Lady Kitty Spencer compartió una imagen que demostraría que —además de su abuela Isabel II— la hija de los duques de Cambridge guarda gran similitud con otro familiar paterno.
La sobrina de Diana de Gales publicó en su cuenta de Instagram un antiguo retrato suyo. La imagen en cuestión revela el gran parecido físico que la princesa Charlotte tiene con ella.
Según la descripción que la royal de 27 años plasmó en la foto, se trataba de su primer día de escuela.
Al compararla con las instantáneas que el Palacio de Kensington publicó en enero, donde se veía a la hija del príncipe William asistiendo a la guardería, comprobamos cuán similares lucen a temprana edad.
Por otro lado, la fotografía confirmaría que los genes de Charlotte están totalmente inclinados a su familia paterna. Previamente, se comparó su aspecto con el de su abuela, la reina Isabel II, y el de su padre.
El príncipe George, en cambio, ha heredado los rasgos del clan materno. Esto se evidencia cuando se examinan de cerca algunas características físicas. Así, el primogénito de los duques tiene unos intensos ojos marrones como su madre, así como una nariz más ancha y un fino labio inferior.
De hecho, es la personalidad traviesa y agitada de la pequeña también la diferencia de su hermano mayor, que normalmente se muestra más tímido y tranquilo.
Entre tanto, las imágenes que por lo pronto se tienen del príncipe Louis, son comparadas frecuentemente con las Kate cuando era una bebe.
¿Y Lady Kitty Spencer?
Kitty Eleanor Spencer es hija del conde Charles Spencer, el hermano menor de Lady Di. Técnicamente no pertenece a la familia real británica pero siempre ha estado cerca de sus primos William y Harry.
Nació en Londres y se crió en Sudáfrica, a donde su padre la llevó tras la muerte de la princesa Diana. ¿El motivo? Quería mantenerla alejada de los focos y que pudiera crecer como una niña normal.
Estudió psicología, política y literatura inglesa en la Universidad de Ciudad del Cabo. Más tarde, hizo un Máster en Administración en la Regent’s University London.
Actualmente, se desempeña como modelo. Ha desfilado para Dolce & Gabbana y en la Semana de la Moda de Milán. Además de haber sido elegida embajadora de Bvlgari.
No obstante, no se lo toma demasiado en serio. «Tengo una actitud relajada hacia el modelaje», declaró a Vanity Fair hace dos años. «Aprecio que me lleve a nuevos lugares y que puedas vestir cosas bonitas, además de vivir un poco como en un cuento de hadas por un día».
Al igual que su tía, tiene un lado solidario y desde el 2016 colabora con la organización benéfica Centrepoint, dedicada a ayudar a las personas sin recursos en su país natal.
Recientemente, la vimos en la boda de Meghan y Harry, así como en la de Eugenie de York. En ambas citas destacó como una de las invitadas con más estilo.