Si quieren gozar julio, pues háganme caso. Si bien estas sugerencias no les resolverán la vida, podrán ayudarles a llevar mejor el sinsabor de un invierno salvaje y arroparlos con sabor y harto cariño. Todo probado y recomprobado por esta servidora, así que saquen libreta de nota que arrancamos con la lista de recomendaciones “winter is coming” o ya no agarró despavoridos.

Por Paola Miglio (@paola.miglio)

Invierno remite a sopas. A esos caldos sustanciosos, a esas carnes generosas que desprenden aromas inolvidables. Desde uno sencillo de pollo para animar el día hasta un desarmador menestrón para curar cualquier mal de espíritu. Este es precisamente el que hago que me preparen cada cumpleaños, porque en casa lo hacen potente, como me gusta, y con manos llenas de amor.

Dos reemplazos interesantes que he encontrado en Lima, para ser feliz sin picar tanta verdura y que llegan a casa bien empacados y calientitos, el de Brutal de la chef Arlette Eulert (que también tiene sopa criolla) y el de La Red, que viene casi litro y medio. Es sabroso, bien balanceado y con harto picadillo y un buen trozo de carne, que hasta puede compartirse entre dos. Solo se puede pedir por delivery y está disponible únicamente en las noches, como para cerrar el día.

Menestrón de Brutal, de Arlette Eulert

La iniciativa de José del Castillo, no solo se ha limitado al menestrón, sino que además ha incluido en su carta sopera un tremendo sancochado con garbanzos y esos caldos que te dejan noquedaos, dieta de pollo que alivia todo y otras más con carácter propio y sabrosa sazón. Pero hasta el momento estas son las tres que he testeado y dan para repetir, y por tamaño, para compartir.

Menestrón de La Red.

A las novedades soperas se suman las de Madam Tusan, que ha sacado festivalito con cinco sopas de buen fondo y tamaño (hay medias porciones también). Cargadas de cortes de carne y alguna picante para completar el trabajo de calentamiento. La wantán tradicional es correcta y saca de culaquier apuro, para quienes busquen algo suave y reconfortante. Luego vienen unas más ponedoras y dentro de nuestras favoritas la Saigón, con carne de res y hierbas, algo alimonada, fresca y con recuerdos al sudeste asiático; la contundente Sui Kao con asados al estilo Hong Kong (o por Dios), con pollo y chancho asado, pero también dumplings carnosos de pollo bien rellenos; y la Mapo Tofu, a la que no le tenía tanta fe pero que supo cómo sorprender en mesa con su memorable punto picante, densa, carne molida y cucharada cariñosa. Para tomarla despacio porque es pura adrenalina.

Café. Otro para entrar en calor en este invierno cruel. Mañanero y bienvenido siempre. Las ediciones de Milimétrica son especiales y recomendables. Así como también las de El Cacaotal. Bien elegidas y de productores que cuidan con esmero sus cosechas y tostadores que se esmeran en el trabajo del grano.

En sus espacios hay para llevar a casa, recomendamos comprar en grano y moler a diario, no solo el aroma los despertará con entusiasmo, sino que podrán beber café fresco y sentirle todas sus propiedades.

El Cacaotal, además, trabaja con productores de cacao y tienen cajas de cata de chocolate para elegir según sus preferencias. Muy especializado y aporta conocimiento. Ahora, si son de los que lo toman con un chorrito de algo, es válido también (dejemos de lado las sentencia a la hora de tomar nuestro café), me inclino por las bebidas vegetales de almendra o de coco, ya vengo haciéndolo hace varios años y las mejores que he encontrado hasta el momento son las de la Botica Natural.

Milimétrico.

Cremosas, artesanales y frescas. Las pido por WhatsApp y listo. Ahora, si quieren beber su café en tazas hermosas, porque eso cambia la experiencia, se los prometo, vayan a ver las bellezas que ha sacado Cora Ceramics de la artista Coralí Lecca, que ya tengo un par en mi haber (aunque siempre quiero más) y pues hay de todo tamaño: desde el tazón obligatorio para el desayuno, hasta la espresso para después de almuerzo. Me cuentan que tal les fue.

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