Con una salud deteriorada, el pontífice decidió abandonar las tradiciones y planea un funeral más sencillo al elegir su descanso eterno fuera de los muros del Vaticano. Este acto simbólico es un testimonio de su humildad y su deseo de seguir haciendo cambios en la Iglesia Católica
Por: Redacción COSAS
Desde el inicio de su pontificado, el papa Francisco fue un hombre de decisiones poco convencionales. Aunque el papado es un cargo vitalicio, Francisco abrió una conversación sobre la muerte, su salud y lo que sucederá después. En 2021, en su libro La salud de los papas: Medicina, complots y fe, el pontífice expresó sin rodeos: “No tengo miedo a la muerte y me la imagino en Roma”.

El papa Francisco, con su estilo directo y sincero, ha abordado temas de vida y muerte con una humanidad rara vez vista en líderes religiosos de su talla.
“Te recuerdo que tienes que escribir un libro sobre la salud de los papas en el que te hablaré de mis neurosis”, le comentó al médico argentino Nelson Castro en 2017, un gesto que subraya su deseo de mostrar su humanidad. Tal como explicó Castro, Francisco lo hizo para “mostrarse como un ser humano” porque «el papa puede ser infalible en cuestiones doctrinales, pero es un ser humano que sufre”.
Las entrevistas de Francisco con el médico Nelson Castro desnudan una historia de enfermedades y retos personales que lo han acompañado a lo largo de su vida. Entre ellos, destaca su operación de pulmón a los 21 años debido a la gripe asiática. “Sentí que mi estado era realmente grave”, recordó en su autobiografía Esperanza (2025). Además, el papa nunca ocultó sus problemas con la columna y su estenosis diverticular del colon, que le llevó a someterse a una intervención quirúrgica en 2021.
En una entrevista con Dominique Wolton, el papa reveló cómo, durante los años 70 y 80, se sometió a psicoanálisis. Un hecho revelador para la Iglesia, que históricamente había tenido reservas sobre esta práctica. Como él mismo expresó, esa terapia le ayudó a “afrontar sus miedos” en una época difícil, marcada por la dictadura de Videla en Argentina.

El papa Francisco coloca rosas blancas en las fosas Ardeatinas, donde fueron fusiladas más de 300 personas en la II Guerra Mundial.
Un cambio radical en el rito funerario
El papa Francisco también modificó las tradiciones, no solo en vida, sino también en cuanto a la muerte. Durante una conversación con la periodista Valentina Alazaraki, confesó que había simplificado el rito funerario papal: “Lo hemos simplificado bastante. Había que hacerlo, ¡seré el primero en demostrarlo!”, dijo con una ironía que refleja su estilo característico.
Este cambio radical incluye la reducción de los tiempos de las exequias y una menor solemnidad en las ceremonias. Como él mismo dijo, su funeral no será como los anteriores, donde el cuerpo del pontífice se exponía durante días en la basílica de San Pedro. Francisco prefiere algo más sencillo y directo.
Quizás la decisión más sorprendente de todas es su elección sobre dónde desea ser enterrado. Francisco expresó su deseo de ser sepultado fuera de los límites del Vaticano, en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, un lugar muy cercano a su corazón. Esta elección marca una clara ruptura con las tradiciones de los papas anteriores, quienes fueron enterrados en las Grutas Vaticanas. En palabras de Francisco, este sitio tiene un valor simbólico especial debido a su devoción a la Virgen de las Nieves, que se venera en esa basílica.
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