El 8 de agosto de 1994, Sandra marcó un hito en la historia de COSAS: se convirtió en el primer personaje peruano en aparecer en la portada de nuestra revista. Desde entonces ha construido una carrera vinculada a la moda que incluye la marca de polos By Sandra, una cuenta en Instagram (@by_sandran) con más de noventa mil seguidores y una sólida trayectoria como estilista y asesora de imagen.

Foto de Lucía Arana

Sandra en la portada de nuestra edición 56. “Para mí fue un orgullo”, recuerda.

Podría pensarse que todo empezó en Miami. Hacia allí partió a mediados de los ochenta, junto a su familia. Pero el gusto por la moda le venía de antes. Desde que, con ocho o nueve años, acompañaba a su ‘nonna’ Emilia Bernucci a recorrer las grandes boutiques en sus viajes a Europa. Su abuela solo hablaba italiano, pero le transmitió esa pasión sin que importara el idioma. “Eso fue lo que me marcó. Mi abuela era, en cierto modo, mi referente. Ella era muy elegante… En algún momento, incluso, llegó a tener una boutique”, cuenta Sandra.

Viajar a Miami resultaría atractivo para la mayoría de personas, pero irse a vivir allí por un lapso indeterminado, dejando atrás un colegio de mujeres –el San Silvestre– donde era feliz en pleno tercer año de secundaria, no fue un reto fácil de afrontar. Sin embargo, fue encontrando posibilidades de desarrollo y pronto comenzaron a surgir las oportunidades. Estudió la carrera de FashionMerchandising en el International Fine ArtsCollege de Miami y, a la par, modeló en sesiones fotográficas. Se sentía mucho más cómoda en una sesión de fotos que en un desfile frente a trescientas personas o grabando un comercial ante cámaras. Desde un principio tuvo claro que su camino no estaba sobre las pasarelas. Solo desfiló una vez, para Ani Álvarez Calderón, y lo hizo por amistad.

Regresó a vivir a Lima en 1993, pero antes de pegar la vuelta recibió una propuesta irrechazable: le ofrecieron salir en la carátula de la edición internacional de “Vanidades”. Así que no resultó extraño que una revista como COSAS –que, a dos años de su fundación, ya se posicionaba como líder en su rubro– la convocara como modelo para protagonizar una portada sin precedentes, porque hasta esa edición (la número 56) solo habían aparecido en nuestras portadas celebridades internacionales como la princesa Diana de Gales, Cindy Crawford o Carolina de Mónaco. “Para mí fue un orgullo”, recuerda Sandra. “Sabía que no me iba a arrepentir de las fotos”.

CARRERA CONTINUA

Tiempo después, mientras le hacían fotos para una conocida empresa de cosméticos, le contó a la productora a cargo que había estudiado FashionMerchandising en Miami y que le encantaba todo lo relacionado con el estilismo de moda. A mediados de los noventa se trataba de un rubro poco desarrollado en el Perú y pocos profesionales acreditados trabajaban en él. Por eso, con veinticuatro años, Sandra asumió el desafío de estar a cargo de todo el vestuario del área de publicidad y producción de la empresa. “Ya llevo veintiún años trabajando para ellos”, añade.

Sandra Nicolini estudió la carrera de Fashion Merchandising en el International Fine Arts College de Miami.

Hoy Sandra no solo trabaja para otros, también para ella misma y, en cierta manera, para los más de noventa mil seguidores que están pendientes de sus publicaciones en su cuenta de Instagram, @by_sandran. “Cuando viajo trato de encontrar algo que me guste, algo con vida, le tomo una foto y la publico. Disfruto de enseñar a la gente lo que está de moda. Mi Instagram es un álbum de lo que me apasiona. Puedo tomar una foto a una palmera con sol: esa soy yo. O a una cartera, unos zapatos, un helado… Hago mi página con un orden, la planifico. No tengo una fotógrafa ni una diseñadora gráfica. Todo lo hago yo sola”.

A su exitosa cuenta de Instagram suma un trabajo en el área de marketing de una marca de ropas de baño y un negocio propio que nació hace aproximadamente año y medio, de la mano de su socia Claudia Buselli: la marca de polos By Sandra. “En Lima no encontraba los polos de algodón que me gustaban, pese a que tenemos muy buen algodón. Tenía que rebuscar cada vez que viajaba, y mucha gente me decía: ‘¡Me encanta tu polo!’; entonces decidí empezar a hacer mis propios polos… Así fue”.

BIANCA

Sandra lleva doce años de relación y diez de matrimonio con el emblemático exfutbolista Chemo del Solar. Ella tiene una hija de dieciséis años –Bianca Cooper–, quien conoce a los hijos de Chemo desde muy pequeña, por lo que entre ellos se tratan como si fueran hermanos. Bianca planea seguir los pasos de su mamá: también quiere estudiar una carrera vinculada al rubro de la moda –pero no diseño– y, de ser posible, cursar un máster en Europa. “Quiero que se desarrolle independientemente de mí”, dice Sandra.

Con su hija Bianca (de dieciséis años), quien también está interesada en estudiar una carrera vinculada al negocio de la moda.

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