Junto a dos de sus hijos, el doctor Luis Noriega, especialista en reproducción asistida, lidera el reto Concebir, que consiste en nadar en aguas abiertas en parajes como el lago Titicaca o el Canal de la Mancha, para recaudar fondos en beneficio de personas de bajos recursos que necesiten de procedimientos de fertilidad.
Por Dan Lerner Fotos de Daniella Profeta
Su oficina es amplia y luce pulcra. El piso de parqué está perfectamente lustrado y mientras del otro lado del escritorio el doctor Luis Noriega se acomoda, recibe una llamada. En realidad, son dos llamadas, porque en medio de una de ellas abre la otra línea. Habla de un bebé que ha nacido con malformaciones, habla de algún procedimiento por realizar, y luego vuelve a la otra llamada. Después de un par de minutos, el doctor cuelga el celular, se remanga, como si estuviera preparándose para una operación, y pregunta: “¿Para qué soy bueno?”.
Aparentemente, para unas cuantas cosas. Luis Noriega Hoces es un médico pionero de la reproducción asistida en el Perú. En 1989, junto a otro médico y a un biólogo, realizó el primer caso de fecundación in vitro en el país, convirtiéndose en el gran precursor de este tipo de procedimientos. En 2002, fundó laClínica de Fertilidad Asistida y Ginecología Concebir, donde nos recibe.
“Ya tenemos treinta años en el mercado. Al día de hoy, hay casi doce mil niños nacidos con estas técnicas en nuestros laboratorios. En Latinoamérica estábamos en la cola en términos de tecnología y laboratorios, pero ahora estamos a la vanguardia de la región. Hay más de trescientos centros que realizan la misma labor que nosotros en toda América Latina, y creo que nuestros resultados son comparables a los del Primer Mundo. Tenemos de todo para ofrecer a cada paciente lo que corresponde”, afirma Noriega.
“Lo que hacemos ahora era impensable hace cuarenta años. No existe pareja en el mundo actual que no pueda tener hijos; es un tema de decisión personal. Si no tengo óvulos, tengo un banco de óvulos; hay bancos de esperma, útero subrogado. Y, al final, puedo adoptar. El concepto de paternidad o maternidad es amplio. Los tabús han quedado bastante atrás porque en el mundo actual un hombre puede decir que tiene problemas de disfunción sexual y puede recurrir a los tratamientos. Es cierto que todavía hay problemas en una sociedad como la nuestra, que pretende juzgar a aquellos que quieren tener hijos con tratamiento, pero entendemos que se trata de un proceso cultural que debe ir cambiando. Lo que sí, para que quede claro, la ciencia de reproducción asistida no es buena ni es mala: lo que puede ser bueno o malo es el uso que le damos. Una buena tecnología, hecha de manera adecuada, con ética, es beneficiosa. Aquello que represente la distorsión, como por ejemplo la clonación, son cosas aberrantes”, agrega.
Un reto en familia
Desde 2012, el doctor Noriega practica natación en aguas abiertas. Hacía la ruta Chorrillos-La Punta, una de las más populares en esa disciplina, o nadaba en las aguas de Paracas y Vichayito. “En 2016 nos pusimos el primer reto de nadar con dos de mis hijos, todo coordinado por el tercero, en el Canal de la Mancha. Es la ruta de mayor impacto en la natación de aguas abiertas”, acota Noriega. Durante ese mismo año, la idea era realizar la ruta del Estrecho de Gibraltar, pero la lista de inscripciones estaba llena. De hecho, solo los dejaron inscribirse para este año.
En setiembre de 2016, lograron cruzar el Canal de la Mancha. A partir de ese logro, surgió una idea que terminaría siendo todo un éxito. “En determinado momento nos preguntamos: ‘¿Por qué estamos nadando?’; ahí nació la idea de decir que nadamos en solidaridad con los hombres y las mujeres del mundo que luchan día a día por tener hijos. Y así quedó plasmado como Reto Concebir”.
Desde principios de este año, el Reto Concebir dio un paso importante: la Clínica Concebir, fundada por el doctor Noriega, se ha comprometido a brindar apoyo económico, entregando un sol por cada metro nadado.
“En febrero, el menor de mis hijos, Javier, nadó de Chorrillos a La Punta, casi veintitrés kilómetros, pero con el reto de hacerlo amarrado a un kayak con su hijo de catorce años sentado. Ese fue el primer Reto Concebir con apoyo económico. Al final, logró pasar la prueba y se asignó veinticuatro mil soles a un fondo que fue entregado y se está distribuyendo para que pacientes de bajos recursos económicos puedan tener un bebé”, señala Noriega.
“El 19 y el 20 de mayo formamos un grupo de diez nadadores, hicimos una ruta desde la sede de San Antonio del Club Regatas hasta la sede de Chorrillos. Más o menos setenta y cuatro kilómetros. Salimos el sábado a las doce del día y llegamos al día siguiente al mediodía. Se nadó día y noche. Fue una prueba fuerte que realizamos con Mauricio Fiol, Roberto Camino y otros nadadores de aguas abiertas, aparte de mis hijos. Ahí conseguimos doce mil soles para los pacientes de bajos recursos”, agrega.
El Reto Concebir hubiera sido imposible de plantear si es que el doctor Noriega no hubiera contado con el apoyo de sus hijos. “Esto empieza con la unión familiar”, afirma orgulloso. “Aparte de trabajar con mis hijos en el área de la reproducción asistida (dos de ellos son sus colegas), lo interesante es que los tres nadamos, y el Reto Concebir nació con nosotros. Mi tercer hijo, además, ve la parte logística y la cuarta hace las fotos. Cada uno cumple una función. Cada uno tiene su vida, pero para mí, como padre, es impresionante y muy importante poder rodearme de mis hijos tan seguido. No hay mejor recuerdo, ni mejor anécdota, ni mejor experiencia”, acota.
En julio de este año, los Noriega nadarán por fin en el Estrecho de Gibraltar. Y el reto, esta vez, tiene una remuneración mayor. “Al tener yo sesenta y seis años, existe la duda sobre si podré terminar la ruta. Así que la empresa ha decidido entregar un dólar por metro (antes era un sol), de manera que si logro llegar, serán veintitrés mil dólares para ayudar a las personas de bajos recursos a cumplir el sueño de ser padres”, sostiene. Miles de peruanos estarán haciendo fuerza por él.