Saving Mr. Banks
Algo en su apariencia y personalidad hacen que, por lo general, sea casteado para interpretar personajes violentos, agresivos, potentes y hasta alcohólicos. Pero esta es una gran excepción. En una historia que ahonda en la historia de Walt Disney y Pamela Lyndon Travers, la creadora de Mary Poppins, Farrell tiene el trabajo de encarnar al padre de esta última. Suyas son algunas de las escenas más tiernas y conmovedoras de la película.
In Bruges
En su primera colaboración cinematográfica con Martin McDonagh, el actor obtuvo el papel que, para muchos, marca el inicio de su «renacimiento». Ray es un sicario joven que, tras un trabajo que salió bastante mal, es enviado a la capital de Bélgica para, aparentemente, alejarlo de los problemas. Además de una interpretación con dosis iguales de picardía e inocencia por parte de Farrell, la película tiene una gran trama y secuencias llenas de balaceras y conversaciones memorables que podrían gustarle a los fanáticos de Quentin Tarantino.
Tigerland
Para muchos es su mejor papel. Y podría serlo. Convertido en Roland Bozz, Farell representa a un soldado que, en el contexto de la guerra de Vietnam, se muestra contestatario, rebelde y desobediente. Si no fuese porque se trata de un personaje bastante cercano a la personalidad con la que se le relaciona, sin dudas este trabajo estaría en primer lugar.
The Lobster
Fue considerada entre las mejores actuaciones de 2016. En una realidad distópica, los humanos se ven obligados a conseguir, sí o sí, una pareja sentimental. Para eso, son llevados a un hotel en el que tienen un lapso de cuarenta y cinco días para conseguirlo… o serán convertidos en animales. Colin Farrell acá se convierte en David, un hombre parecido a un cansino y melancólico Ned Flanders. Imposible no conmoverse con esta película y esta actuación.
Por Omar Mejía Yóplac