Este fin de semana, en el marco de las conmemoraciones del Día del Recuerdo, la princesa de Gales se unió a la familia real británica para honrar a los caídos en combate, tras finalizar en septiembre su tratamiento de quimioterapia.
Como cada año, la familia real rindió homenaje en el Cenotafio de Londres, monumento construido en 1919 en honor a quienes lucharon en la Primera Guerra Mundial y que ahora conmemora a todos los caídos en las siguientes guerras.
En un acto lleno de simbolismo y solemnidad, Middleton asistió al tradicional festival de Remembrance Day el sábado y al acto conmemorativo el domingo, desde el balcón de la Foreign Office. Esta es la segunda aparición pública de la princesa de Gales desde su recuperación.
Una solemne ceremonia para la familia real
La princesa de Gales, vestida de riguroso negro y con tres amapolas rojas en su abrigo (símbolo de respeto y memoria), compartió el balcón del Foreign Office con la duquesa de Edimburgo, la esposa del príncipe Eduardo, quien reemplazó a la reina Camilla debido a su baja médica por una infección pulmonar.
La ceremonia siguió el curso habitual. A las once en punto, hora en la que finalizó la Primera Guerra Mundial, los asistentes guardaron dos minutos de silencio en honor a los caídos, tras lo cual el rey Carlos III colocó una corona de flores en el Cenotafio. Luego, el príncipe William, en uniforme militar, y otros miembros de la familia real, como la princesa Ana y el príncipe Eduardo, replicaron el gesto.
Aunque aún no se ha anunciado la próxima aparición de la princesa de Gales, se espera que reaparezca con mayor frecuencia en los próximos eventos ahora que se ha recuperado. En diciembre, volverá a ser el centro de atención en el concierto de villancicos que organiza en la abadía de Westminster, transmitido en Nochebuena, un proyecto que ha continuado preparando durante su enfermedad.
Una lectura del lenguaje corporal en el Día del Recuerdo
Según la experta en lenguaje corporal, Judi James, la familia real mostró un semblante cargado de emoción y cercanía durante el evento en el Royal Albert Hall. James destacó la conexión entre los príncipes de Gales.
La experta asegura que la pareja real mostró gestos de “afecto, protección y amor”, un cambio evidente en su actitud en público. Desde su llegada, William ayudó a Kate a subir los escalones, un gesto de apoyo sutil, aunque significativo.
Las imágenes captaron momentos en los que el heredero al trono abrazaba la cintura y la espalda de su esposa, lo que para James simboliza una necesidad compartida de cercanía y consuelo. “No podían dejar de tocarse”, señaló la experta, quien interpreta este cambio como una disposición a mostrar públicamente la fortaleza de su relación en momentos difíciles.
Una familia unida
James señaló que estos gestos de afecto en público no son comunes en ellos, pero en esta ocasión parecen estar respondiendo a la preocupación pública por el estado de salud de Middleton. Este aumento en las muestras de afecto apunta a una imagen de unión y resiliencia, que busca evitar especulaciones. Durante la ceremonia, William y Kate se mantuvieron cerca, intercambiando caricias y miradas que reflejaban un vínculo de apoyo mutuo.
En el palco real, la solemnidad del acto no fue ignorada. La expresión de Kate pasó de radiante a seria mientras observaba el servicio, reflejando respeto y tristeza. La experta notó que sus cejas levantadas y ojos vidriosos revelaban el impacto emocional de la ceremonia en la princesa.
La princesa Ana, hija mayor de la reina Isabel II, acompañó a su hermano, mostrándose protectora y vigilante. Según James, la princesa mantuvo una actitud casi maternal, observando atentamente a Carlos y mostrándole su apoyo, incluso cuando el foco estaba en el escenario. La actitud de Ana de Inglaterra resaltó la estrecha relación y el apoyo que brinda a su hermano menor.
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