“No tóxico”, “natural” y “sostenible” son términos que en la actualidad acaparan las etiquetas de los productos de belleza. Pero ¿los llamados productos “completamente naturales” son lo mejor para la piel? Expertos en el cuidado de la dermis rompen ciertos mitos en torno a la cosmética natural, que vive su apogeo, y sus múltiples beneficios.
Por Cecilia Navarrete
En la actualidad, los productos de belleza ostentan ser naturales, no tóxicos, sin fragancias. Se venden como lo mejor para que la piel luzca sana, tersa, hidratada. Pero, ¿qué tanto de verdad hay detrás de la etiqueta?
Mito: el cuidado natural de la piel es la mejor opción
El término “cuidado natural” no tiene una definición precisa y, por lo tanto, se interpreta de distintas maneras. Gran parte de la población ha asumido que, si un producto es natural, es más seguro que su equivalente sintético.
Sin embargo, la doctora Anjali Mahto sostiene que algunos ingredientes a base de plantas pueden irritar la piel, especialmente los aceites esenciales, que se han popularizado en los últimos años, pero su uso no ha sido el adecuado, desencadenando problemas con el cutis.
Mito: cuidado con los ingredientes tóxicos
La palabra “tóxico” se usa ampliamente para describir los ingredientes en los productos de belleza. Sin embargo, el científico de cosméticos Sam Farmer indica que el adjetivo es engañoso. Al denominar un producto como “tóxico”, se hace referencia a la dosis de determinado elemento químico usada en la fabricación del producto, y no al elemento en sí. En altas dosis, varios de los productos no considerados tóxicos podrían serlo, y viceversa; aquellos que no son aprobados por su “toxicidad”, con una reducción de dosis, podrían resultar beneficiosos.
Mito: las fragancias en el cuidado de la piel causan irritación
Este mito se ha popularizado a pesar de que solo es aplicable si es que existen ciertas condiciones cutáneas. Según la doctora Mahto, aquellos que tienen problemas crónicos de inflamación en la piel deberán abstenerse de los productos sin fragancias. Sin embargo, quienes no cuenten con esta condición podrán continuar usando productos que sí las contengan sin problema.
Mito: los parabenos y las siliconas son malos para la salud
Cuando vemos en un producto que está “libre” de una sustancia, en los casos más comunes, “libre de parabenos”, asumimos que es por alguna razón científica. Los dermatólogos argumentan que no siempre es así. Por ejemplo, la silicona se utiliza para dar una textura resbaladiza a productos como maquillajes en crema, labiales y máscaras de pestañas. Pero tiene una mala reputación por reportes que indican que bloquea los poros, y es por ello que no es apto, en su mayoría, para pieles con tendencia al acné.
En el caso de los parabenos, la doctora Anjali Mahto, dermatóloga y portavoz de la mayor organización benéfica para la piel del Reino Unido, The British Skin Foundation, explica que el miedo a esta sustancia se debe a un estudio de 2004 que relacionaba incorrectamente a los parabenos con el desarrollo de cáncer de mama. Sin embargo, este temor ha permanecido satanizando este ingrediente, que es eficaz en la prevención de la proliferación de hongos y bacterias.
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