Conoce todos los detalles sobre la llamativa corona que acompaña los restos mortales de la reina Elizabeth II en Escocia.
Por Daniella Bejarano
El féretro de la reina Elizabeth II continúa su recorrido con destino final en el Palacio de Buckingham. De entre los muchos detalles y símbolos que están presentes en este tipo de actos, lo que más ha llamado la atención es la corona que reposaba sobre el ataúd de la reina.
La corona de Escocia es la pieza más antigua del Reino Unido y una de las más antiguas de Europa con 500 años de historia. Pesa más de un kilo y medio y está hecha de oro, con 22 gemas y 20 piedras preciosas incrustadas. Pero eso no es todo, está formada por perlas de agua dulce procedentes de los ríos de la nación, además de cuatro arcos que la componen decorados de oro y hojas de roble.
Una corona con años de historia
El primer monarca que la llevó puesta fue Jacobo IV, rey de Escocia en 1503, cuando la corona no lucía exactamente como la actual. Años más tarde, en 1540, fue reformada por su sucesor Jacobo V con motivo de la coronación de la reina consorte, Mary, en la abadía de Hoolyrood, de donde partió el cortejo fúnebre de Elizabeth II.
La última vez que se usó en una coronación fue cuando Carlos II asumió el trono y desde allí (1707) , permanece en el castillo de Edimburgo, junto con los demás honores, entre ellos el cetro y la espada del Estado. Cabe resaltar que la corona será devuelta a su lugar una vez que el féretro de la reina se marche a Londres.
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