Hospédese en estos sofisticados lodges de safari, donde las instalaciones son tan impresionantes como el paisaje. Es una jungla ahí afuera…

Por Isabel Miró Quesada / Foto principal: Mwiba Lodge

1. Mwiba Lodge (Serengueti, Tanzania)

africatravelresource.com

No hay muchos lugares con cincuenta mil hectáreas de naturaleza prístina para explorar, y mucho menos uno con solo ocho habitaciones. Pero Mwiba fue construido por el multimillonario estadounidense Dan Friedkin, y a él le gusta su espacio (su familia arrienda seis millones de acres en Tanzania dedicados a la conservación). Ahí uno puede hacer lo que quiera cuando quiera: ir a caminar con la tribu local Hadzabe; avistar a los miles de ñus que atraviesan el sur de Serengueti; ver el sol caer lánguidamente detrás de cantos rodados gigantes, champaña en mano.

El Mwiba Lodge está en un espacio de cincuenta mil hectáreas para explorar y disfrutar.

Disfrute de platos de estilo Ottolenghi y de una bodega muy bien surtida. O simplemente pase el rato en los exquisitos espacios de piedra, madera y paja, en la piscina infinita o en un baño con forma de huevo en un acantilado con vistas al bosque, mientras los pájaros multicolores revolotean sobre su cabeza y los elefantes, debajo, trompetean en sus charcos de barro. Cuatro noches desde US$6000.

2. Asilia Jabali Ridge (Parque Nacional de Ruaha, Tanzania)

Manos arriba quien haya oído hablar de Ruaha. Pensamos que no serán muchos. El parque nacional más grande, salvaje y remoto de Tanzania ha estado fuera del radar del safari. Hasta ahora. Esto gracias a Jabali Ridge de Asilia. Esta marca es conocida por sus campamentos elegantes y su expertise en conservación. Aquí, el impecable diseño es tan deslumbrante como el escenario. Construido sobre pilotes alrededor de enormes rocas redondas, y con vistas a los antiguos baobabs, Jabali se inspira en el paisaje.

El Jabali Ridge se inspira en el paisaje de Tanzania.

Las habitaciones son todas de madera y piedra gris, con sábanas de tono tierra y paredes de persinas que se abren para dejar entrar al exterior. Guías de primera categoría saben dónde encontrar las grandes manadas de elefantes y búfalos. Ruaha es el hogar de una décima parte de los leones del mundo. Entre cada recorrido por el parque, disfrute de las vistas desde una hamaca o desde la piscina infinita de color aguamarina. Hay un comedor al aire libre para cenar bajo la Vía Láctea, mientras las hienas ríen y los leones rugen en la noche. Cuatro noches desde US$5720.

3. Singita Sabora Tented Camp (Serengueti, Tanzania)

scottdunn.com

Juegue aquí al tenis, y hay una buena probabilidad de que su pelota golpee a una cebra. En serio. Este romantiquísimo campamento se encuentra en unas llanuras que son corredores naturales de migración para miles de animales, por lo que están en todas partes (sí, los leones probablemente rugirán justo afuera de su habitación). El campamento es como un set de filmación de “África mía”: nueve enormes tiendas de campaña con camas de caoba con dosel, un tocador repleto de cepillos de plata, pisos forrados con alfombras persas y sofás de terciopelo rellenos de plumas y cubiertos con cojines de seda.

El Singita Sabora se caracteriza por ser un campamento romántico.

El té se sirve en bandejas de plata acompañado de macarrones, cake inglés y sándwiches de miga. Las bebidas se vierten en vasos de cristal y la música sale de un viejo gramófono. Por la noche, después de un masaje a la luz de las velas, se pueden buscar estrellas fugaces a través de los telescopios de bronce, nadar escuchando a las hienas reír o sumergirse en un baño de burbujas imaginando ser Karen Blixen. Tres noches desde US$13.000.

4. & Beyond Phinda Rock Lodge (Phinda Private Game Reserve, Sudáfrica)

andbeyond.com

Este campamento en el parque privado Phinda, en Zululand, del grupo AndBeyond, le ha dado un aire sexy al turismo sostenible, sin dejar de cuidar cada detalle (anticipe recibir el chocolatín de menta sobre su almohada cada noche). A través de una maniobra con pocos precedentes, lograron devolverles los títulos de propiedad de las quince mil hectáreas a sus nativos dueños ancestrales, en un acuerdo con el organismo de conservación Great Planes.

El Phinda Rock Lodge, en Sudáfrica, le da un aire sexy al turismo sostenible.

Si encuentran a algún rinoceronte en peligro de extinción, lo transportan a Botsuana para que lo cuiden. De la mano con estos logros en sostenibilidad, Rock Lodge es el primer campamento de Phinda pensado en adultos (no en familias), con una terraza para cenar al aire libre, un surtido bar y una política estricta de que se admiten niños. Doble, desde US$1430.

5. Sujan Sher Bagh (Ranthambore, India) 

Sí, es un campamento, pero a menos que uno sea la realeza india, este será el más mágico que vea. Cada una de las carpas de lona inspiradas en los años veinte de Sher Bagh está equipada con muebles vintage, duchas españolas y una biblioteca de guías de animales encuadernadas en cuero, para ayudarlo a distinguir entre un colimbo de gran cresta de su lavandera.

El Sujan Sher Bagh es un campamento mágico, con inspiración en los años veinte.

La cena se sirve frente a una gran fogata, debajo de una centelleante constelación de lámparas de velas; es pura alegría irse a dormir acostado en una cama con dosel y escuchando el sonido envolvente de la jungla. Pero todo esto acaba de dorar el lirio: está aquí para vislumbrar uno de los esquivos tigres de la India. Desde que nació, el Parque Nacional Ranthambore y sus felinos han sido parte de la vida de su propietario, Jaisal Singh. No hay mejores manos para estar que en las suyas si se quiere ver algunos de estos animales protegidos. Doble, desde US$705.