¿Orquestaron el duque y la duquesa de Windsor su propio robo de joyas para financiar su lujoso estilo de vida? Nueva evidencia sugiere que el infame robo de 1946 podría haber sido planeado por Wallis Simpson y su esposo.
Por Redacción COSAS
¿El duque y la duquesa de Windsor el atraco de 1946 para financiar su lujoso estilo de vida? Según el nuevo libro de Richard Wallace, The King’s Loot, podría haber sido un plan deliberado desde el principio. Conocidos por su inclinación por la opulencia, el duque de Windsor y su esposa, Wallis Simpson, estaban acostumbrados a vivir en el lujo, un hábito que se extendió a la extensa y costosa colección de joyas de la duquesa.
El misterioso robo
Desde el principio, el crimen tuvo aspectos desconcertantes. Por ejemplo, ¿por qué ninguno de los sirvientes notó nada malo? ¿Por qué los perros no ladraron ante la intrusión? Más tarde se reveló que la jefa de la limpieza paseaba a los perros en el momento del robo. Algo que era inusual respecto a sus tareas habituales a la hora de cenar. Además, los ladrones parecían saber exactamente adónde ir. Ellos entraron por una habitación de arriba junto a la de Simpson, lo que hizo que el atraco pareciera más un evento estratégicamente planeado que un acto aleatorio.
Curiosamente, no se llevaron todas las piezas valiosas de Simpson. Atrás quedaron dos objetos importantes: un broche de rubíes y zafiros de Cartier con las iniciales «E» y «W» entrelazadas que su marido le regaló durante la crisis de abdicación; y un broche de ave del paraíso con diamantes y zafiros de 65 quilates, que estaba escondido debajo de un jarrón. Incialmente, el duque afirmó que este broche estaba entre los artículos robados, lo que generó más dudas sobre la autenticidad del incidente.
¿Un robo planeado?
Los detalles exactos de lo robado y su verdadero valor siguen siendo debatidos. La mayoría de los historiadores coinciden en que se llevaron diez piezas importantes, valoradas en aproximadamente 500.000 libras esterlinas en ese momento, lo que equivale a 17 millones de libras esterlinas en la actualidad. Sin embargo, el duque desconcertó a los periodistas al estimar la pérdida en sólo 20.000 libras esterlinas, pese a que el broche de Cartier por sí solo valía esa cantidad. Su comportamiento evasivo y sus declaraciones contradictorias alimentaron la especulación de que los Windsor podrían haber sido cómplices de su propio robo.
Joyas aseguradas
La colección de joyas estaba asegurada por 400.000 libras esterlinas y las aseguradoras pagaron el importe total tras el robo. Posteriormente, se aseguró la colección de reposición por el doble de esa cantidad. Un año después, la pareja llevó una gran cantidad de gemas sueltas a Cartier para reensamblarlas en nuevos diseños. Aunque los Windsor podrían haber pensado que esto concluía el escandaloso asunto, persistieron los rumores sobre su participación.
Descubriendo la verdad
Leslie Field, autora de The Queen’s Jewels: The Personal Collection of Elizabeth II, está convencida de la complicidad de la pareja. Cree que la duquesa de Windsor exageró el robo para defraudar a las aseguradoras. «Al menos 30 artículos que ella mencionó como robados aparecieron en el catálogo de Sotheby’s en Ginebra en abril de 1987 y se vendieron a precios elevados», afirmó Field. «Está claro que nunca más podría volver a usar esas joyas después de que ella y su marido cobraran el seguro. Desde el principio estuvieron en una caja fuerte en París y permanecieron allí», afirma la historiadora.
Subasta sospechosa
La subasta de Sotheby’s, celebrada un año después de la muerte de Simpson en el hotel Beau Rivage, fue un acontecimiento importante para los compradores adinerados. Estaban ansiosos por adquirir una pieza de la colección de joyas de la duquesa, compuesta por 306 deslumbrantes lotes. Laurence Graff, el joyero londinense, pagó 823.000 libras esterlinas por el anillo de compromiso de Simpson, mientras que Andrew Lloyd Webber adquirió dos panteras enjoyadas para su esposa, la estrella de ópera Sarah Brightman. Según los informes, incluso la icónica Elizabeth Taylor llamó desde su casa de Los Ángeles para comprar un clip de diamantes con la forma de las plumas y la corona del Príncipe de Gales.
¿Un fin caritativo?
Sorprendentemente, Simpson legó las ganancias de la subasta al Instituto Pasteur de Francia, un importante centro de investigación médica. La venta recaudó £39 millones, que fueron debidamente donados. Sin embargo, quedan dudas sobre qué compraba la gente: ¿tesoros reales originales, réplicas o copias hábilmente elaboradas de las extraordinarias joyas de la duquesa? Hasta el día de hoy, la verdad sigue rodeada de misterio.
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