Los duques de Sussex tendrán que pasar su primer San Valentín como esposos separados. Deberes militares obligan al príncipe Harry a distanciarse miles de kilómetros en esta fecha tan romántica.
La agenda oficial del hijo menor de Diana de Gales no entiende de corazones e impedirá que la pareja cena a la luz de las velas este 14 de febrero. Según ha confirmado Kensington Palace, el príncipe visitará Noruega e inspeccionará maniobras militares que se realizan año a año en aguas extremadamente frías. Un plan muy alejado de la calidez de su nido de amor, en Cotswold.
¿En qué consiste su visita?
Los tradicionales Ejercicios de Clockwok se llevan a cabo anualmente a 200 millas del círculo polar ártico y sirven como entrenamiento para más de 16 mil efectivos desde 1969. En condiciones metereológicas extremas, se pone a prueba a militares que durante seis meses viven y entrenan en la base de Barbufoss (Noruega). Pero esta vez, además, se trata de una ocasión especial: se cumplen 50 años del cuerpo militar Comando Helicopter Force.
Harry acudirá a la cita en su condición de capitán general de la Marina Real, cargo que heredó de Felipe de Edimburgo en diciembre de 2017, después de que su abuelo lo ocupara durante 64 años. El esposo de la monarca, a su vez, tomó la posta de su suegro, el rey Jorge VI, en 1953, tras la coronación de Isabel II.
¿Qué hará Meghan entonces?
La duquesa de Sussex que espera su primer hijo tendrá que festejar San Valentín por su cuenta, algo que para ella nunca ha sido problema. Según recoge la revista Hello! la exprotagonista de la serie Suits compartió en su blog un post sobre la importancia de amarse a uno mismo y celebrar esa fecha aún sin pareja.
«Creo que necesitas ser tu propio Valentín. Creo que tienes que preparar esa linda cena, incluso si es solo para ti, ponerte tu vestido favorito, comprarte flores, y celebrar el amor propio del que a veces nos olvidamos cuando solo nos fijamos en lo que no tenemos», escribió Markle.