Hay veces en la que los estilistas aciertan de lleno con los looks que mejor les sientan a las actrices -véase el precioso vestido de Rooney Mara o el de Emilia Clarke– y otras veces, una de tantas, en las que por motivos desconocidos (¿habrán tenido algún mal día? ¿falta de comunicación?) los estilistas -y sus clientas incluidas- no aciertan para nada. Ya sea porque el color del vestido no les favorece o porque la forma de la prenda no se adecúa, lo cierto es que hay veces que es mejor quedarse en casa y no salir o, de forma menos radical, cambiar de estilista. Porque en cuestión de galas, hay que percatarse que siempre habrá miles (por no decir millones) de ojos mirando sin piedad, y ya que es una vez al año, ¿por qué no esforzarse un poquito?
1. Michaela Watkins: La actriz no sólo se dejó de lado el peine, sino que se enfundó en un vestido algo peculiar. Además de dejarnos ciegos con el rosa chillón de su vestido, ojipláticos nos quedamos cuando vemos que a la actriz le sobra (casi) un palmo de tela por ambos lados a lo Saco-de-patatas-power! y que el escote no resulta nada favorecedor para un físico de hombros caídos. Micha… Podrías haberlo hecho un poco mejor.
2. Natalie Morales: Podemos pasar por alto el vestido plisado, pero lo que no pasamos (de ninguna manera) son la cantidad extrema de joyas que lleva encima. Vamos, a lo arbolito de Navidad. Es que Natalie, ¿nadie te ha comentado la teoría del «menos es más»? Y si a eso añadimos el descuido de: uno, la cartera abierta con las MAXI tachuelas de punta; y dos, el pose de «no me apetece estar aquí», la ecuación es igual a cero.
3. Regina King: ¿A qué estamos jugando, a ser La Sirenita o Hada Madrina? Regina, escoge una porque la primera vive en el agua (y en tierra firma, a veces) y la otra vuela.
4. Saffron Burrows: Señoras y señores, alguien llamó a Morticia de la Familia Adams a los Golden Globes.
5. Carly Steel: La idea de llevar un vestido re-ple-to de pailettes podría haber sido un acierto si Carly Steel hubiese llevado un sujetador adecuado para que no se entrevea por la axila (bonito color, por cierto). Y también si hubiese escogido las joyas adecuadas.
6. Felicity Huffman: No sabemos de dónde habrá sacado este vestido la actriz: si de las mismas llamas de Mordor o del armario de una vedette. Lo cierto es que, además, el cuerpo atlético de Felicity no se ve (demasiado) favorecido con este vestido. También el color de su pelo, lo cual hacen sus rasgos mucho más toscos.
7. Jamie Lee Curtis: Con este vestido, la actriz se ha llevado el premio No me sé vestir Globes Award; Ya no sólo porque su atuendo parece haber sido confeccionado con los últimos despojos de tela, sino porque las mangas bishop están out y le sobra tela por todos lados. Otro saco-de-patatas-power.
8. Eva Longoria: ¿Lazo bordado con lazo a la cintura más frutas y plantas bordadas? No sabemos si Eva pretendía ser una ensalada de frutas o un jarrón de porcelana, pero lo cierto es que si le hubiésemos puesto una canasta de mimbre hubiese hecho el papel de Heidi perfectamente.
9. Olivia Wilde: Vale que el rojo (y todas sus tonalidades) estén de moda pero tampoco es plan de tomárselo a rajatabla y llevar, incluso, las sombras de ojos del mismo color. No sólo porque hace mala cara -sobre todo si el tono de piel es demasiado claro- sino porque, además, parece que lleva dos ojeras tatuadas en cada ojo. ¿Y qué decir de las joyas? Ambas de distinto color (¿collar ámbar y anillo rojo?) poco favorecedor.
10. Magie Gyllenhaal: Sobrecargada. Peinado estilo años 20… ok. Pero según vamos bajando la vista, la cosa va de mal en peor. No sólo porque el vestido ya de por sí tiene un estampado delirante, sino también por la súper flor en el hombro que hace que el vestido resulte pesado -por no decir dañino- a la vista. Creemos que Magie tampoco estuvo en la clase cuando se comentaba sobre la importancia del «menos es más».