La reina Isabel II admitió que se siente frágil por primera vez, luego que su hijo Charles diera positivo a COVID-19.
Por Rodrigo Schang
La monarca del Reino Unido llevó a cabo su primer acto formal en persona tras haber salido positivo para COVID-19 su hijo Charles, príncipe de Gales. Con bastón en mano, la reina Isabel II recibió a su nuevo secretario de servicios de defensa y a su antecesor en el cargo, a quienes comentó que tiene problemas para moverse. “Bueno, como podéis ver, no me puedo mover”, declaró la reina señalando sus piernas.
Charles, de 73 años, heredero al trono, la semana pasada se retiró de un evento después de contraer coronavirus por segunda vez. Una fuente del palacio de Buckingham dijo que la monarca de 95 años no mostraba ningún síntoma, pero que la situación estaba siendo monitoreada. No obstante, la ansiedad había crecido por la posible exposición de la reina al COVID-19, a raíz del contagio de su hijo.
Asimismo, otra fuente de la familia real aseveró que la reina se había estado sintiendo ligeramente tensa, en lugar de haberse lesionado o enfermarse. La salud de la Isabel II, la monarca más antigua del mundo, ha estado en el punto de mira desde que pasó una noche en un hospital en octubre del año pasado por una dolencia no especificada y que luego sus médicos le aconsejaron que descansara.
Los hijos de la reina son otra historia
Entre tanto, el segundo hijo de la reina, el príncipe Andrew, resolvió una demanda civil de agresión sexual en los Estados Unidos el martes, supuestamente por 12 millones de libras (16,3 millones de dólares, 14,3 millones de euros), que los periódicos afirman que financiará en parte. Mientras tanto, la policía en Londres dijo el miércoles que estaban investigando las afirmaciones de que a un magnate saudí se le ofrecieron honores en el Reino Unido a cambio de donaciones a la fundación benéfica del príncipe Charles.
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