A pocos días de cumplir seis meses como esposos y tras una millonaria remodelación, Meghan Markle y el príncipe Harry por fin podrán mudarse a su lujoso departamento en el Kensington Palace.
Un año de espera les ha tomado la reforma de su nuevo hogar a los duques de Sussex. Desde su boda —celebrada en mayo último—, estuvieron viviendo en Nottingham Cottage, una modesta residencia de 125 metros cuadrados, con solo dos dormitorios —diecinueve menos que la propiedad de su hermano, el príncipe William—, un pequeño salón, cocina y dos baños.
Aunque el lugar guarda profundo valor sentimental para el menor de los hijos de Diana de Gales —fue ahí donde le propuso matrimonio a Meghan—, ha dejado de ser funcional para la pareja real. Sobre todo ahora que esperan la llegada de su primogénito.
¿Cómo es su nueva residencia?
Por eso, este mes se han ultimado detalles en la costosa remodelación de su nueva morada. Según información publicada por el portal Daily Mail, se trata de un inmueble ubicado en Kensington Palace, donde también residen el príncipe William y Kate Middleton, y a quienes podrán visitar muy seguido, porque son sus vecinos de la puerta contigua.
Dicho espacio estuvo habitado por el duque de Gloucester —primo de la reina Isabel II— y su esposa desde 1972. Pero en noviembre pasado, él mismo se ofreció amablemente a desocupar el predio para que los recién casados imprimieran su toque personal en cuanto a la decoración y lo habitaran.
Las obras han costado nada menos que 1,6 millones de euros. La factura se entiende dado que las reformas realizadas son estructurales: se han cambiado las ventanas por otras más modernas así como el antiguo techo. Asimismo, la fachada y chimenea han sido visiblemente modificadas. El recinto, denominado Apartamento 1, cuenta con 21 habitaciones, un salón comedor muy amplio y un jardín que apunta a convertirse en el paraíso de sus mascotas, Guy y Oz.
Este cambio significa también una modificación en el estilo de vida de los esposos, ya que hasta ahora han vivido de una forma muy sencilla en su casa de campo. Además del servicio, se especula con la posibilidad de que la madre de la duquesa, Doria Ragland, sea una de las ocupantes de esas habitaciones, ahora que se ha mudado a Londres, para estar más cerca de su hija.
El toque personal de Meghan
Aunque no se sabe con certeza si se ha modernizado el interior, apostamos a que la decoración puede ir acorde al gusto de la duquesa. La ex actriz ya añadió velas y flores frescas por toda la casa cuando se trasladó a Nottingham Cottage. Además, tenemos idea de cómo era el antiguo hogar de Meghan.
Antes de mudarse a Londres y unirse a la realeza británica, alquilaba una casa ubicada en el tranquilo vecindario de Seaton Village, en Toronto.
La propiedad tenía una espaciosa sala comedor, tres dormitorios, dos baños y una cochera para dos vehículos. Además de un patio trasero, con plantas y una butaca de madera empotrada.
La decoración elegida por la entonces artista era de tonalidades neutras. Los grises eran protagonistas a través de diferentes texturas, generando gran contraste.
Por otro lado, las habitaciones contaban con grandes ventanales y armarios amplios, de puertas corredizas. Cuadros de grandes dimensiones añadían personalidad al ambiente.
Luego de su compromiso, Markle abandonó la casa y esta fue puesta en venta por US$ 1,395 millones. Según reportaron medios canadienses, en menos de una semana fue adquirida por una pareja.