La más reciente edición del París Alta Costura nos mostró que la industria de la moda apunta cada vez más hacia la sostenibilidad.
Por Arianna Gonzáles
En un mundo que apuesta por volverse cada vez más consciente y ecológico, la industria de la moda, considerada la segunda más contaminante del mundo, solo por detrás de la petrolera, se une de a pocos a un futuro sostenible.
Así lo demuestra la más reciente edición del París Alta Costura, que nos regaló cuatro días de las colecciones de otoño-invierno 2021/2022 de 33 casas de moda.
Slow fashion y Alta Costura
Si hay un único punto en el que, antes de esta edición, la alta costura rozaba a la sostenibilidad este era el “slow fashion”.
El término que se refiere a la moda que busca excelencia y calidad en la fabricación de sus prendas para que estas duren más y, por ende, el consumo de ropa se reduzca, ha sido un buen punto de partida.
Sin embargo, no es suficiente y con el calentamiento global avanzando a pasos acelerados, se requiere de una Alta Costura que sea circular, ecológica y sostenible.
Eso es, en teoría, las bases que han tratado de sentarse en la última edición de desfiles Haute Couture. Y estas son las lecciones que las pasarelas nos han dejado.
Adiós consumo desmedido
Si hablamos de slow fashion y Alta Costura, no podemos dejar de mencionar a Ronald van der Kemp.
El diseñador, que es un pionero de la sustentabilidad en la industria de la moda, fue uno de los primeros en llevar técnicas de suprareciclaje a las pasarelas de Alta Costura.
Colección tras colección, van Der Kemp busca concientizar al mundo sobre el consumo desmedido y el fast fashion.
La pandemia ha llevado a que mucha gente de adapte a la nueva normalidad consumiendo excesivamente, por todos los meses que estuvimos sin poder hacerlo. Ahí, aparece Ronald, mostrando que la mejor manera de verse bien es siendo consciente del origen de cada una de las prendas que usamos.
El lujo es artesanal
El regreso de Balenciaga a la Alta Costura fue por todo lo alto y con Demna Gvasalia trayendo el streetwear a la pasarela.
Gvasalia nos demostró que el lujo es artesanal, con jeans que hacían del denim una tela preciosa trabajada a mano, utilizando telares de origen americano, por una empresa textil japonesa.
Esto, rompe el concepto que sólo amparaba vestidos y sastres dentro de la Alta Costura, pero también nos abre las puertas al maravilloso mundo de las prendas del día a día en versión artesanal.
La sustentabilidad es la nueva moda
El concepto sostenible es un must en las colecciones de los diseñadores emergentes. Es parte de su esencia e identidad.
Un claro ejemplo es la colección de Tomo Koizumi, que mostró exhubeeantes vestidos hechos de materiales sustentables.
Para ser exactos, varios diseños de su pasarela son de organza 100% reciclada hecha a partir de botellas de plástico, además de usar telas descontinuadas para complementar los diseños.
Reciclar is the new black
Hace años, el concepto de reciclaje y Alta Costura no podían ser más alejados. Koizumi no fue el único que demostró que es posible.
Schiaparelli hizo lo propio, desafiando su concepto de Haute Couture y sumándose al compromiso ambiental sin dejar de lado el surrealismo propio de la marca.
Los jeans y su chaqueta bordada con hilos de oro recuperados están hechos de once pares de jeans que la marca compró en tiendas vintage.
Moda Tech
Como todo lo tecnológico tiene espacio en el futuro, la moda no podía ser la excepción. Iris van Herpen es el nombre detrás de la convergencia de lo fashion y lo tech.
Su más reciente colección ‘Earthrise’ es una oda a la biodiversidad de nuestro planeta y al respeto por el mismo.
Por ello, además de incluir trajes con piezas 3D, Van Herpen ha adaptado procesos circulares en sus colecciones.
En alianza con la organización social Parley for the Oceans, la diseñadora holandesa también presentó diseños hechos con plástico reciclado.
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