De pronto, Jack Schlossberg Kennedy está en todas partes: en las solemnes escalinatas del Museo de Arte Metropolitano durante la famosa gala del Met, elegantísimo en un esmoquin negro, acompañando a su madre Caroline Kennedy, vestida con un curioso diseño de Comme des Garçons; junto a ella nuevamente en las pantallas del muy popular matinal “Today Show”, anunciando que el ex presidente Barack Obama recibiría la medalla al coraje de la Kennedy Library, y, días después, presentando esa medalla y dando un discurso que, quiéralo o no, fue entendido como uno de sus primeros pasos en una incipiente carrera política.
Junto a estas apariciones, inevitablemente, comenzaron a salir artículos en “People”, “W Magazine”, “In Style” y “Town & Country”, entre muchos otros medios, hablando de su atractivo, inteligencia y carisma, de la herencia de belleza y elegancia que recibió de sus abuelos, el ex presidente John F. Kennedy y su esposa, la inolvidable Jackie, y de cómo su quijada fuerte, su melena oscura y su atlético cuerpo (revelado a menudo en su cuenta privada de Instagram) hacen recordar de inmediato a su desaparecido tío, John Kennedy Jr.
Jack es el único nieto hombre de JFK y el menor de los tres hijos de Caroline Kennedy y el filósofo Edwin Schlossberg. Tiene dos hermanas: Rose, comediante y actriz, y Tatiana Celia, periodista. A los veinticuatro años, ya se graduó en la prestigiosa Universidad de Yale, donde estudió historia y se especializó en historia japonesa, lo que tiene sentido considerando que su madre hasta hace solo unos meses era embajadora de Estados Unidos en Japón, lo que hizo que Jack viviera largas temporadas en ese país. Su próximo paso es la Escuela de Leyes de Harvard, donde comenzará sus estudios en setiembre.
La política en el horizonte
Su vocación, sin embargo, parece ser la política. Consultado al respecto en “Today Show”, dijo que se sentía “inspirado por el legado de servicio público de la familia”, pero que aun así estaba tratando de encontrar su propio camino. En los últimos meses ha escrito columnas de opinión para “Politico”, “Time” y el “Washington Post”, y escribió una muy comentada carta editorial en “The New York Times”, defendiendo la memoria de su abuelo. La revista “Tablet” llegó a preguntarse si Jack sería el primer presidente judío en la historia de Estados Unidos. Pero no nos adelantemos. Por el momento, aparte de sus pasiones políticas, Jack tiene otros intereses menos altruistas, pero mucho más placenteros. Atlético y deportista, internet está rápidamente llenándose de imágenes que lo muestran con el torso desnudo en la playa o corriendo en algún parque, a menudo puestas junto a otras similares de su tío John Kennedy Jr., a modo de comparación.
Aunque no tiene novia por el momento, durante la gala del Met fue fotografiado y pasó largo tiempo conversando con la modelo Anna Cleveland –hija de otra dinastía importante, esta vez de la moda–, lo que desató todo tipo de rumores. Ahí aparece Jack, visiblemente cómodo en medio de tanta fama y poder presentes en la fiesta, con un trago en la mano, sin chaqueta, la corbata desabrochada y con Anna feliz a su lado.
Hace dos años, mientras era estudiante en Yale, un comentario en una cuenta falsa con su nombre gatilló una serie rumores que aseguraban que era gay. La información resultó ser falsa y fue desmentida, pero creó cierta histeria en la población adolescente femenina. “Ruego más por la heterosexualidad de Jack Schlossberg que por la paz mundial”, escribió una de sus admiradoras en Tumblr. Sea cual sea el camino personal y profesional que el heredero del clan Kennedy tome en el futuro, una cosa es cierta: todo el mundo estará observándolo.
Por Manuel Santelices
Publicado originalmente en la edición impresa de Cosas 619.