La supermodelo peruana participó en el desfile “HURON”, nuevamente de la mano del diseñador mexicano-estadounidense. En exclusiva para COSAS, Juana nos comparte su experiencia
Por: María Jesús Sarca Antonio. | Fotos: Ana Flores
Juana Burga, reconocida topmodel, actriz y activista peruana, formó parte del desfile de la colección Primavera-Verano 2026 de Willy Chavarría en la Salle Pleyel de París. La propuesta, titulada “HURON”, abordó temas como la deshumanización de los migrantes en Estados Unidos y la resistencia cultural desde una estética sofisticada.
“Willy siempre makes an statement con su trabajo y ser parte de su mundo es realmente un honor”, comenta Juana sobre su participación.
La única modelo peruana que desfiló en Nueva York, Londres, Milán y París lució un conjunto de blusa celeste y falda midi color verde esmeralda y de textura brocada. El conjunto fue potenciado por un sombrero negro de ala ancha, gafas angulosas oscuras, clutch cereza, labios rojos mate y calzado translúcido con correa al tobillo.
“Para mí, caminar sobre esa pasarela fue una forma de abrazar la elegancia y el poder de la mujer latina, algo que he visto en fotos de mi abuela. Siempre se vestía así para ir a las fiestas: tacones, faldas ajustadas de talle alto y joyas hermosas”, cuenta la modelo. “Esto me trajo recuerdos muy especiales, como una de las canciones del show, ‘Percal’, es la favorita de mi abuela. ¡Realmente me tocó el corazón!”.
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Willy Chavarría, reconocido por vestir a figuras como Madonna, concibió esta colección como una respuesta estética al proceso de deshumanización de los inmigrantes en Estados Unidos. Se inspiró en su historia familiar y en su lugar de origen, la ciudad agrícola de Huron, California. “Fue un desfile muy emotivo que dio en el clavo, porque representa una cultura que nunca antes se había mostrado de esta manera”, señaló Juana.
“Caminamos con looks vibrantes: oversized suiting, chinos entallados, zoot-suits inspirados en la cultura pachuco, prendas laborales reimaginadas”, explica la modelo peruana.
Influenciado por cineastas como Pedro Almodóvar y Wong Kar-Wai, Willy trabajó una visión de lo femenino que rompe con la mirada masculina dominante. Su línea masculina, por su parte, incorporó trajes cruzados extragrandes, la silueta Chilang de corte suave, y reinterpretaciones de modelos icónicos de Charles Jourdan.
Juana Burga, Willy Chavarría y Omahyra Mota. | Foto: Ana Flores.
Farida Khelfa y Juana Burga. | Foto: Ana Flores.
Becky G y Juana Burga. | Foto: Ana Flores.
Bernie Martínez y Juana Burga. | Foto: Ana Flores.
Entre los asistentes al desfile destacaron artistas como Becky G, Lunay, RaiNao, Sevdaliza, James Harden, Stefon Diggs, Diamond Platnumz, Benito Skinner, Mia Khalifa, Tony Effe, Miguel, 2 Chainz, Jordan Clarkson, Destin Conrad, Veneda Carter, Ryan Castro y Adekunle Gold.
La elegancia migrante según Willy Chavarría
Con SS26, Willy articula una colección que recurre a siluetas sartoriales de inspiración italiana reinterpretadas en cortes amplios, sello característico del diseñador. Utilizó tonalidades como rosa chicle, papaya, azul uniforme, amarillo mantequilla o verde hospitalario rompieron con la paleta tradicional, que, según Juana se convirtieron «en símbolos de rebeldía».
La colección se centró en los colores intensos como como rojo carmín, azul Bourdin y verde uniforme.
Detalles refinados como una gabardina satinada en dorado aportan un aire dandy.
Los conjuntos femeninos evocan una estética romántica de los años cincuenta.
En el universo formal de HURON, aparecen grandes bermudas khaki bajo blazers y camisas, camisetas reemplazando a las clásicas oxford y conjuntos deportivos oversize transformados en trajes. También destacan chaquetas de cuero amplias y cortas que se combinan tanto con prendas formales como con sudaderas o camisetas sin mangas. El denim y los pantalones de inspiración urbana se renuevan en versiones de alto impacto visual, teñidos en colores eléctricos.
Uno de los conjuntos retoma el aire yuppie, con un polo negro de gran tamaño superpuesto a una camisa blanca y pantalones amplios con pinzas, ofreciendo una versión relajada pero elegante de lo cotidiano.
Traje sastre oversize acompañado de un sombrero negro de ala ancha.
En la colección se destacan trajes teñidos con técnica tie-dye, vestidos esculturales en satén y piezas en negro de confección impecable. El cierre del desfile presenta una serie de vestidos con escotes profundos, mangas y faldas abullonadas, diseñados con arrugas marcadas que evocan prendas almacenadas durante décadas.
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