“¡Hola, yo soy Maricarmen Marín!”. La juez del programa de televisión “Yo soy” está en la puerta de mi casa mostrando todos sus dientes con una amplia sonrisa y, con un pequeño respingo, me muestra la palma de su mano izquierda, saludando: “¡Hola, yo soy Maricarmen Marín!”. Le digo que, por favor, tome asiento y lo hace mirando el cuadro que tiene frente a sus ojos, un regalo de mi amiga la artista Mónica ‘Kylla’ Piqueras. “Veo ese cuadro y es como si me introdujera en él… ¡Es como si se moviera! Me encanta, me encanta…”, dice la cantante, modelo, actriz, presentadora de televisión y productora peruana. Me siento a su lado y nos quedamos en silencio por algunos segundos. La miro observando el cuadro y es como si quisiera absorber todo lo que hay ahí dentro. Hace a un lado su pelo azabache, me mira con sus ojos almendrados, ahora brillantes, y dice: “Hace poco le encargué unos cuadros al pintor Vito Loli para mi casa en La Molina; uno de ellos refleja todo lo que hago en mi vida, lo que siento; un día me senté con él y le conté lo que quería…”.
Maricarmen tiene una casa en La Molina, pero también un departamento en Miraflores. Su padre, Carlos, y sus hermanos, José Carlos y Amparo, viven cerca del departamento. Su madre, Vilma, murió en 2008, justo en Navidad. Luego de este trágico suceso, sufría cuando llegaba esa fecha, pero desde el año pasado decidió reencontrarse con los buenos sentimientos que le suscitaban estas fiestas y presentó un disco con los villancicos que escuchaba cuando era niña, versionados al estilo de la música peruana. Y fue un éxito de ventas. Este año lo ha repetido con una segunda edición, que además va de la mano con un show navideño que viene presentando en Lima y provincias.
En febrero del próximo año cantará en el espectáculo de cumbia La Gira del Amor, y en marzo empezará las grabaciones de La peor de mis bodas 2. También planea crear La Villa de Navidad, un lugar donde, según sus palabras, “se pueda vivir la magia de la Navidad… ¡Será como un Disney navideño!”.
Dice que a veces siente que su vida es una locura, y yo quiero saber más al respecto.
¿Cuál es tu mayor locura?
Mi obsesión, intensidad y desesperación por lograr todo lo que me propongo. Termina siendo un defecto cuando te enfocas solamente en lo que te importa a ti, sin importar tu entorno. Lo trabajo día a día, en terapia…
¿Vas a terapia?
Siempre, desde niña.
¿A un psicólogo o psicoanalista?
Voy donde una psicóloga, en realidad.
¿Qué cosa es hacer las cosas bien?
Con en el tiempo, me di cuenta de que lo que es “bien” para mí debe ser bien para el mundo. Intento hacer lo que me da mucha alegría y felicidad, dando tiempo a los míos, planificando mi vida como una adulta de mi edad, descubriendo pasiones y cosas nuevas; he descubierto los musicales, la pintura, los museos, cosas que antes quizás no me hubiera imaginado…
¿Qué sentiste la primera vez que estuviste en el escenario?
No me quise bajar nunca, fue de bailarina.
¿Cuándo tuviste tu primer novio?
Siempre he sido respetuosa, pero no pava… Ah, de grande, cuando era mayor de edad.
¿Fue amor de verdad?
Estaba tan chiquita… No te voy a contar más… Fue de esos típicos amores bonitos…
¿Eres enamoradiza?
No soy romántica, soy realista. Es bonito ilusionarse, pero intento que mi línea de razón no se pierda…
¿Cuántas veces te has enamorado de verdad?
No lo sé.
Quizás todavía no ha llegado el indicado…
¡En realidad, no te quiero contar! ¿Qué sucede? Desde hace un tiempo es un tema que me da pánico, no puedo… Estoy tan expuesta, tanto tiempo, todo el tiempo, tan observada, las veinticuatro horas del día… Quedarme en silencio respecto a mi lado sentimental me ha funcionado; hay cosas que quiero que sean para mí, para la persona con la que comparto mi vida…
Por Gabriel Gargurevich Pazos
Fotos de Sanyin Wu
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