Una cuatricomía consiste en la recreación de una misma imagen a través de cuatro claves distintas de color. Algo parecido sucede en Las Lolas, el primer unipersonal de Katia Condos. En esta obra, creada por ella misma, la actriz se convierte en cuatro mujeres distintas que coinciden en la sala de espera de una clínica. Mamá Lola, Lola Concha de Vergazza, Lolita Bustos y Lola Paz se apoderan del escenario y van contándole al público sus particulares maneras de ver la vida.
Nosotros fuimos a Escena 7 , en Barranco, no solo para conversar con Katia antes de una función, sino para hacerles, también, un par de preguntas a sus cuatro creaciones.
Eres primeriza con esto de los unipersonales.
Sí, totalmente.
¿Cómo ha sido esta experiencia? ¿Todo un parto?
Ha sido todo un parto. Desde que empecé a pensar en la obra hasta que se ha vuelto una realidad ha pasado un montón de tiempo. Desde que empecé a chambear el texto ha pasado un año, porque comencé el verano pasado. Y parece mentira que ya lo estemos haciendo, que exista, veo el afiche y digo «¡qué, de verdad?». Todavía no salgo un poco del asombro y del agradecimiento. Esta experiencia ha sido tan bonita y se ha desarrollado de una manera tan natural.
¿Cuándo y cómo nace la idea?
Hace mucho tiempo. Cuatro años, por lo menos. Yo quería hacer un stand up comedy tocando el tema de la maternidad. De eso quería hablar. Un poco de las cosas que no se suelen contar, de las cosas graciosas que pasan durante el embarazo, en el posparto. Cómo a veces no es tan fácil como lo pintan, cómo no es tan cuento de hadas. Cada vez se habla más de eso, pero antes era “ah, es un maravilla, la maternidad es lo máximo”. Y, claro, todo eso es cierto, pero también es cierto que hay todo un lado oscuro… Entonces era eso en principio. Pero cuando me puse a escribir aparecieron otros personajes. Y pensé que más divertido iba a ser hacer varios personajes, porque no sabía si la maternidad me iba a dar para tanto rato, porque de repente podría ser aburrido, repetitivo. Entonces ahí salió la idea de más personajes. Y después todo se fue dando.
¿Por qué todas se llaman Lola?
Porque quería algo que una a las cuatro. Y ‘lolas’, en España sobre todo, son las tetas. Es como un nombre femenino que hace referencia a las tetas. Entonces era como cuatro tetas diferentes. Cuatro aspectos distintos de la mujer. Me pareció bacán que coincidiera en que se llamaran todas igual.
¿De cuál de tus personajes te sientas más distante?
De ninguno. Porque finalmente las cuatro salen de ti. Puedo decirte cuáles son más cercanas.
¿Y cuáles son?
Más cercanas pueden ser la mamá, y la Lola Paz [a quien ella misma define como «espiritual-pituca-hippie»]. Pero creo que lo bacán, y por lo que la gente se divierte, es que todas tienen algo con lo que te identificas. Porque las cuatro buscan aceptarse como son. Algo que buscamos todos los seres humanos, no solo las mujeres.
¿Por qué uno de tus personajes no quiere ser madre?
La Lolita es una mujer que está muy obsesionada con el tema físico. Vive operándose, ha tenido un montón de esposos. Ella es súper divertida. Tú la ves alegre y contenta, la gente se mata de risa, pero claramente es una persona que no tiene demasiada autoestima. Y con ella la maternidad ni se toca. Y hay un montón de mujeres a las que ni les interesa.
Y ahora hay muchas mujeres que se niegan a ser madres.
Creo que es cíclico, creo que se están dedicando más al trabajo, a desarrollarse en sus carreras, y piensan que la maternidad va a detener el ascenso en su profesión. Supongo que hay carreras que es más difícil que sean compatibles con la maternidad. Si eres una súper ejecutiva que tiene que viajar un montón, y se te hace un mundo pensar en que tienes que dejar un hijo al cuidado de otra persona… No lo sé. Yo he tratado de que las dos cosas sean compatibles.
*Más información: Las Lolas se presenta los viernes y sábados a las 8 p.m. en Escena 7 (Av. Grau 701, Barranco) en una temporada que va hasta el 29 de julio. Las entradas están a la venta en Teleticket.
Por Omar Mejía Yóplac
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Producción y dirección: Michelle Arteaga
Cámara y edición: Jimena Gallarday
