En medio de una disputa legal con su hijo Ernesto Augusto por el control del castillo familiar, el aún esposo de Carolina de Mónaco sufre un serio revés en su salud. 

Ernesto de Hannover ha tenido una nueva recaída y esta vez ha encendido todas las alarmas. El príncipe de 64 años fue sometido a una intervención quirúrgica en una clínica austriaca como informa la revista alemana Bunte. Tras ser trasladado en helicóptero hasta el nosocomio, los médicos diagnosticaron una severa inflamación en el páncreas que ponía en peligro su vida, por lo que fue operado de urgencia.

Pierre Casiraghi, la princesa Alexandra y el príncipe Ernesto de Hannover en la ceremonia por el Día Nacional de Mónaco en 2007.

La misma enfermedad estuvo a punto de llevarlo a la tumba en 2005, cuando, dos días antes de la muerte de Rainiero de Mónaco, entró en coma. Aunque aquella vez prometió dejar de beber y cuidar su alimentación, tal y como precisa el diario español El País, en 2011 volvió a ser internado en un hospital de Ibiza a raíz de su excesivo consumo de alcohol.

En mayo último presentó nuevamente un cuadro de pancreatitis y hemorragia interna, cuando festejaba en su finca de Grünau, en Austria. Aunque actualmente Hannover está en recuperación, medios europeos recogen que sus amistades más cercanas están extremadamente preocupadas por su salud, cada día más deteriorada debido a su descontrol.

Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco en el Royal Theatre de Copenhague (Dinamarca) en 2004.

Problemas familiares

Han sido numerosos los intentos por parte de su familia para que deje sus malos hábitos. Estos incluyen ingresos en centros de desintoxicación e intentos de inhabilitación, un asunto que probablemente reconsiderarán ahora. De hecho, no se descarta que Carolina de Mónaco, con la que aún está legalmente casado, se convierta en su tutora. 

Y es que ella y su hija Alexandra, de momento, son las más cercanas al aristócrata. En diciembre pasado, Hannover le declaró la guerra a su hijo, Ernesto Augusto, por la venta del castillo de Marienburg al estado de Baja Sajonia. La negociación —a valor simbólico de un euro— que le tomó siete años al heredero de la casa Güelfa, se paralizó cuando intervino su padre. 

Ernesto Augusto y el ministro de Cultura de Baja Sajonia, Björn Thümler, en el Castillo de Marienburg.

A través de una carta, Ernesto exigía la restitución de la propiedad alegando que la transacción era “ilegal e indigna”. Asimismo, acusaba a su hijo de “ingratitud”, al ceder la residencia oficial de su casa real al estado regional, y amenazaba con llevarlo ante los tribunales. 

Dadas las circunstancias, su segundo hijo, Christian, aparentemente ha decidido mantenerse al margen. No se le ha visto en la clínica y según detalla el portal Vanitatis, habría estado en Madrid durante la operación de su padre.

Matrimonio de los príncipes de Hannover.

La relación entre ellos tampoco es la mejor desde marzo del año pasado, cuando el royal de 33 años celebró su boda con Sassa de Osma, en nuestro país. En dicha cita, Ernesto de Hannover perdió el conocimiento y tuvo que ser hospitalizado. Se dijo que su ingreso se debió a una intoxicación alimentaria, pero muchos sospecharon que se trataba del abuso del alcohol.