El arquitecto Jordi Puig explica el concepto detrás de Bodega MATE, una tienda de diseño contemporáneo latinoamericano albergada por una antigua casona barranquina.

Por Rebeca Vaisman / Fotos de Elsa A. Ramírez

Bodega MATE

Cuando se tomó la decisión de convertir el restaurante del Museo de Mario Testino, MATE, en la nueva tienda, el primer reto que se le planteó al arquitecto Jordi Puig fue que su diseño no transgrediera la tipología de la casona que acoge a la institución. Fue el propio Testino quien eligió a Puig, y quien le hizo un requerimiento de partida adicional: quería una tienda netamente barranquina, no quería otro estilo, nada escandinavo, ni minimalista, ni ninguna otra tendencia. Puig tuvo que reflexionar sobre el espíritu del distrito, aquello que hace que el “estilo barranquino” sea reconocible. Empezó por respetar la fachada del volumen en el que funcionaría la tienda, haciendo escaparates en dos de sus ventanas, y dejando otras tal cual, sin intervenir.
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Se concentró además en los conceptos de bodega y almacén, en su cercanía, calidez y en la capacidad que tienen de reunir cantidad y diversidad de objetos.
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De esa característica recibe su nombre la tienda, bautizada como Bodega MATE.

“El piso existente era muy bonito, por eso lo dejamos y de ahí sale la atmósfera”, explica Puig sobre el piso, una réplica de patrón antiguo de donde se extrajo el color rosa pálido de la tienda, “que combina muy bien con el celeste de los exteriores de MATE”, agrega el arquitecto. También respetó otras piezas que ya habían sido usadas en el espacio: el gran medallón de espejo, que se ubicó como un remate a la tienda, la banqueta tapizada con textil ayacuchano, y la lámpara dorada de techo. Jordi Puig diseñó el interiorismo en función a esos elementos.

Bodega MATE

Bodega MATE

Vintage y contemporáneo

El arquitecto partió de la tipología de la propia casa, trasladando los ornamentos del edificio a manera de coronación de las grandes estanterías que van a todo lo largo del espacio. Aquí se han combinado repisas con hornacinas en carpintería blanca, confiando en la iluminación para imprimir a todo el mueble un look actual. Puig apuesta por la luz dramática y focal para destacar los productos, a través de cintas de led embutidas en las repisas que le dan más cuerpo al mueble, y para darle a un escaparate de museo un giro distinto.

La joyería representa un rubro importante para la tienda, así que los exhibidores debían ser una presencia notable, que además fuera flexible, ya que los volúmenes debían poder rotar en el espacio sin que este pierda su expresión.
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Puig optó por cajas en filete dorado mate, “que combina muy bien con el rosa y con las piezas doradas de la tienda”, explica. “Teníamos que ir amarrando las cosas con perfilería dorada y con acabado mate, para que le dé más fuerza a la carpintería blanca, al fierro pintado. Teníamos que jugar con estos materiales para lograr que sea, ante todo, una tienda contemporánea”. Esa intención se reforzó con el techo revestido en lámina de fórmica con acabado de espejo, sobre el cual se pegaron las letras MATE en vinil. Un recurso que le quita definitivamente cualquier solemnidad al espacio, y que le da, literalmente, otra dimensión.

El diseño de la tienda logra combinar una arquitectura tradicional con las piezas clásicas que recibe (el espejo de marco dorado, el piso), y aun así conseguir una atmósfera dinámica y contemporánea, que haga justicia a las piezas de arte, moda y diseño que expone.

Bodega MATE