El busque escuela de la Armada Española llegó este martes a la Patagonia chilena, con la heredera del rey Felipe VI a bordo. Su arribo estaba previsto para el jueves, pero la travesía se adelantó debido a una fuerte borrasca.

Por Redacción COSAS

La princesa Leonor llegó a tierras chilenas a inicios de esta semana a bordo del buque escuela de la Armada Española, el Juan Sebastián de Elcano. El 18 de marzo arribó en Punta Arenas, una ciudad cercana a la punta más al sur de la Patagonia. Si bien su llegada estaba prevista para el jueves 20 de marzo, la travesía tuvo que adelantarse debido a una fuerte borrasca que hizo necesario modificar la ruta.

El buque obtiene su nombre por el explorador Juan Sebastián de Elcano, quien completó la primera vuelta al mundo tras la muerte de Fernando de Magallanes.

Travesía por Sudamérica

La embarcación, que está realizando su 97º crucero de instrucción, cruzó el estrecho de Magallanes para arribar en Punta Arenas, una de las rutas de navegación más desafiantes del mundo. Los fuertes vientos y las intensas corrientes convierten este paso en un auténtico laberinto de fiordos e islas, siendo además la principal vía natural de conexión entre los océanos Atlántico y Pacífico.

El Elcano atracó en el puerto de Punta Arenas con las velas recogidas, pero hasta el momento no tiene lugar el tradicional saludo con los guardiamarinas en cubierta agitando sus gorras. En esta escala, a diferencia de otras paradas, no hay previstas actividades oficiales, lo que hizo que la llegada sea más discreta. La estancia en la ciudad austral se extenderá hasta el domingo, y aunque no hay actos institucionales en agenda, el sábado se celebrará una jornada de puertas abiertas para que quienes lo deseen puedan conocer la embarcación, según informó el medio chileno Emol.

Para Leonor y los 75 guardiamarinas que la acompañan en esta travesía, estos días en Punta Arenas serán una oportunidad para explorar la ciudad y disfrutar de un descanso después de semanas de navegación. Desde que zarparon de Cádiz en enero, han recorrido miles de millas náuticas, y aún les espera un extenso itinerario. El barco partirá el domingo rumbo a Valparaíso, donde está previsto que llegue el 4 de abril.

Vista del Elcano desde el puerto chileno.

Los próximos destinos de la princesa

Esta es la tercera escala del Elcano en América dentro de su actual viaje de instrucción. Antes de llegar a Chile, hizo parada en Montevideo y en Salvador de Bahía, Brasil, donde la tripulación protagonizó una animada batucada que dio la vuelta al mundo y generó cierto revuelo mediático por la difusión de bulos relacionados con el evento.

Tras Valparaíso, el buque seguirá su ruta hacia El Callao, Ciudad de Panamá, Cartagena de Indias, Santo Domingo y Nueva York. Sin embargo, la princesa de Asturias no completará la travesía en el Elcano como el resto de sus compañeros. En lugar de regresar a España a bordo del buque escuela, en su sexto mes de formación embarcará en una fragata de la Armada para completar otra fase de su instrucción.

Cuando el Elcano llegue a Gijón, ciudad al norte de España, el 3 de julio, Leonor volverá a embarcarse en el buque para recorrer la última etapa del viaje junto a sus compañeros. Desde allí, navegarán hacia Ferrol y Marín, donde el crucero finalizará el 14 de julio, apenas dos días antes de la tradicional entrega de despachos en la Escuela Naval, que se celebra el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, patrona de la Armada.

Leonor y sus compañeros, fondeados en aguas brasileñas.

La vida en el buque

Leonor lleva su rutina al igual que el resto de sus compañeros. La princesa se levanta cada mañana a las 6:45 horas para cumplir con el rigor de la vida en alta mar, realizando actividades como clases, ejercicios físicos y tareas relacionadas con su formación marinera. Una vez que se embarcó en el Elcano, fue tratada como cualquiera de sus 75 compañeros.

Tras realizar sus tareas matutinas, toma las clases y actividades relacionadas con su formación, que continuarán hasta la hora del almuerzo a las 13:00 horas. La tarde se reserva para más clases, que finalizarán a las 18:00 horas, cuando los guardiamarinas tienen algo de tiempo libre para actividades como leer, jugar o incluso participar en misa, de manera voluntaria.

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