Tras cuatro años de su polémico compromiso, Mako de Japón y su novio, Kei Komuro, se casaron la mañana del 26 de octubre en una íntima ceremonia a la que le siguió una rueda de prensa.
Por Redacción COSAS
Lejos de los ritos asociados a las bodas imperiales japonesas, la historia de amor entre Mako de Japón y Kei Komuro ha escrito su mejor capítulo tras limitarse a registrar su matrimonio a través de la casa imperial.
De esta manera, la mañana del 26 de octubre, Mako y Kei se convirtieron en esposos lo que significó también la renuncia de la novia a su título real.
Esto, debido a la condición de plebeyo de Komuro, que obligaba a Mako a dejar de formar parte de la familia imperial y renunciar a su dote de más de un millón de euros.
El gran día
Alrededor de las 10 de la mañana, la prensa japonesa pudo captar las primeras imágenes de Mako el día de su boda.
La aún princesa abandonaba la residencia de sus padres con un vestido corto y un pequeño collar de perlas.
En sus manos, un ramo de flores indicaba que se dirigía a registrar su matrimonio, no sin antes abrazar a su hermana la princesa Kako.
Mako subió a un coche que la llevó hacia el hotel en el que se la esperaba su prometido para dar una rueda de prensa en la que se limitaron a leer sus respuestas a cinco preguntas seleccionadas.
La Casa Imperial se pronunció sobre aquella particularidad e indicó que las posibles preguntas espontáneas de la prensa le producían una “fuerte sensación de ansiedad” a la princesa por lo que prefirió seleccionar previamente los cuestionamientos.
Durante su exposición, la pareja agradeció a quienes los han apoyado durante su relación y pidieron perdón a quienes no están de acuerdo con su boda.
“Amo a Mako. Solo se vive una vez, y yo quiero pasar mi vida con la persona a la que quiero”, manifestó Kei Komuro.
Complicado camino al altar
El enlace de la pareja marca el final de un largo y polémico camino hacia el altar que comenzó hace tres años.
Como se recuerda, Mako y Kei planificaron casarse en noviembre de 2018, pero la boda se pospuso debido a problemas financieros en la familia del novio.
La madre de Komuro se vio envuelta en una disputa financiera relacionada con el dinero que había recibido de un exnovio, supuestamente prestado para financiar la educación de su hijo.
Este año, la boda se fijó para octubre, aunque con varios inconvenientes entre los que resaltaban el diagnóstico de la princesa Mako de estrés postraumático debido a la “complicada” situación que vivía.
Las constantes informaciones negativas sobre su compromiso, su familia y rumores sobre su prometido y la madre de este le han causado preocupaciones que desencadenaron en complicaciones en su salud mental.
Además, la desaprobación nacional de su boda con un “plebeyo” llevó a que el novio de Mako se convirtiera en protagonista de los tabloides japoneses.
El futuro para Mako y Kei
Tras su matrimonio, Mako ha indicado que su ahora esposo es alguien “irreemplazable” y que su matrimonio con él era una «decisión necesaria».
No hay duda que, a pesar de las adversidades, el amor que Mako y Kei se profesan los ha convertido en una de las parejas más queridas, llegando a hacerse conocidos como los “Meghan y Harry japoneses”, por su decisión de alejarse de la familia real a pesar de las consecuencias.
Tras el enlace, Mako se mudará a Nueva York, ciudad donde su ahora esposo labora en un despacho de abogados.
Tras su renuncia al título, el número de miembros de la familia imperial se reduce a diecisiete y sólo tres de ellos son varones y forman parte de la línea de sucesión.
La problemática de la escasez de miembros oficiales ha llevado a que la familia imperial cuestione sus reglas y considere permitir que las mujeres puedan casarse con hombres plebeyos sin dejar de ser princesas.
¿Desaparecerá la norma que alejó a Mako de la familia real? ¿Podría ahora recuperar su título? Sólo el tiempo lo dirá.
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