A cien años del nacimiento de uno de los presidentes más famosos de la historia, la editorial alemana ha reeditado “Superman Comes to the Supermarket», un libro ilustrado con imágenes de la campaña electoral de John F. Kennedy. La columna vertebral de este recorrido visual es el emblemático texto que Norman Mailer publicó en “Esquire” sobre Kennedy y su carrera por la presidencia en 1960. Más de cincuenta años después de la aparición del reportaje escrito por el dos veces ganador del Pulitzer, la historia de una de las elecciones presidenciales más ajustadas de la historia y el nacimiento del nuevo periodismo se despliegan en todo su esplendor en las páginas de esta publicación imprescindible.
Por Vania Dale Alvarado
Luego de que en 1960 la revista Esquire le encomendara a Norman Mailer cubrir la campaña presidencial de John F. Kennedy, el periodista quedó fascinado con la figura del político de piel caribeña y sonrisa enceguecedora. El resultado de esos seis meses de inmiscuirse tras bastidores y colarse entre la multitud en cada evento –desde las elecciones primarias y la Convención Demócrata hasta el histórico debate televisivo que Kennedy mantuvo con Richard Nixon– es un texto magistral que no solo reafirmó el aura de estrella de Hollywood que rodeaba a quien estaba por convertirse en uno de los presidentes más queridos, sino que se convirtió en una pieza ejemplar del llamado nuevo periodismo.
«Con Superman Comes to the Supermarket, Norman Mailer abrió una nueva forma de escribir acerca de la política y de los políticos”, afirmó Nina Weiner, editora de Taschen, durante la presentación de la primera edición del espectacular libro que lanzó la editorial a finales de 2014. La publicación, que reúne fotografías imprescindibles de la campaña presidencial de John F. Kennedy que se despliegan en torno al texto central que Mailer publicara en Esquire en 1960, acaba de ser reeditada a propósito de la conmemoración del centenario del nacimiento de la superestrella de la política estadounidense. “Ha habido muchos libros fotográficos, documentales y libros sobre Kennedy, pero ninguno documenta por completo su campaña desde el anuncio hasta su triunfo tanto en palabras como en imágenes”, agregó Weiner.
Relevancia periodística
La fascinación de Mailer por la figura de Kennedy no es de extrañar. El autor ya había dedicado varios artículos a la reflexión sobre la sociedad estadounidense de entonces –como The White Negro: Superficial Reflections on the Hipster, de 1956, y Advertisements for Myself, de apenas un año antes de la misión que le encomendaría Esquire– y vio en el político la encarnación de los nuevos valores del pueblo estadounidense y a un hombre que podía –en sus propias palabras– “resucitar el sueño de vida de una nación” estancada por el sopor al que, durante ocho años, el gobierno paternalista del presidente Eisenhower había sometido.
“Mailer dijo que quería crear un giro en la conciencia política de Estados Unidos; quería crear una revolución de la conciencia, y Kennedy era un candidato presidencial revolucionario: era el más joven, era católico, y solo había estado en el Senado por un periodo y medio. ClayFelker, editor de Esquire en ese entonces, lo sabía, así que se le ocurrió que Mailer podía ser la persona adecuada para escribir sobre John F. Kennedy”, explica J. Michael Lennon, archivista y biógrafo autorizado de Norman Mailer.
Lennon cuenta que el periodista estaba intrigado por la idea, pero no sabía cómo escribir acerca del héroe de la Segunda Guerra Mundial. Pero que, luego, “vio a Kennedy, bronceado, siendo levantado en peso por sus supporters en la Convención del Partido Demócrata, fue testigo del entusiasmo de la multitud y del magnetismo animal del candidato –y, por supuesto, conocía su historia como héroe del PT-109, que era parte del misticismo de Kennedy– y entonces dijo: ‘Creo que ya sé cómo escribir sobre esto’”. Mailer, al igual que Kennedy, estaba a punto de hacer historia.
“Entonces, (Mailer) decidió tratarlo (a Kennedy) como si fuera una estrella de cine: iba a escribir sobre su magnetismo, su mística y hasta sus dimensiones morales, y no tanto sobre su programa político. De hecho, muy poco sobre el portafolio de ideas de cómo Kennedy planeaba gobernar”, agrega Lennon.
Además, cuenta Lennon que al demócrata le encantó el artículo. “Incluso, Jackie (Kennedy) le escribió una carta a Mailer en la que le decía: ‘No sabía que la gente podía escribir acerca de política de esa forma’. Periodistas como Guy Talese y Pete Hamilton se dieron cuenta de que ‘¡Oh!, hay una nueva manera de hacer esto’. No tenemos que hacerlo a la antigua y solo estudiar las hojas de vida de los candidatos, ahora podemos escribir sobre ellos como si fueran simplemente personas sobre un escenario interactuando con otras gentes, así que lo haremos de esa manera”, relata. “Eso cambió la cara del periodismo político”.
La trascendencia del extenso ensayo que escribió Mailer en 1960, como bien explica Lennon, radica en el poder de las impresiones que al periodista le producía el contacto con el entonces candidato, en la visión personal de Mailer sobre los multitudinarios eventos que protagonizaba Kennedy, en su apreciación personal del mítico personaje; es decir, en la propia subjetividad del autor, que reivindica el valor de escribir en primera persona.
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