Carlos Canales, alcalde de Miraflores del partido Renovación Popular, enfrenta actualmente una campaña que pide su revocatoria.

Por: Lucas Cornejo Pásara | Fotos: Briam Espinoza

Desde el inicio de su mandato, muchas personas y medios sacaron a la luz una serie de decisiones suyas que despertaron polémica. Estas empezaron con los videos de los efectivos de serenazgo combatiendo a los ciudadanos, entre otras arbitrariedades que contrariaron a los vecinos.

El alcalde de Miraflores Carlos Canales en su despacho municipal.

A un año de su mandato, ¿cómo encuentra la municipalidad, cómo encuentra el distrito, a diferencia de cómo lo recibió?

Bueno, definitivamente ha sido una transferencia de gestión muy complicada. Teníamos dos contratos de inversión pública muy importantes para el distrito, que tenían observaciones del control interno de la municipalidad y de la Contraloría que recomendaban anular los contratos.

¿Cuál cree usted que es el mayor reto de Miraflores como distrito actualmente?

El mayor reto creo que es buscar la armonía entre los residentes con los visitantes. Estamos pasando el efecto Barcelona, el efecto Venecia, donde un distrito de cien mil habitantes viene a visitarnos quinientas mil personas que son visitantes de Lima, del interior del país o del extranjero.

Bueno, pero es diferente, ya que en Barcelona o Venecia las quejas son por el turismo extranjero, mientras que acá gente de otros distritos trabaja en Miraflores. Otros vienen también a pasear, pero por el hecho de que los otros distritos no están igual de desarrollados, pero no es un tema de turismo internacional…

Yo soy experto en turismo. Te puedo decir que eso es lo que sucede cuando todavía no explosiona el fenómeno como en Barcelona o Venecia, casos que yo he estudiado con mucha claridad. Estamos camino a ello, porque los vecinos de Miraflores sienten que sus impuestos —que son para mantener las áreas donde viven— muchas veces se destinan al disfrute de terceros, que son visitantes de cualquier parte del país, que vienen, trabajan, se entretienen y compran. Ese equilibrio es el que tenemos que trabajar y por eso nosotros partimos con un ordenamiento territorial. Eso implica buscar el equilibrio entre las construcciones, que son inversiones privadas, con la calidad de vida que exige el residente. Eso se da por las ordenanzas que nosotros hemos sacado, en las cuales reducimos la altura o la cantidad de departamentos, para buscar tener calidad de vida. Los edificios no pueden estar adosados el uno al otro. Deben tener una distancia de por lo menos seis metros entre pared y pared, para que puedan haber ventanas y áreas verdes. Esa es la visión que tenemos para Miraflores, pero es difícil cuando hay inversionistas que ya compraron las propiedades y tienen un modelo de desarrollo que no admite estas nuevas visiones del futuro.

Otra cuestión difícil es encontrar sitios para estacionar.

Nosotros hemos entrado con cuatro proyectos para hacer estacionamientos en zonas que puedan tener también un uso permanente. Hemos visualizado lugares como el óvalo que conecta las avenidas Santa Cruz, El Ejército y Pardo. Creemos que ahí podemos hacer un sótano de estacionamientos, pero hay que consultarle al vecino.

Pero, ¿esos estacionamientos serían gestionados por la misma municipalidad? Porque el tema de consignarlo a Los Portales, por ejemplo, es que el costo sube muchísimo para quienes los usemos. Además, la municipalidad no recupera ese dinero y el vecino tiene que pagar por ese espacio cuando debería disponer del espacio público para estacionar su auto.

Mira, en todo el mundo existen las concesiones público-privadas. Yo soy un promotor de la administración. El Estado es un pésimo administrador. Tú has señalado un punto importante, que es el equilibrio que tiene que haber en una negociación para beneficiar al vecino y a la empresa. Hoy día, en las dos concesiones municipales que tiene Miraflores, que son el Parque Kennedy y el Óvalo Gutiérrez, la rentabilidad que recibe el municipio es sumamente baja. No llega entre las dos ni siquiera los veinte mil soles mensuales y son propiedades de un valor tremendo. Eso se debe a las negociaciones. Cuando tú negocias como funcionario público, creo que no hay capacidad de negociación. Yo vengo del sector privado y me sorprende. Por ejemplo, Larcomar es una concesión que tenía que ser el centro de entretenimiento del distrito. Buscaba sacar del centro de Miraflores a las discotecas, bares y restaurantes, y llevarlos un lugar donde no molestaran a los vecinos. Sin embargo, se ha convertido en un centro comercial como cualquiera. Por 44.000 metros cuadrados pagan 19.000 dólares mensuales, mientras que un café que está en el malecón, que tiene 50 metros cuadrados, y que también es de la municipalidad, recibimos 18.000 dólares. O sea, no hay un equilibrio económico y por eso nosotros hemos planteado una renegociación del contrato con Larcomar. Hemos encontrado que gestiones anteriores habían ampliado el contrato a treinta años adicionales por un incremento de 1.800 dólares.

Ya que hablamos de concesiones, ¿qué sucede con el hotel de veinte pisos en la Costa Verde, en una zona que, de acuerdo a una ordenanza de la Municipalidad de Lima publicada en 2019, debería ser considerada intangible?

Mira, la cosa es sumamente clara y muy transparente. En el año 1910 había una norma que regulaba el tratamiento de los acantilados. En el año 2012, la gestión Muñoz I norma el tema de los acantilados. En el 2019, gestión Muñoz Lima, sale una norma en la cual se dice que tiene que haber ciento ochenta metros fuera del acantilado para poder construir. Pero esa norma estaba orientada específicamente a San Isidro, que no tenía un desarrollo del acantilado. Miraflores tiene ese desarrollo desde el 2012, por lo tanto, nuestro distrito no se acoge a esa norma. Tiene un régimen distinto, como lo tiene Barranco, San Miguel o Magdalena. De tal forma que esta obra, que fue planteada en 2017, gestión Muñoz II en Miraflores, fue autorizada en su momento con los parámetros pertinentes en gestión del señor Molina. Fue visto por el Colegio de Arquitectos y luego lo único que hemos hecho es renovar la licencia, que es automática. El predio se va a construir en un lugar que jurídicamente cumple con los requisitos.

¿Usted rechaza las critica que hacen citando, por ejemplo, al Instituto Geológico del Perú, que indica que la zona no está preparada para un edificio de ese tipo, por el territorio de alto grado sísmico que tenemos en la costa?

El Instituto Geofísico del Perú, al cual te refieres, no ha hecho esa observación. Al contrario, lo que señala es que ese tipo de obras, cuando se realizan fuera del acantilado, pero cercanas a él, deben asegurar la solidez del edificio realizando excavaciones de mayor profundidad. Más peso y más carga tiene un edificio que tiene un sótano o no tiene sótanos, porque al momento de haber un tema sísmico, ese edificio se va a caer. El edificio de veinte pisos con sótanos de seis pisos no se va a caer.

Ya que mencionaba las gestiones anteriores, durante la del señor Molina, la sala antes llamada Luis Miró Quesada Garland, en honor a quien construyó este edificio, cambió de nombre a Palacio Municipal de las Artes. Mucha gente se quejó. ¿Está usted de acuerdo con ese cambio?

Mira, yo estoy absolutamente de acuerdo en que hubo una buena intención en transformar el Palacio Municipal en un Palacio de las Artes. Buena intención, pero cuando tú visitas físicamente los espacios donde se arman las exposiciones te das cuenta de que no han sido lo eficientes ni lo arquitectónicamente correctos para lo que se proponía. Se han dejado oficinas administrativas en las cuales nuestros profesionales están en malas condiciones laborales, y lo tenemos que señalar así. Por eso la municipalidad ha declarado un interés en la adquisición de un inmueble para poder sacar a la parte administrativa del Palacio Municipal y dedicarlo a las exposiciones y a las tertulias que deberíamos tener con académicos, científicos y filósofos.

Pero no responde a mi pregunta si es que no cree que debería regresar el nombre a Luis Miró Quesada Garland.

El salón mantiene el nombre de don Luis Miró Quesada Garland.

Afuera ya no lo pone.

No, porque le han dado un contexto de este plan, que puede sonar muy rimbombante al decir Palacio de las Artes Municipales, sobre todo cuando entras y hay dos pequeñas salas exposición. Pero creo que el alcalde Molina tenía la intención de usar todo el Palacio Municipal. Nosotros vamos en ese camino, y para eso vamos a adquirir una propiedad antes de fin de año, para poder trasladar todas las oficinas administrativas, incluyendo el despacho del alcalde. Así, esta sede, que arquitectónicamente es una joya, tendrá un valor mayor, al integrar toda la oferta cultural dentro sí. El nombre puede variar, y yo creo que hay que reconocer aquellas personas que dieron su aporte extraordinario dentro de la arquitectura del Perú, como ha sido don Luis Miró Quesada Garland, al cual jamás habría que quitarle el mérito.

El tema de las oficinas también desató una gran polémica. A comienzos del año, una página registró que no se estaban haciendo actividades culturales debido a que el espacio se usaba como oficinas. Ya conozco su justificación, pero ¿no cree usted que fue un error utilizar los espacios de exposición de la cultura para fines administrativos?

Te voy a decir que no. Siempre hay recesos para la reorganización y el cronograma de actividades. Tomamos la decisión de usar durante treinta días nada más un espacio para nuestros vecinos miraflorinos, la mayoría adultos mayores, que vienen por norma a pagar sus impuestos directamente en el municipio.

¿No se podía usar otro espacio?

No, porque el municipio no tiene áreas con aire acondicionado. La única área que tiene es la planta baja en uno de los extremos. Solo fueron veintiocho días en los que se dejaron de utilizar para el tema cultural y fueron habilitados para dar las condiciones adecuadas al clima que teníamos. Nosotros creemos que teniendo en Miraflores un 23% de población adulto mayor, no hemos sido egoístas con el tema cultural.

Ya que parece que su mayor preocupación son los vecinos de Miraflores, ¿cómo se toma el proyecto de revocatoria a su gestión? Ipsos arroja en la última encuesta que usted cuenta con un 70% de desaprobación…

Mira, todo tiene lecturas y tiempos. Todo ciudadano tiene derecho al control ciudadano, y eso es la revocatoria. La revocatoria no me preocupa, lo que me preocupa es saber por qué los vecinos tienen esa insatisfacción, esa molestia. Hemos encontrado primero errores que se cometieron en el primer año en el tema, en el manejo de las áreas públicas. Tras la pandemia, las áreas públicas eran academias de fútbol, voleibol, gimnasios en los parques, clases de zumba, clases de tai chi. ¡Personas alquilaban espacios públicos para fiestas infantiles en espacios públicos! Había que regularizar eso. De repente hubo excesos de nuestro personal operativo en las formas de poder resolver este tema.

Todos vimos vídeos de efectivos de serenazgo diciendo que no se podía filmar en la calle. Fueron disparates atroces…

Absolutamente de acuerdo. Por eso he pedido disculpas a los vecinos y hemos contratado a un coach para poder mejorar las habilidades blandas de nuestro personal operativo, llevarlos a cursos de capacitación, indicándoles la forma de actuar, la forma de responder, la forma de tratar. No vas a presentarte a donde una señora está haciendo tai chi con diez robocops. No tienen ningún sentido. Tampoco que se presenten diez serenos en donde hay pequeños niños jugando. Por eso, pido disculpas. Al fin y al cabo, yo soy el responsable de la gestión.

¿Usted estaría de acuerdo, por ejemplo, con que se lleven a cabo clases siempre y cuando haya una gestión con la municipalidad?

Por supuesto que sí. Lo que estamos haciendo es promover el uso de eso espacios, pero a través del municipio. Hemos traído profesores de tai chi, yoga, zumba, tenemos actividades públicas para los niños, cuentacuentos, cine, etc. Lo único que pedimos es que se cuiden las áreas públicas. No hay que dejar sucios los parques, ni consumir alcohol en ellos, ni utilizar nuestros parques y jardines como si fuesen hoteles.

Cuénteme del skatepark. Se anunció que se iba a convertir en una piscina pública. ¿Realmente existió ese proyecto?

No, lo que existe es un proyecto de hacer un gran skatepark a nivel internacional, que sería construido abajo en la playa. Una vez construido, se iba utilizar el sótano del antiguo skatepark para crear un gran gimnasio y una piscina municipal. Eso hay en todo el mundo. Yo he viajado por todo el mundo, y aspiro a que mi distrito tenga los mejores servicios a favor del vecino. Lo que se malinterpretó fue que íbamos sacar el skatepark para construir la piscina. Nunca se dijo eso.

Lo entiendo. Ahora, si es verdad lo que me dice y todas las polémicas son malentendidos, tiene usted un equipo de prensa absolutamente inútil…

Es muy posible que la forma directa en la cual he comunicado no haya sido la adecuada, y por eso hemos hecho todo un replanteamiento en la comunicación a partir del último trimestre del año pasado, para poder ser muy claros en lo que digamos y no prestarnos a malentendidos. Ahora, hay un colectivo, una minoría de personas, que desde el día uno que entramos a la gestión estuvieron en nuestra contra. Me vinculan obviamente con el partido al que yo provengo, Renovación Popular, al cual le dicen Renovación Medieval. Yo de Medieval no tengo nada. Soy una persona que ha trabajado en el mundo, tengo la mente súper abierta, apoyo todo tipo de opciones en todo tipo de sentido, siempre y cuando exista el respeto mutuo de las personas. Tengo amigos homosexuales, bisexuales y transexuales, lo que me importa es que sean buenas personas. Han querido radicalizar nuestra posición. Pero solo son un pequeño grupo de personas.

Bueno, la encuesta no dice lo mismo…

No, esa encuesta fue hecha para la fecha del plantón, fue elaborada en el mes de febrero y las preguntas eran dos. «¿Tú desapruebas a Canales o lo apruebas?». Un ejemplo corto: el día lunes hemos hecho una intervención en Tarata por los 32 años de conmemoración del atentado terrorista. Lo que hicimos fue cambiar la placa. El año pasado que fuimos primera vez en mi gestión, vi la placa, y la verdad que el texto no se notaba nada, y a pedido de las víctimas, lo que hicimos fue sacar esa placa, hacer una placa más grande, pero con un texto más grande, que pueda leerse el mensaje del Papa Juan Pablo II el 16 de julio de 1992, que es un mensaje para decir que los terroristas se equivocaron y mataron gente cuando no debían haber matado gente, y en esa placa no decía atentado terrorista. Yo le puse por el atentado terrorista porque eso hay que decirlo con todas sus letras, fue un atentado insano de gente enferma que mataba gente que no tenía que ver. Salió el tema en medios y comenzaron decir: «Canales quiere apoderarse de la obra de Andrade, porque ha puesto su nombre en esa placa». Yo no me puedo apoderar de nada, porque todos los miraflorinos sabemos que esa obra fue realizada por el alcalde Andrade, al cual yo admiro como ex alcalde de Miraflores.

¿Qué me dice de la bioferia?

Las bioferias son cada quince días. No se hacen todos los días porque molestan a los vecinos. Si tú estás en la puerta de tu casa y tienes feria semanalmente te molesta.

Pero la bioferia estaba entre una iglesia y un parque…

Los vecinos de la zona no están de acuerdo en que se realice por la cantidad de basura que se deja, por la cantidad de ambulantes que llegan y que comen en las calles o en las casas o los jardines de los vecinos. Lo que hemos hecho es regular ese espacio, porque ese espacio también cierra la mitad de la calle. No les gusta a los vecinos. Hemos buscado el equilibrio, la armonía. Hoy día la bioferia tiene otro local con otras fechas y funciona bien. Hoy día yo voy a esa zona y los vecinos me felicitan por la decisión tomada.

¿Cómo se entera usted de qué les parece a los vecinos?

Hace unos seis meses hemos comenzado a tener promotores vecinales y personas que van caminando zona por zona para preguntarle al vecino.

¿Y esas encuestas son públicas o no?

Las encuestas son internas, pero podrían ser públicas, porque no hay ningún error. Lo que permanentemente tenemos son fake news de gente que tenemos identificada. Sabemos a qué partido político pertenecen y que jamás reconocerá si hacemos algo bien. Nosotros hacemos un trabajo vecinal, puerta a puerta, para poder saber si nuestros proyectos son bien recibidos por los vecinos.

Cuénteme del teleférico que ha costado diez millones de dólares, ¿para qué?

Es inversión privada, una concesión. A la municipalidad no le ha costado nada. Es un proyecto que fue presentado en el año 2020 y ha cumplido con todos los requisitos. Para mí, como inversionista, no le veo mucha rentabilidad. Han contratado la mejor empresa de teleféricos del mundo y para 380 metros es una inversión gigantesca. No tiene sentido. Es un teleférico más turístico y deportivo que un medio de transporte. Yo lo veo como la oportunidad de tener un tercer espacio de desarrollo. El primer espacio es el microcentro donde estamos. El segundo son los malecones. Pero luego tienes ese tercero que es gigante y maravilloso que son las playas. Ahí es donde tenemos que apostar para poder hacer un desarrollo de servicios complementarios, como en Barcelona.

Si tuviese que evaluar la gestión anterior, ¿qué calificación le pondría del 1 al 20?

Te puedo decir que un 12. La pandemia modificó todo, limitó el ingreso de recursos, porque la gente no tenía dinero para pagar sus impuestos. Este año hemos superado una meta de más del 14% de recaudación con respecto al anterior. El 2020 fue catastrófico para todos los municipios porque no hubieron ingresos. La pospandemia del 2021 fue fatal, porque Miraflores es un distrito de negocios, de entretenimiento y de oferta. Los hoteles vacíos, los restaurantes con aforo limitado, poco movimiento comercial, muchos negocios cerraron, no hubo ingreso por licencia. Por último, tuvimos un descuido en parques y jardines.

Si evaluase su gestión hasta ahora, ¿qué nota se pondría?

Me pondría 14.

¿Por qué?

Porque lo mejor viene este año. Por el año pasado me pondría un 12. Yo soy sincero. O sea, fue un año muy duro, pero este año, en estos seis meses, puedo decir que tengo un 14. Aspiro a llegar a un 18 para fin de año. Y el próximo año yo sé que voy a tener un 20.

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