En esta edición de Altoparlante, reseñamos lo último de David Byrne –que regresa con «American Utopia»–, Lucy Dacus, Gonzalo García-Sayán y Seun Kuti.

Por Raúl Cachay A.

Poder femenino

Julien Baker, Mitski, Soccer Mommy… Corren buenos tiempos para las artistas independientes que buscan seguir la riquísima tradición de las cantautoras confesionales que nunca se desbarrancan en los abismos del sentimentalismo y la cursilería, que tiene en leyendas como Joni Mitchell, Kate Bush o Polly Jean Harvey a algunas de sus prosélitas más notorias. Lucy Dacus, natural de Virginia, acaba de lanzar –a los veintitrés años– un fantástico segundo álbum con el sello Matador, que la posiciona inmediatamente en la vanguardia del indie rock hecho por mujeres en Estados Unidos. “Historian” es una colección de canciones que interpelan y seducen al oyente por la convicción con la que son interpretadas: Dacus nos fuerza a prestarle atención, a que nos dejemos llevar por la calidez de su voz para luego confortarnos con letras que pueden llegar a desarmarnos con su expansiva honestidad. A seguirle la pista.

Lucy Dacus

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Primera vez

Lo primero que debemos reconocer del cantautor peruano Gonzalo García-Sayán y de su ópera prima, “Regresa”, es su valentía: pocos músicos peruanos se atreverían a incluir en su primera producción discográfica sendos covers de dos rotundos tótems del repertorio nacional: la canción del recientemente fallecido Augusto Polo Campos que da título al disco y “El cóndor pasa”, la histórica composición de Daniel Alomía Robles que en su momento también recibió un tratamiento (pop) similar de parte de Paul Simon (por no decir nada de la réproba e incendiaria versión de los Manganzoides intitulada “El cóndor pasta”). Lo más interesante es que ninguno de estos covers se percibe complaciente o efectista, sino todo lo contrario. “La vida se me va (El cóndor pasa)” es especialmente notable: una versión que se aleja respetuosamente del original para configurar algo nuevo y diferente, incluso dentro del  propio disco, que en muchos de sus otros cortes parece revelar cierta filiación con el Charly García de “Yendo de la cama al living” o “Piano Bar”, posiblemente los mejores discos del genial músico argentino. Con sus altas y bajas, se trata de un sólido debut como solista del exintegrante de Space Bee. A esperar próximas entregas.

Gonzalo García-Sayán

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Herencia de sangre

Oluseun Anikulapo Kuti, mejor conocido como Seun Kuti, es el más joven entre los descendientes del incomparable Fela, y es también uno de los principales responsables –junto con Femi Kuti, su hermano mayor– de que la antorcha del afrobeat se mantenga hoy tan incandescente y relevante como en los tiempos en que su padre causaba revuelo y despertaba conciencias con cada nuevo disco. Hoy, al frente de Egypt 80, la mítica banda fundada por su progenitor (que solía llamarse Africa 70), Seun Kuti extiende el legado musical fundado por Fela con un nuevo disco irresistible, “Black Times”, que resulta perfecto para entender que la leyenda de los Kuti aún no se ha apagado ni se apagará en el corto o mediano plazo.

Seun Kuti

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El ritmo de la sabiduría

David Byrne, exlíder de Talking Heads, vuelve a lo grande con “American Utopia”, su primer álbum ‘oficial’ como solista en catorce años.

Los melómanos peruanos estamos casi obligados a tenerle cariño y gratitud a David Byrne, no solo porque él contribuyó a difundir la música afroperuana lejos de nuestras fronteras y convirtió a nuestra Susana Baca en un referente absoluto de la World Music en todo el planeta (a través de Luaka Bop, su sello discográfico), sino también  porque fue probablemente la primera auténtica leyenda del rock que se animó a presentarse en Lima cuando, por diversas razones, ningún cantante o banda –vigente o no– pasaba jamás por el Perú (los memoriosos tenemos la fecha grabada: marzo de 1998, en un ya desaparecido local de la Costa Verde).

David Byrne

Como solista, hay que decirlo, Byrne nunca consiguió alcanzar los picos de creatividad, riesgo y trascendencia a los que llegó con los Talking Heads, una banda que a estas alturas ya tenemos muy claro que no  seguirá la tendencia nostálgica de tantos otros congéneres y jamás se reunirá para tocar sus hits clásicos y ganar millones de dólares en giras y conciertos. Eso no quiere decir que los discos que lanzó desde el fin de los Heads en 1991 no hayan sido de interés y, en algunos casos puntuales –como sus más recientes colaboraciones con Brian Eno y St. Vincent–, decididamente buenos.

Pero hay algo en este flamante “American Utopia” que lo distancia de sus predecesores. De hecho, hacía tiempo que Byrne no se abandonaba con tanta urgencia y libertad a su legendaria y ecléctica excentricidad. Con colaboradores tan diversos como Oneohtrix Point Never y Sampha, entre muchos otros, este es un disco que nos ofrece a un Byrne rejuvenecido, que parece haber encontrado nuevos ímpetus creativos en la cooperación con artistas más jóvenes pero igual de curiosos y talentosos como él. Bienvenido de vuelta.