Los Sussex hacen su primera aparición en California. La pareja cocinó con expresidiarios, en apoyo a la institución benéfica Homebody Industries.
Por Alejandra Grau
Es tal vez el regreso más astuto al ojo público que pudo haber hecho la pareja. Después de semanas de confinamiento, los Sussex han visitado una asociación benéfica dedicada a ayudar a expresidiarios.
Esta semana se conoció la noticia de que Harry y Meghan firmaron con la misma agencia de discursos que los Obama y los Clinton. De la mano de esta, se especula que podrían ganar £ 1 millón por participación. Pero por lucrativo que pueda ser este nuevo cambio de carrera, la pareja no muestra signos de haber abandonado sus actividades filantrópicas. De hecho, acaba de trascender que los Sussex se reunieron con expandilleros en una panadería de Los Ángeles, para conocer la labor de Homebody Industries.
Desde hace treinta años, esta organización brinda asesoría legal, educación y ayuda profesional a hombres y mujeres que han estado involucrados en pandillas y han sido previamente encarcelados en Los Ángeles. El objetivo es ayudarlos a cambiar el curso de sus vidas y de ayudarlos a convertirse en miembros valiosos de la comunidad local.
Durante su visita, el príncipe Harry y Meghan Markle –ataviados con guantes, mascarillas y siguiendo todos los protocolos de seguridad– ayudaron a preparar comida. Esta es una de las actividades que realizan los usuarios del progama en su proceso de rehabilitación.
Lo interesante de esta iniciativa es que los exconvictos no son los beneficiarios finales, sino que ellos mismos benefician a un tercero: a la población vulnerable de la tercera edad afectada por la crisis del coronavirus. A ellos van a parar los platos preparados por los jóvenes y, en este caso, por los duques de Sussex.
Se trata de la primera aparición pública y presencial de la pareja desde iniciada la pandemia. A la vez, es un statement que habla fuerte y claro acerca de la labor filantrópica de los Sussex: una serie de actividades que se mantendrá así los esposos ya no formen parte –oficialmente– de la realeza británica.