Las excarcelaciones se dan tras semanas de negociaciones entre Caracas y Washington. Entre los presos políticos liberados figuraba un peruano que fue encarcelado en septiembre del año pasado.
Por: Mery Jiménez
El Gobierno de Nayib Bukele confirmó la repatriación de 252 ciudadanos venezolanos detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) de El Salvador por presuntos vínculos con la organización criminal Tren de Aragua. «Muchos de ellos enfrentan múltiples cargos de asesinato, robo, violación y otros delitos graves”, aseguró el mandatario a través de su cuenta de X. La medida formó parte de un canje negociado con Estados Unidos y Venezuela, a cambio de la liberación de diez ciudadanos estadounidenses que permanecían encarcelados injustamente en el país caribeño y un número no especificado de presos políticos venezolanos, entre los que figuraba un peruano.
“Tal y como se ofreció al régimen venezolano en abril, hemos llevado a cabo este intercambio a cambio de un número considerable de presos políticos venezolanos, personas que el régimen había mantenido en sus cárceles durante años, así como de todos los ciudadanos estadounidenses que tenía como rehenes”, declaró Bukele.

El avión con los repatriados venezolanos aterrizó en Maiquetía el viernes por la tarde, en medio de una recepción oficial encabezada por altos funcionarios del régimen de Maduro.
El avión con los deportados aterrizó el viernes 18 por la tarde en Maiquetía, Venezuela, donde los recibieron autoridades del Gobierno de Nicolás Maduro, entre ellos Diosdado Cabello, ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz y algunos familiares. Varios de los migrantes aseguraron haber sufrido “abusos físicos y psicológicos” durante su detención en la cárcel de máxima seguridad de Bukele, mientras que Maduro calificó al Cecot como un «campo de concentración nazi«.
En este contexto, la Cancillería venezolana afirmó que “Venezuela ha pagado un alto precio para conseguir la libertad de estos connacionales». Se refirió a los repatriados como “migrantes secuestrados en El Salvador por culpa de los sectores más extremistas de la derecha venezolana”, mientras que calificó a los estadounidenses liberados como “ciudadanos al orden de la Justicia por su comprobada participación en delitos graves contra la paz, la independencia y la seguridad de la nación”, aunque para Estados Unidos son presos políticos.

Estados Unidos considera que los ciudadanos liberados en Venezuela estaban detenidos arbitrariamente por razones políticas y no por delitos comunes.
El intercambio estuvo precedido por negociaciones entre Washington y Caracas, estancadas por discrepancias en las condiciones del acuerdo. Pese a ello, Maduro agradeció públicamente al presidente Donald Trump, al papa León XIV, al cardenal salvadoreño Gregorio Chávez y al expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero por sus gestiones en el proceso.
Cabe mencionar que, para estas deportaciones, Trump se amparó en la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que permite detener y expulsar de forma excepcional a ciudadanos de “naciones enemigas”. Activistas, incluida la ACLU, lo acusan de usarla para su agenda migratoria, con detenciones masivas sin orden judicial. Aunque algunos tribunales federales la suspendieron, hubo fallos contradictorios, y la Corte Suprema aún no ha resuelto sobre su aplicación, reconociendo solo el derecho de impugnar las expulsiones.
Sin embargo, lo cierto es que el proceso también refleja la relación estrecha entre el mandatario estadounidense y su homólogo salvadoreño, quien aceptó recluir en su país a extranjeros procesados por delitos en EE.UU. a cambio de una compensación económica de seis millones de dólares.
¿Quién es el peruano liberado en Venezuela?
La Cancillería confirmó que entre los presos políticos liberados en el intercambio figura el peruano Renzo Huamanchumo Castillo, detenido en Venezuela desde septiembre de 2024. Él reside y trabaja como agente de seguridad en Estados Unidos y habría sido detenido por supuestamente conspirar para asesinar a Nicolás Maduro.
Trascendió que al momento de su liberación se encontraba en buen estado de salud y conversó con funcionarios de la Embajada peruana en Washington y con su madre, quien lo esperaba en Texas.
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