Concierto de culto

La discografía de la agrupación británica The Cult, que se presentará por primera vez en Lima este jueves 14 de setiembre, es tan heterogénea y su estilo ha experimentado tantas permutaciones a lo largo del tiempo, que podría decirse que se trata de muchas bandas en una. Pero quizás sea precisamente eso –o la poderosa e increíble voz de Ian Astbury, digno heredero de su ídolo Jim Morrison–, lo que ha hecho que tengan fanáticos provenientes de tantas “tribus” diversas, desde góticos y post-punks hasta metaleros. Además de sus éxitos más recordados (“She Sells Sanctuary”, “Fire Woman”, “Love Removal Machine”…), se espera que toquen en Lima las canciones de su más reciente álbum, “Hidden City”, lanzado el año pasado. La cita será en el Centro de Convenciones Barranco. Entradas a la venta en Teleticket.

Voz disidente

La carta de presentación de EMA (Erika M. Anderson, según su documento de identidad) fue “California”, el primer single de su estupendo álbum debut –“Past Life Martyred Saints” (2011)–, una diatriba en clave de feedback y distorsión contra la vacuidad existencial que define la vida de muchos de los habitantes del estado más populoso de la Unión Americana. Tras el igualmente notable “The Future’s Void”, de 2014, EMA acaba de lanzar un tercer disco que, partiendo de la premisa sonora de aquel single iniciático (una perfecta mixtura de ruido y melodía, digamos), profundiza las búsquedas líricas de la cantante y compositora, que hoy suena mucho más implacable y desencantada que nunca. “Somos arbitrarios / somos transitorios / somos los chicos del vacío”, canta en “I Wanna Destroy”, uno de los tantos puntos altos de este brillante y despiadado “Exile in the Outer Ring”: si quieren saber cómo suenan el nihilismo y el desaliento de la “era Trump” en la voz y el espíritu de una mujer enfadada, no tienen que buscar mucho más.

El cielo es el límite: The War on Drugs lanza «A deeper understanding»

The War On Drugs’s new album, A Deeper Understanding, reflects lead singer Adam Granduciel’s stronger sense of sel

Atmósferas. Canciones que se extienden, se difuminan y se transforman, como el paisaje que observamos a través de la ventanilla cuando hacemos un largo viaje por carretera. Canciones amplias e intensas, que enardecen y reconfortan al mismo tiempo. En su obsesivo y minucioso trabajo de orfebre en el estudio de grabación, Adam Granduciel, factótum de The War on Drugs (en sus orígenes, la todavía banda tenía en sus filas al hoy indiscutible Kurt Vile), apuesta por un sonido siempre expansivo, por guitarras y sintetizadores que parecen avanzar como locomotoras en sus momentos de mayor intensidad para luego, en los cortes más contemplativos, replegarse hacia una placidez que acompaña e hipnotiza en proporciones equivalentes. “A Deeper Understanding”, su primer álbum para la ‘major’ Atlantic/Warner, es un nuevo hito en la trayectoria de The War on Drugs, pues podría ser considerado su obra definitiva: el trabajo que profundiza y apuntala todos aquellos rasgos que hicieron de sus tres discos previos pequeños clásicos del rock independiente contemporáneo.

Las influencias de siempre se mantienen –una divina trinidad formada por Neil Young, Bruce Springsteen y Bob Dylan, respaldada por un heterogéneo santoral que hoy podría incluir también a Jackson Browne, U2, Wilco y Don Henley, entre muchos otros– y el sonido que Granduciel ha venido puliendo con dedicación desde “Wagonwheel Blues” (2008) no ofrece mayores variaciones en esta nueva producción, pero eso es lo que todos deberíamos esperar de proyectos artísticos como el que propone The War on Drugs: una porfiada búsqueda de la perfección, no transformaciones radicales.

Si todavía existe algo parecido a la justicia en el negocio musical, con “A Deeper Understanding” The War on Drugs tendría que abandonar los densos inventarios de los llamados “actos de culto” para convertirse en un nombre que cualquiera podría reconocer de inmediato: porque los escuchó en la radio, los vio en el estelar de algún festival masivo o, sencillamente, porque su música es tan buena y universal que resulta imposible de esquivar.

Por Raúl Cachay