Carole y Michael Middleton amasaron una gran fortuna con los ingresos de una tienda de disfraces y artículos para fiestas.
Por Sergio Herrera
La historia de la familia real británica dio un vuelco cuando en 1987, Carole y Michael Middleton fundaron Party Pieces, un negocio de disfraces y materiales para fiestas infantiles. Fue cuestión de tiempo para que el éxito de esta tienda posicionase a los Middleton como una familia de clase alta. En consecuencia, Kate, la hija de la pareja, pudo estudiar en Marlborough, el colegio donde fue alumna la princesa Eugenie de York. Una vez graduada, Kate estudiaría en St. Andrews, la universidad escocesa donde conocería a su futuro esposo, el príncipe William.
«Party Pieces nació el mismo año que mi hijo James», recuerda Carole Middleton en la descripción de la web de la tienda. «Después de pasar 3 años en Jordania trabajando para British Airways, decidimos que era hora de regresar a Reino Unido para escolarizar a Kate». Hasta entonces, Carole era azafata en dicha aerolínea y su esposo, Michael Middleton, era piloto.
«En la época, había muy pocas tiendas de artículos para fiestas, y como madre y anfitriona de cumpleaños infantiles, era todo un reto encontrar una piñata», dijo la abuela del príncipe George. Viendo que el proyecto tenía potencial, Carole montó el negocio en el patio de su propia casa. Posteriormente, el Internet ocasionó el salto a la venta online y propició beneficios millonarios. «Ahora contamos con más de 40 empleados y recibimos unos 4.000 pedidos a la semana», cuenta Carole. Recientemente, Party Pieces ha dado el gran salto al mercado estadounidense y ha abierto allí una tienda.
Los Middleton y Halloween
Dado el enfoque de la tienda, no es de extrañar que Halloween sea una festividad importante para las ventas de Party Pieces. Sin embargo, los disfraces de los Middleton no han estado libres de controversias. Por ejemplo, en 2017, varios padres rechazaron un disfraz de bruja compuesto de corsé, falda y medias para niñas de 4 a 10 años que fue visto como sexista. Mientras que un disfraz de un caballero decapitado para niños fue visto como muy macabro para ser considerado puramente infantil.
Cuatro años antes, luego del nacimiento del príncipe George, los Middleton fueron acusados de lucrar con el acontecimiento, pues Party Pieces lanzó una vajilla para bebé con el lema «A New Little Prince» (un nuevo principito). Debido a esta polémica, la tienda no ha vuelto a lanzar artículos vinculados a la realeza británica.
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