Desde Nueva York hasta los rincones más remotos de la Amazonía y los Andes, Help Perú demuestra que la ayuda bien acompañada puede cambiar vidas. Historias de esperanza, resiliencia y empoderamiento dan cuenta de una década de compromiso y transformación social.

Por: Tony Tafur Fotos: Natalia Ormeño 

El esplendor del Metropolitan Club de Nueva York fue el escenario de la duodécima gala anual de Help Perú. Entre candelabros dorados, cortinas carmesí y una atmósfera de elegancia clásica, la comunidad peruana se reunió para celebrar más de una década de impacto social. La cena, organizada por los más de treinta directores y voluntarios, reunió a donantes, aliados y amigos de la institución en un ambiente marcado por el entusiasmo y la generosidad.

Vania Masías

Vania Masías, fundadora de D1, estuvo presente junto a exalumnos de su Programa Formativo Integral.

El grupo de danza de Vania Masías llenó el salón con ritmo y color, llevando un pedazo del Perú al corazón de Manhattan. Entre los asistentes destacó Mariana Correa de Hochschild, homenajeada por su compromiso con los programas de la fundación, acompañada de su esposo Eduardo Hochschild y un selecto grupo de amigos. Fue una noche luminosa, donde arte, comunidad y propósito se entrelazaron para seguir tendiendo puentes entre Nueva York y el Perú.

Cuando subió al estrado para recibir el reconocimiento Building a Better Future, Mariana habló con una serenidad que conmovió al público. “Recibir este reconocimiento en nombre de Misión Huascarán es un honor inmenso”, dijo. “Transformar la vida en las comunidades rurales del Perú no solo es posible, es urgente.” Su discurso recordó que detrás de cada iniciativa hay voluntarias, colaboradores y empresarios que creen en un país donde la pobreza y la belleza conviven con la misma intensidad. “Cada cifra representa un rostro, una historia y un futuro que empieza a cambiar”, añadió.

Formado por Vania Masías, el cuerpo de baile de D1 que radica en NYC es una muestra del propósito por el bien común

Formado por Vania Masías, el cuerpo de baile de D1 que radica en NYC es una muestra del propósito por el bien común.

Esa misma conexión entre dos mundos –el del Perú que emprende y el del Perú que ayuda desde el extranjero– fue el espíritu que dio origen a Help Perú hace doce años. Lo que hoy se celebra en salones dorados nació del deseo de unir esfuerzos, canalizar la solidaridad y convertirla en acción sostenible.

Corría el año 2013 y un grupo de peruanos en Nueva York sentía que algo faltaba: un puente real y confiable hacia su país. Michael Holme, cofundador de Help Perú, recuerda cómo el terremoto de Pisco expuso esa carencia. “Muchos nos preguntaban cómo hacer llegar donaciones; no existía un vehículo adecuado. Y además, la comunidad peruana necesitaba un motivo para unirse y generar cultura de filantropía”, comenta. Esa inquietud se transformó en misión y, poco a poco, en acción.

Hoy, Help Perú beneficia directamente a más de treinta mil personas, y su modelo ha evolucionado hacia algo más que la simple entrega de recursos: acompaña, orienta y empodera a sus aliados locales, impulsando iniciativas sólidas y perdurables. “Antes nuestros socios no tenían planes de monitoreo ni estructuras de gobernanza; ahora cuentan con objetivos claros, indicadores medibles y proyectos replicables”, afirma Christopher Price, director ejecutivo.

Las acciones de Help Perú combinan visión, estrategia y corazón. Amantani, en Cusco y Loreto, promueve habilidades sociales y de empleabilidad en jóvenes, integrando temas de salud y medio ambiente. Hands on Perú, en Trujillo, brinda atención preventiva y crea oportunidades económicas para mujeres. Prisma, en Loreto, combate el dengue y fomenta el reciclaje junto a la generación de ingresos. “Lo que nos conecta es la apuesta por un desarrollo integral y sostenido en el tiempo”, explica Adriana Delgado, subdirectora.

Detrás de las cifras hay relatos que conmueven, como el de Dina, madre en Ciudad Pachacútec, cuya hija recibió apoyo del programa CASITA y hoy se comunica con ella gracias a agentes comunitarios. “Estas pequeñas grandes transformaciones nos impulsan cada día”, añade Delgado.

Para garantizar que las iniciativas perduren, Help Perú combina planificación estratégica con participación activa de las comunidades: desde la concepción hasta la ejecución, pasando por la contribución de recursos propios. Cada propuesta se diseña pensando en que, al concluir el acompañamiento, la población beneficiada pueda continuar con fuerza y autonomía.

De cara al futuro, Delgado detalla que la organización seguirá expandiendo y replicando experiencias exitosas, explorará innovaciones y fortalecerá su red de colaboración con empresas, entidades públicas, ONG y universidades, con la meta de alcanzar a cien mil beneficiarios.

Para quienes deseen sumarse, la invitación es clara: visitar la página web, suscribirse a los boletines, conocer las historias de quienes se ven transformados por este trabajo, difundir los programas y, si se puede, contribuir. Porque, como demuestra Help Perú, cambiar vidas es posible cuando la transparencia, la estrategia y el corazón van de la mano.

Alexia Harten y Joaquín Ormeño

Alexia Harten y Joaquín Ormeño.

Margot y Yamal Zaidan, y Mariana Correa de Hochschild

Margot y Yamal Zaidan, y Mariana Correa de Hochschild.

Detrás_ Sofía Hochschild, Heather Kerzner y Patica Jenkins. Delante_ Alexia Hochschild, Mariana Correa y Margot Zaidan

Detrás_ Sofía Hochschild, Heather Kerzner y Patica Jenkins. Delante_ Alexia Hochschild, Mariana Correa y Margot Zaidan.

Katie Baric y Tess Kelly

Katie Baric y Tess Kelly.

Fernando Bravo y Augusto Urmeneta

Fernando Bravo y Augusto Urmeneta.

Juanita Burga y Stefano Peschiera

Juanita Burga y Stefano Peschiera.

Augusto Urmeneta, presidente del Directorio de Help Perú; Mariana Correa de Hochschild, homenajeada por su labor filantrópica al frente de Misión Huascarán; y Christopher Price, director ejecutivo

Augusto Urmeneta, presidente del Directorio de Help Perú; Mariana Correa de Hochschild, homenajeada por su labor filantrópica al frente de Misión Huascarán; y Christopher Price, director ejecutivo de la organización, durante la duodécima gala anual en Nueva York.

Andrea Torriglia, Pilar Secada-Crider y Juan Naveira

Andrea Torriglia, Pilar Secada-Crider y Juan Naveira.

Walter Ibarra, Luis Oganes y Adriana Roca

Walter Ibarra, Luis Oganes y Adriana Roca.

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