parecía complicado en un inicio. Y esto se debe al ritmo del texto y la picardía con la que está escrito. Esto último se evidencia en la presencia de muchas frases que con el tiempo se han ido quedando en el imaginario limeño. Y es con estas líneas con las que preparamos un video con Gisela.
Por Omar Mejía Yóplac
Video de Michelle Arteaga y Vania Escalante