El estreno de un nuevo documental sobre la historia del romance entre el hijo menor de la princesa Diana y la protagonista de la serie “Suits”, y la inminente publicación de un libro escrito por la hermanastra de la actriz han vuelto a colocar los reflectores sobre la pareja más mediática de los últimos tiempos en el Reino Unido. 

A fines de setiembre, el príncipe Harry llegó a Toronto para celebrar una nueva versión de los Invictus Games, el campeonato que creó para veteranos de guerra heridos física o mentalmente en el campo de batalla, y todo Canadá –y el resto del mundo– volvió a caer rendido frente al encanto, simpatía y humanidad del hijo menor del príncipe Charles y la recordada Diana de Gales.

Pero en esta ocasión hubo otro punto de atención: la noticia inminente de un compromiso oficial con su novia, la actriz estadounidense Meghan Markle, quien después de un año de relación parece decididamente encaminada a formar parte de la Casa de Windsor en algún momento futuro.

Los signos son evidentes: primero, la declaración oficial que hace unos meses emitió el príncipe defendiéndola de ataques y comentarios racistas en Internet y rogando por el respeto a su privacidad; luego, la entrevista y portada que la actriz de treinta y tres años (tres más que Harry) concedió a “Vanity Fair” en su edición de octubre, donde, por primera vez, habló de su romance; y, finalmente, su presencia en la ceremonia inaugural de los Invictus Games, donde apareció sentada justo a dieciocho asientos de distancia de su novio y fue fotografiada aplaudiendo emocionada su discurso de bienvenida. La prensa se apresuró en recordar que, en una de sus primeras apariciones juntos, el príncipe William y Kate Middleton también fueron fotografiados en un evento multitudinario sentados a solo diez asientos de distancia. Saque usted sus propias conclusiones. La prensa inglesa ha sacado las suyas y ha echado a rodar el rumor de que habría boda el próximo verano europeo. O quizás antes.

Los Invictus Games, igual que las causas que promueve, como la salud mental, la prevención del sida y la labor de Unicef, han convertido al príncipe en una figura internacional similar a Bono o Angelina Jolie; es decir, en un personaje enormemente famoso que usa su celebridad para promover temas humanitarios. Si hubo alguna controversia en el pasado –fotografías desnudo en Las Vegas, disfraces de nazi en Halloween–, estas quedaron bien enterradas en el pasado, dando lugar a un hombre que lo único que recibe a su alrededor son enormes muestras de admiración y cariño.

LA NUEVA VIDA DE MEGHAN

Aunque Harry ha hecho todo lo que humanamente ha podido para tratar de conferirle “normalidad” a su relación con la actriz de la serie “Suits”, lo cierto es que nada volverá a ser remotamente normal para ella, sobre todo después de que se divulgue el inminente anuncio de un compromiso oficial. De hecho, ni siquiera la familia de la actriz podrá librarse de los rigores y las presiones de acceder a un entorno tan complejo como el de la familia real británica. Markle, si finalmente sube al altar del brazo del hijo menor de Diana, será la primera estadounidense en formar parte de los “royals” británicos desde que Wallis Simpson se casara con Edward VIII hace más de ocho décadas, forzando así su abdicación del trono, en un episodio que hasta hoy es muy recordado en el Reino Unido.

HARRY, EL ENAMORADO

El sábado pasado, Channel 4 de Inglaterra estrenó el programa “When Harry Met Meghan: A Royal Romance”, un documental que narró los pormenores del noviazgo y brindó algunas revelaciones especialmente jugosas de la relación entre el hermano de William y la actriz. Una de ellas, por ejemplo, fue compartida por la periodista especializada en temas de la familia real Katie Nicholl, quien aseguró que el príncipe ya tenía un ‘crush’ con Markle, o mejor, con Rachel Zane, el personaje que interpreta en “Suits”, desde hace años. “Estaba enamorado de Rachel Zane dos años antes de conocer a Meghan, y la razón por la que sé esto es porque tomé unas copas con una de las amigas de Harry”, asegura Nicholl en el programa televisivo. “Me contó que había salido una noche con el príncipe cuando aún estaba soltero, y le preguntó: ‘Harry, ¿quién es tu chica ideal?’. Y él respondió que Meghan Markle de ‘Suits’”.

No hay confirmación oficial del compromiso ni mucho menos fechas o escenarios tentativos para una eventual boda, pero los medios británicos ya se han aventurado a pronosticar que, si no ocurre nada extraño entre ambos, la nueva “royal wedding”, la que pondrá fin definitivo al mote de “soltero más codiciado del mundo” que ha acompañado al otrora díscolo príncipe Harry durante tanto tiempo, se realizará en algún momento del verano europeo de 2018, en alguna flemática capilla londinense a la que, conociendo lo cuidadoso que es el príncipe con su entorno más íntimo, seguramente asistirán solo unos pocos afortunados. Estaremos muy pendientes.

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