La legendaria actriz italiana conmemora un cumpleaños siendo considerada una de las grandes personalidades del siglo XX, convirtiéndose en un símbolo de elegancia y talento
Por: Redacción COSAS
Nacida el 20 de septiembre de 1934 en Roma, Sophia Loren comenzó su trayectoria en el mundo del espectáculo desde joven. Su belleza y carisma la llevaron a convertirse en una de las figuras más destacadas del cine italiano. Durante la década de 1950, se estableció como un ícono de la sensualidad italiana y la elegancia clásica, destacándose en géneros que iban desde dramas hasta comedias románticas.
Loren trabajó con directores célebres como Vittorio De Sica y Charlie Chaplin, siendo su actuación en La Ciociara (1960) la que le valió su primer Oscar. Este reconocimiento consolidó su estatus como una de las actrices más talentosas de su generación. A lo largo de los años, acumuló numerosos premios, incluido un segundo Oscar por su contribución al cine.
La vida personal de Sophia Loren
Detrás del glamour y el éxito, la vida personal de la actriz italiana tuvo momentos significativos. Se casó con el productor Carlo Ponti en 1957, una unión que enfrentó numerosos desafíos debido a las diferencias culturales y legales entre Italia y Estados Unidos.
Loren es madre de dos hijos, Carlo Jr. y Edoardo, quienes han seguido sus pasos en el mundo del entretenimiento. Aunque se retiró gradualmente del cine, sigue siendo invitada a eventos importantes, donde es recibida con aplausos y admiración.
En sus memorias, Sophia reflexiona sobre su vida: “Una mañana me despertaré y descubriré que todo ha sido un sueño”. Además, en diversas entrevistas y publicaciones, compartió su visión sobre la vida y el amor: “Pienso en todo menos en la muerte”. Publicadas en 2014, sus memorias, Yesterday, Today, Tomorrow: My Life (Ayer, hoy y mañana: mi vida), ofrecen un vistazo a su pasado, donde menciona que, al mirar atrás, a veces se sorprende de que su vida sea real. “Cuando pienso en mi vida, a veces me sorprende que todo sea cierto”, dice.
Un comienzo difícil
La historia de Sophia comienza en Roma como Sofia Scicolone, hija ilegítima de la aspirante a actriz Romilda Villani. Su madre se enfrentó a la dura realidad de criar a una hija en una Italia católica estricta. A los seis años, la Segunda Guerra Mundial impactó su infancia, dejando huellas profundas en su memoria. “Todo se detuvo, salvo las bombas”, recuerda.
Loren evoca el hambre y el sufrimiento que vivió durante la guerra, así como su profunda conexión con su familia, que la ayudó a sobrevivir en tiempos difíciles. “Únicamente podremos resistir estando unidos. Eso creyó siempre la familia”, cuenta, reflejando la importancia de la unidad familiar en su vida.
A los quince años, Sophia descubrió su belleza y el potencial que tenía. “Cada vez que recorría las calles de Pozzuoli, los chicos se giraban y me silbaban”, recuerda. Con el apoyo de su madre, se inscribió en un concurso de belleza, pero no ganó. Sin embargo, esto la llevó a Roma, donde comenzó a forjar su carrera en la industria del cine.
Trabajó como extra y participó en fotonovelas, ganándose un lugar en la industria del entretenimiento italiano. Conoció a Carlo Ponti, un megaproductor de cine italiano rollizo, bajito y de 39 años, en un restaurante y pronto comenzaron una relación que cambiaría su vida. “Tuve la extraña impresión de que me había entendido”, reflexiona sobre su conexión con él.
Un triángulo complicado
La relación entre Sophia y Carlo fue intensa y compleja. Ponti era un hombre casado, lo que convirtió su amor en un tabú en una Italia conservadora. Se convirtió en su amante, a quien admite haber tratado en parte como a un padre: “Me brindó las raíces y estabilidad que me tuvieron con los pies en la tierra mientras el mundo a mi alrededor parecía girar vertiginosamente”. La pareja enfrentó a una conservadora Italia, donde el divorcio era ilegal.
La situación se complicó aún más cuando, tras negociaciones, se casaron por poderes en México, en septiembre de 1957, lo que generó un escándalo mediático. Su relación se puso a prueba cuando conoció a Cary Grant, uno de sus coprotagonistas, que se enamoró de ella durante la filmación de El gran cañón (1958), creando un triángulo amoroso que capturó la atención del público. Grant le aconsejó: “Hollywood es un simple cuento de hadas. Si entiendes eso, nunca te harán daño”, una lección que Loren atesoró.
Poco después, Grant le suplicó que se casara con él, pero ella le dijo que necesitaba tiempo para decidir. Confusa por su romance y consciente de la envidia de su audiencia. “Me sentía cada vez más confusa, dividida entre dos hombres y dos mundos… sabía que mi sitio estaba junto a Carlo; él era mi puerto seguro. También era consciente de que era difícil resistirse al magnetismo de un hombre como Cary, que afirmó estar dispuesto a renunciar a todo por mí”.
Recuerdos en el plató
En sus memorias, habla con cariño sobre su experiencia en el cine. Su colaboración con Marcello Mastroianni, con quien trabajó en más de una docena de películas, es uno de los aspectos más destacados de su carrera. “¡Qué bien nos lo pasábamos! Éramos jóvenes e irresponsables y el mundo era nuestro”, recuerda con nostalgia.
A lo largo de los años, Loren también tuvo relaciones amistosas con otros actores, aunque tuvo sus reservas sobre Marlon Brando, a quien describió como un “hombre a disgusto con el mundo”. Su experiencia en el cine estuvo marcada por el amor y la camaradería, así como por algunos conflictos y tensiones.
El regreso a Italia y la cárcel
A pesar de su éxito, la vida de Sophia no estuvo exenta de desafíos legales. El gobierno italiano, junto con algunos espectadores especialmente prejuiciosos, los acosó durante años, acusándolos de bigamia y obligándolos a exiliarse en Estados Unidos, Francia y Suiza. Fue la esposa de Ponti, la abogada Giuliana, quien encontró la solución. Junto a Carlo y Sofía, obtuvieron la ciudadanía francesa para poder divorciarse legalmente. Así, se anuló el matrimonio por poderes de Ponti y Loren en México, Carlo y Giuliana se separaron, y finalmente él pudo casarse en persona con Sofía en 1966.
Sin embargo, en 1980, fue condenada por evasión de impuestos, lo que la llevó a entregarse a las autoridades italianas en 1982. “La cárcel no debería ser un infierno carente de esperanza”, reflexionó sobre su experiencia de 17 días en prisión.
Por sus 90 años, Sophia Loren celebrará en Roma con una fiesta privada en un lujoso hotel del centro histórico de la capital italiana, este viernes por la noche. La diva, que llevará un atuendo diseñado por su amigo Giorgio Armani, disfrutará de una cena con 150 amigos, colegas y familiares, donde también se inaugurará una suite con su nombre, según informa el diario Il Corriere della Sera.
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