A veces, las casas de campo se adaptan dramáticamente a la geografía del terreno. Es el caso de este proyecto residencial cuyos autores son Francisco Dulanto y Adrián Espinosa Saldaña, del estudio Dulanto + Espinosa Saldaña.
Por Laura Alzubide
Todavía no está construido. Pero el proyecto de esta casa, ubicada en Cieneguilla, ya revela sus cualidades con un diseño arriesgado. El primer requisito, obligatorio por la configuración en pendiente del terreno, era acomodarse a la topografía. El segundo, no menos importante, era que cada miembro de la familia –una pareja joven con dos hijos adolescentes– contara con ambientes sociales cómodos e independientes. El reto fue asumido por los arquitectos, Francisco Dulanto y Adrián Espinosa Saldaña, para crear una vivienda que evoca alguna de las cualidades del estilo orgánico.
El proyecto de la Casa DC abarca un área techada de cuatrocientos metros cuadrados, dividida en tres niveles que están separados en dos plataformas. A la altura de la calle se encuentran el área de estacionamientos y los espacios complementarios. En la segunda plataforma, el área social –sala, comedor, cocina, terraza y piscina– y la zona de servicio. Y, en el nivel superior, los ambientes íntimos o familiares, que constan de tres dormitorios, sala de estar y terrazas.
“De acuerdo a las solicitudes del cliente y a la topografía del lugar, concebimos la casa a manera de andenes, integrando la volumetría al entorno natural”, revelan los arquitectos, quienes propusieron para tal fin un conjunto de volúmenes. El principal es el área social, coronada por una gran viga de concreto caravista. Adosados a este volumen, esbozaron un volumen transversal de carácter íntimo, que asoma a través de las terrazas; el volumen vertical de la escalera, que los une, y el volumen horizontal de la piscina que, junto a las terrazas, se integra a los andenes.
“Hemos tratado que todos los recorridos generados dentro del proyecto integren los espacios arquitectónicos con el paisaje y su vegetación”, explican Dulanto y Saldaña Espinosa. “La intención es que la casa esté abierta al agradable clima de la zona, que permita apreciar la privilegiada vista y que a su vez se adapte a la topografía del lugar, no solo mediante los niveles, sino también a través de los materiales de carácter atemporal, como el concreto expuesto, la piedra y la madera”.
Artículo publicado en la revista CASAS #292