Final abierto
Las pinturas de Sylvia Fernández son como un cuento con final abierto. Hay sensualidad, indicios de algunos problemas personales –que trascienden a lo colectivo– y asociaciones entre ideas e imágenes que van guiando al espectador, pero nunca una conclusión absoluta. Aquí, como en los mejores relatos, él es el encargado de cerrar la historia. “Incubaciones” está conformada por un conjunto de lienzos de pequeño y gran formato; y se exhibe hasta el 24 de noviembre, en la Galería del Paseo.
Pinturas salvajes
El nuevo trabajo de Álvaro de la Puente es atrevido: el artista peruano ha tomado como referencia el expresionismo abstracto de Jackson Pollock para crear una serie performática y visceral. “Turbamientos”, como se denomina la muestra, está compuesta por diez óleos y pinturas de técnica mixta, en formato mediano. Se presenta en la Galería Aída Bosch (Jr. José Cossío 256, Magdalena), hasta el 23 de noviembre. El ingreso es libre, previa cita al correo allutorres@hotmail.com.
Geometría sin límites
Jorge Cabieses parecía haber llegado al extremo. Su obra ha cuestionado la representación de la imagen hasta construir un lenguaje geométrico donde todo, más allá de la forma y el color, se vuelve superfluo. Sin embargo, en “Sistemas/Soportes” ha vuelto a resquebrajar los límites con un conjunto de serigrafías de colores heterogéneos, construidas a partir de planos fragmentados. El resultado, asegura el crítico de arte Jorge Villacorta, “abre el juego en un campo que parecía completamente mapeado”. Se presenta en la Galería Lucia de la Puente, hasta el 9 de diciembre.
Inmersión Wari
Esta muestra, la primera de Eli Sudbrack –conocido también como Assume Vivid Astro Focus– en Lima, está inspirada en la iconografía Wari. “Abstracto viajero andinos fetichizados” es una instalación creada de forma colaborativa. Así, el artista brasileño ha fusionado sus wallpapers con alfombras de la artesana Elvia Páucar y la música de Delia Gonzáles. El montaje es fuera de serie: los diseños escalonados traspasan los textiles, invaden el piso e incorporan, incluso, una estructura que permite hacer un recorrido vertical por la sala. Se puede visitar hasta el 1 de abril, en el MATE.
Elogio de la contradicción
Aldo Chaparro vuelve a exponer en la Sala Luis Miró Quesada Garland
Aldo Chaparro dice que es complejo envejecer como artista. “Se exige una coherencia permanente que es muy difícil de lograr. Uno aprende cosas en el camino y tiene todo el derecho a revaluar su trabajo”, explica. Su nueva exposición en la Sala Luis Miró Quesada Garland es un ejemplo incuestionable de ese proceso –y de las contradicciones que conlleva–. Pero también es el resultado de una obra madura.
Si en los años ochenta el escultor peruano recubría la madera con materiales que imitaban su acabado y, en la última década, se volcó a materiales posindustriales como el acero inoxidable –que le permitió crear sus icónicas esculturas de colores vibrantes–, ahora pone en primer plano la naturaleza de los materiales. “Raw” está formada por una serie de tótems de madera en gran formato, esculturas móviles de acero y piezas de concreto, que juegan con el espacio y las formas sin perder de vista la esencia de sus materiales. Este proyecto, que marca su regreso a la escena cultural limeña, se presentará hasta el 7 de diciembre.