Escapar de la ciudad y desconectarse es un buen plan. Lugares como La Granja Azul, Chaxras, La Gloria del Campo, Balcón del Cielo y Don Torcuato son una excelente opción

Por: Luis Martín Alzamora*

Lima puede ser a veces un poco cruel, con su cielo gris que parece no tener fin y un muy especial frío húmedo. Y es en esos días cuando más provoca escapar en busca de sol y aire puro, con el pretexto perfecto de un almuerzo de sábado o domingo fuera. Los limeños tenemos esa costumbre casi instintiva de perseguir el sol y, de paso, regalarnos un respiro del caos y tráfico.

Por eso, alrededor de Lima existen varios restaurantes campestres que invitan a desconectarse, a pasar el día completo entre naturaleza y buena cocina, y la sensación de haber dejado atrás, aunque sea por unas horas, la rutina gris y húmeda de nuestra capital.

Un pionero en este estilo es La Granja Azul, que hace apenas unas semanas celebró sus 75 años en su icónica locación de Santa Clara. Un clásico que marcó una época y empezó la onda campestre limeña. Aquí el pollo es el verdadero protagonista: pollos bebé marinados únicamente en agua con sal y cocinados en los rosticeros originales, que siguen girando desde el primer día. La experiencia no solo está en el sabor, sino en la tradición que se mantiene intacta, convirtiendo a la granja en un plan familiar y de amigos que se repite por generaciones. En el siguiente texto recomendamos cuatro opciones más para pasar un lindo día de campo, lejos de la bulla y el frío invierno limeño.

La Gloria del Campo

La Gloria del Campo

La Gloria del Campo y su cocina criolla.

¿Quién no conoce La Gloria? Ese rincón miraflorino que cumplió 30 años recientemente y que ya es un ícono de Lima. Óscar Velarde, su propietario, decidió hace ya un tiempo llevar su cocina también al campo, al aire libre y puro. Donde tener un huerto y un espacio de propuesta más de cocina de granja y el ya conocido término Farm-to-table. La Gloria del Campo denominó, en Pachacámac, al que ya es uno de los restaurantes campestres más famosos de la ciudad.

El lugar está rodeado de amplios jardines, un huerto orgánico de donde también se abastece el local de Lima, y espacios diseñados para desconectarse del ruido de la ciudad. El ambiente es amplio, relajado, familiar y pet-friendly, y además con zonas para que jueguen los niños. Encontramos pequeños animales de chacra como cuyes, cabras y patos. Abre de martes a domingo, y es común que se llene los fines de semana, por lo que es recomendable reservar con anticipación.

Volviendo a la propuesta gastronómica, su cocina rústica rescata el producto local y propio. Entre los platos más comentados están el cordero al horno de barro con arroz y pallares, la panceta de cerdo crocante, el pollo bebé a la brasa, así como ensaladas frescas y entradas criollas como huevos estrellados con salchicha de Huacho. Los postres no se quedan atrás, con opciones como membrillos al pisco, cheesecake de aguaymanto o un pudín de pan con helado. También hay pizzas al horno de barro, lo que refuerza la esencia campestre de la propuesta.

La experiencia de salir de Lima y disfrutar en grupo o en familia es única; y La Gloria del Campo es, definitivamente, una opción para quienes buscan un día de campo cerca a Lima y con una alta gastronomía.

Chaxras

Chaxras

El infaltable cebiche, en Chaxras.

Chaxras es un eco-restaurante ubicado también en Pachacámac que apuesta por la sostenibilidad y la responsabilidad. Su arquitectura combina materiales como barro, madera y caña, con lo que se siente la experiencia de un espacio campestre auténtico y relajado. Además, cuenta con un huerto propio de donde provienen gran parte de sus frutas, verduras y hierbas aromáticas. Es un lugar pensado para pasar el día con familia, niños o incluso mascotas, y ofrece amplios jardines y áreas verdes.

En la carta, Eduardo Navarro, el dueño y chef, propone una cocina peruana propia y productos de su entorno, complementando con “eco-productos” como miel, mermeladas o granolas que también se pueden adquirir para llevar. Entre los platos principales hay opciones tradicionales con un enfoque saludable y rústico, acompañados de ensaladas frescas y presentaciones sencillas. Además, su oferta se extiende a pequeños mercados internos de productos artesanales, lo que añade un plus a la visita.

Chaxras se mantiene desde hace más de diez años como una de las mejores alternativas para quienes buscan un restaurante campestre con conciencia ambiental y una experiencia distinta cerca de Lima.

Balcón del Cielo

Balcón del cielo

Pasta con camarones, en Balcón del cielo.

Balcón del Cielo es un restaurante ubicado en Azpitia, y su nombre se debe a sus espectaculares vistas al valle de Mala. El diseño está hecho como en terrazas, frente al río y con mesas que apuntan hacia el paisaje, lo que convierte cada almuerzo en una experiencia relajante con la naturaleza. Es un destino que se presta para un escape de la ciudad, a poco más de una hora de Lima, y resulta ideal tanto para grupos de amigos como para familias que buscan desconexión y aire puro.

La carta gira en torno a pescados, mariscos y platos criollos, con especial protagonismo de los riquísimos camarones, producto estrella de la zona. Entre los platos más pedidos encontramos el chupe de camarones, los camarones al pisco, el cebiche balcón y el chicharrón de camarón, además de opciones clásicas de cocina peruana y algunos platos de carnes y aves, para quienes prefieren alternativas más tradicionales o para los alérgicos.

Para llegar, hay que tomar el desvío hacia Azpitia en el kilómetro 80 de la carretera al sur. La experiencia de comer al aire libre con las increíbles vistas panorámicas hace que Balcón del Cielo sea una de las escapadas favoritas cerca de Lima, perfecta para un almuerzo largo y sin apuros, con la sensación de estar literalmente sobre el valle.

Don Torcuato

Don Torcuato

Huatia pachacamina, en Don Torcuato.

También en Pachacámac, este restaurante tiene como estrella a su huerto orgánico, que rodea toda la propiedad y que además le da una identidad única. El lugar está pensado para desconectarse del ritmo urbano: jardines extensos, terrazas, animales de granja y espacios abiertos que invitan a pasar un día tranquilo en familia o con amigos. Además, la propiedad también funciona como locación para eventos y celebraciones, gracias a sus áreas verdes y salones adaptables.

En la cocina, la carta propone cocina peruana de campo preparada a la leña con productos frescos de su propia huerta, lo que asegura un sabor fresco con productos de la estación. Encontramos ensaladas, platos criollos tradicionales y fondos que se ajustan a la temporada. La idea es mantener una conexión directa entre el campo y la mesa, algo que lo diferencia de otros restaurantes de la zona.

Abierto los fines de semana y feriados, de 12 m. a 5 p.m. En días de semana, lo hacen solo con reserva previa y para grupos.

(*) Blogger gastronómico y columnista de Escena gourmet en COSAS.

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