El legendario tenor peruano, célebre por su elegante fraseo en Mozart y Rossini, falleció tras una prolongada hospitalización, dejando un legado imborrable en la ópera mundial.

Por Alejandro Saldaña

Luis Ernesto Alva Talledo, el destacado tenor peruano también conocido como Luigi Alva, falleció la noche de este 15 de mayo a los 98 años tras una prolongada hospitalización. Tal y como confirmaron fuentes familiares a Platea Magazine, Alva expiró rodeado de sus seres queridos en Lima, poniendo fin a una vida dedicada al bel canto. La noticia ha conmovido al mundo lírico, que reconoce en él a uno de los grandes ‘gentiluomini’ del Rossini y Mozart del siglo XX.

Su último cumpleaños lo celebró el pasado 10 de abril con felicitaciones de instituciones y aficionados, recogidas en redes sociales y en un homenaje digital de Opera Magazine. La cuenta oficial de la revista española de música clásica, Platea Magazine, replicó en X la noticia recordando su paso por la Metropolitan Opera.

Luigi Alva

Luis Alva debutó en el Teatro Nuovo de Milán en 1954 con la ópera La Traviata, marcando su primera aparición en un escenario italiano.

De la Marina a la Scala de Milán

Luis Ernesto Alva Talledo nació en Paita en 1927 y llegó a Lima con apenas seis años, donde estudió en los colegios La Salle y Anglo Peruano y comenzó a cantar en actos escolares. Al terminar la secundaria, ingresó como cadete a la Marina de Guerra del Perú, pero un encuentro decisivo cambió su rumbo: la musicóloga y compositora Rosa Mercedes Ayarsa le aseguró que su futuro estaba en la voz y no en el uniforme.

En una entrevista con El Comercio, el gestor cultural y director ejecutivo de Sinfonía por el Perú, Miguel Molinari, reconstruye estos primeros años formativos de Alva, subrayando que a los 22 años el joven tenor ya sobresalía en la zarzuela Luisa Fernanda y en los concursos de canto de la radio. Molinari recuerda que, aunque Alva quedó segundo en “El Gran Caruso” —una competencia global auspiciada por Metro-Goldwyn-Mayer tras el éxito de la película homónima—, fue él quien realmente hizo carrera con aquel impulso inicial.

Luigi Alva

En 1957, participó en el Festival de Edimburgo, consolidando su presencia en los principales escenarios europeos.

Impulsado por esa certeza, en 1953 Alva vendió todas sus pertenencias para costearse el viaje a Milán. Gracias al apoyo de la Internacional Petroleum Company y a una beca del Ministerio de Educación del Perú, el tenor encontró en Italia la oportunidad de trabajar con maestros de canto y presentarse en audiciones ante públicos exigentes. En la Piccola Scala, teatro menor contiguo al Gran Teatro de la Scala, interpretó la Ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, «Così fan tutte», pero aquel papel de ópera de cámara solo fue el prólogo de su gran momento.

Molinari señala que Víctor de Sabata, director de la Scala, lo escuchó en el aria de «El matrimonio secreto» de Cimarosa y decidió incorporarlo al elenco principal. Poco después, Carlo Maria Giulini, al frente de la producción de El Barbero de Sevilla, lo convocó para interpretar al Conde de Almaviva junto a María Callas, Tito Gobbi y Nicola Rossi-Lemeni. Según Molinari, Alva se sorprendió al enterarse de que sería él, el único debutante, quien compartiría escena con esas megaestrellas de la ópera.

Luigi Alva

Alva fue distinguido con la Orden El Sol del Perú en grado de Gran Oficial en 2000 y posteriormente en grado de Gran Cruz en 2004.

Esa noche del 16 de febrero de 1956, con 29 años recién cumplidos, Alva vivió su renacer artístico ante la audiencia milanesa. Horas antes, confesó a El Comercio que se sentía preparado tras tantos ensayos, pero abierto a la emoción de lo desconocido. Los prolongados bravos que recibió tras el aria del Conde de Almaviva confirmaron que no solo había alcanzado el nivel técnico necesario, sino que había conquistado el corazón del público italiano.

La crítica de diarios como Corriere della Sera, que elogió su “fino timbre de voz mostrando ternura”, y la del maestro Giulio Confalonieri, que destacó sus “expléndidas armonías vocales”, consolidaron su estatus de promesa cumplida. Molinari enfatiza que ese debut fue un parteaguas: la frescura y el carisma del joven tenor contrastaron con el perfil más dramático de otras figuras, convirtiéndolo en el gran triunfador de la velada.

Luigi Alva

Luis Alva participó en más de 261 recitales y veintiocho temporadas en La Scala de Milán, siendo uno de los tenores más recurrentes en este teatro.

Con su arribo triunfal a la Scala de Milán, Luis Alva no solo selló su destino como tenor ligero de renombre internacional, sino que inauguró una trayectoria que inspiraría a generaciones de cantantes peruanos y dejaría una huella imborrable en la historia del bel canto.