La compañía de Mark Zuckerberg cambia su política de moderación, elimina la verificación de datos y adopta un sistema de «notas comunitarias», un modelo similar al de X, generando opiniones divididas
Por: Redacción COSAS
Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, sorprendió el pasado martes con un cambio drástico en su política de moderación de contenido. La compañía anunció el fin de su programa de verificación de hechos, utilizado desde 2016 para luchar contra la desinformación, y la implementación de un nuevo sistema que permite a los usuarios de sus plataformas calificar la veracidad de las publicaciones.
El nuevo modelo, conocido en inglés como Community Notes (notas de la comunidad) permitirá a los usuarios de Facebook o Instagram señalar las publicaciones potencialmente engañosas y que necesiten más contexto, una labor que hasta ahora hacían expertos y organizaciones independientes de comprobación de datos.
«Vamos a deshacernos de los verificadores de datos y a sustituirlos por notas comunitarias similares a X, empezando por Estados Unidos», señala Zuckerberg, quien dirige los cambios ante un «panorama político y social cambiante y un deseo de abrazar la libertad de expresión».
Trump y Musk a favor; Biden en contra
La noticia fue recibida con entusiasmo por figuras como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien calificó la decisión de Meta como «excelente». Este apoyo fue complementado por los líderes de X (anteriormente Twitter), encabezados por Elon Musk y Linda Yaccarino, quienes aplaudieron la iniciativa de Zuckerberg, considerando que se trata de un «movimiento inteligente».
Yaccarino destacó que «la comprobación de los hechos y la moderación no deben estar en manos de unos pocos guardianes selectos que pueden inyectar fácilmente sus prejuicios en las decisiones. Es un proceso democrático que debe estar en manos de muchos».
Por otro lado, la Red Europea de Estándares de Verificación de Datos (EFCSN) mostró su «decepción» ante el fin de la verificación de hechos, tildando la medida de políticamente motivada. Clara Jiménez Cruz, presidenta de la EFCSN, señaló que este cambio «parece alinearse más con los intereses de la administración entrante de Donald Trump».
Jiménez Cruz subrayó que la verificación de hechos «no es censura», sino una herramienta efectiva para combatir la desinformación, y advirtió sobre los riesgos de interferencia electoral por parte de actores externos.
Desde el ámbito político, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó como «vergonzosa» la decisión de Meta, asegurando que «es contraria a todo lo que representa Estados Unidos». «Queremos decir la verdad. No siempre lo hemos hecho como nación, pero queremos decir la verdad. Y la idea de que un multimillonario pueda comprar algo y decir que, a partir de ahora, no vamos a verificar nada, es preocupante», afirmó Biden con tono crítico.
En este sentido, también surgieron voces críticas dentro del ecosistema tecnológico, como la de Michael McConnell, copresidente del consejo de supervisión de Meta, quien indicó que los cambios parecen que están «cediendo» a la presión política de la administración Trump.
El príncipe Harry y Meghan Markle se suman a la controversia
El cambio también despertó reacciones entre figuras del entretenimiento y activistas. El príncipe Harry y Meghan Markle, conocidos por su lucha por la seguridad en línea y la lucha contra la desinformación, expresaron estar «profundamente preocupados» por el nuevo sistema.
En un comunicado, los duques de Sussex advirtieron sobre los peligros de permitir que «la desinformación se propague más fácilmente» y cómo estas decisiones afectan especialmente a los niños y jóvenes vulnerables a contenidos dañinos. Además, consideraron que estas acciones «normalizan el discurso de odio» y «ponen en peligro la salud mental global».
La decisión de Meta también tuvo repercusiones internacionales. En Brasil, el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva solicitó explicaciones detalladas sobre los efectos de esta medida, dando un plazo de 72 horas a Meta para responder. La crítica del gobierno brasileño se centró en la falta de transparencia de la empresa y los posibles impactos de este cambio en la sociedad. En Francia, el presidente Emmanuel Macron también abordó el tema, reflejando una preocupación similar sobre la influencia de las decisiones de Meta en el discurso público global.
El giro hacia la moderación de contenido
Meta, con su cambio hacia las «notas comunitarias», busca regresar a sus «raíces» en cuanto a libertad de expresión, dejando que sean los propios usuarios quienes tengan un papel más activo en la validación de la información.
Mark Zuckerberg reconoció que este cambio podría resultar en un aumento del contenido potencialmente dañino, pero defendió la medida asegurando que se trata de «un equilibrio», donde se detectará menos contenido negativo, pero también se reducirá la cantidad de publicaciones y cuentas inocentes eliminadas accidentalmente.
Joel Kaplan, un destacado republicano, exasesor principal de George W. Bush y el nuevo director de Asuntos Globales de Meta, también defendió el movimiento, mencionando que las verificaciones externas se habían vuelto demasiado «sesgadas políticamente» y que Meta prefería devolver la responsabilidad a los usuarios.
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