El país altiplánico vivió unos comicios que marcaron el cierre de la era del Movimiento al Socialismo (MAS) y abrieron paso a una nueva disputa política entre la centro derecha.

Por Daniel Crespo Pizarro

Bolivia amaneció este lunes en un escenario político atípico. Tras casi veinte años de predominio del Movimiento al Socialismo (MAS), los resultados preliminares de la primera vuelta dejaron fuera de carrera a la histórica fuerza que llevó al poder a Evo Morales y a Luis Arce, y colocaron en la delantera al senador Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano, seguido por el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de la alianza Libertad y Democracia. Ambos se enfrentarán en un balotaje programado para el 19 de octubre.

El Tribunal Supremo Electoral informó que, con más del 90 % de las actas computadas, Paz obtuvo el 32,2 % de los sufragios y Quiroga alcanzó el 26,8 %. La autoridad electoral recordó que ningún candidato superó el umbral requerido para una victoria directa: más del 50 % de los votos o el 40 % con diez puntos de diferencia sobre el segundo lugar.

Fuente: Sistema de Resultados Electorales Preliminares de Bolivia

La jornada fue transparente

La jornada electoral se desarrolló con tranquilidad, reconocida tanto por la Organización de Estados Americanos (OEA) como por la Unión Europea (UE). El propio presidente Luis Arce destacó que se trató de un proceso “pacífico y transparente”, pese a lo que calificó como “ataques internos y externos” en medio de la campaña.

La jornada electoral se desarrolló en paz.

El gran derrotado de la noche fue el MAS. Evo Morales, quien no pudo postular por encontrarse inhabilitado y con denuncias judiciales pendientes, promovió el voto nulo y logró que un 19 % del electorado —cerca de 1,2 millones de ciudadanos— siguiera su consigna.

Desde sus redes sociales, apuntó contra Arce, al que acusó de apropiarse de las siglas partidarias y de “robarle” la elección. Aunque marginado institucionalmente, el exmandatario mostró que mantiene influencia y será un actor con capacidad de presión en el futuro.

Evo Morales impulsó el voto nulo.

Samuel Doria Medina, tercero en las urnas, reconoció la derrota y anunció su apoyo explícito a Rodrigo Paz. “Cumplo mis compromisos. Si no pasaba a la segunda vuelta, respaldaría al que obtuviera el primer lugar, siempre que no fuera el MAS. Ese candidato es Rodrigo Paz y mantengo mi palabra”, dijo el empresario en conferencia de prensa.

Perfil de los candidatos a presidente

El ascenso de Rodrigo Paz sorprendió a gran parte del espectro político. Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, nació en el exilio en España en 1967, cuando su familia escapaba de las dictaduras militares. Economista y con estudios en relaciones internacionales y gestión política, su trayectoria combina experiencia legislativa y una década de liderazgo municipal en Tarija, la región gasífera conocida como “la billetera del país”.

Su propuesta, llamada Agenda 50/50, plantea redistribuir a partes iguales los recursos fiscales entre el nivel central y los departamentos, además de un programa de descentralización para fortalecer las autonomías regionales.

Rodrigo Paz. Su plan de gobierno, Agenda 50/50, plantea dividir a partes iguales el presupuesto entre el nivel central y las regiones.

En su primera aparición tras los resultados, Paz pidió a sus seguidores movilizarse para conseguir una “victoria contundente”. Señaló que su proyecto busca incluir a las mayorías para gobernar con fuerza y con un programa “de todos y para todos”.

Su rival, Jorge Quiroga, representa la otra cara del espectro político. Nacido en Cochabamba en 1960 y formado como ingeniero en Texas, fue presidente entre 2001 y 2002 tras la renuncia de Hugo Banzer, con quien inició su carrera en Acción Democrática Nacionalista.

Jorge “Tuto” Quiroga ocupó la presidencia de Bolivia entre 2001 y 2002 tras la renuncia de Hugo Banzer.

Su imagen de tecnócrata y defensor de la apertura económica lo convirtió en una de las voces más persistentes de la oposición de derecha durante los largos años de gobierno del MAS. A sus 64 años, busca un retorno al poder después de tres intentos fallidos en elecciones anteriores.

El 19 de octubre, los bolivianos deberán elegir entre dos candidatos que simbolizan un giro político tras dos décadas dominadas por la izquierda y que representan, para muchos, la posibilidad de un nuevo comienzo.

 

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