En esta edición de «Arte», te presentamos la muestra del artista uruguayo Ricardo Pascale, los dibujos de Daniel Rodríguez Collazo, los personajes de  Gonzalo García Callegari , y más. 

Por Gloria Ziegler 

1. La espiral infinita

Ricardo Pascale parte de un manifiesto singular: cree que el arte funciona como un medio para que las personas tomen conciencia de sí mismas. Con esta premisa, El elemento analiza la vorágine en la que vive la sociedad contemporánea y cómo esta afecta la relación entre las personas y su entorno. La muestra del artista uruguayo está integrada por un conjunto de obras monocromáticas que tienen a la línea –y a su movimiento– como eje. Se presenta hasta el 25 de mayo, en Galería del Paseo.

2. Hilos invisibles

Los paisajes urbanos de La Habana son una constante en la obra de Daniel Rodríguez Collazo. Y esta no es la excepción. Ciudades infinitas toma influencias del libro Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, y las trasplanta en espacios emblemáticos de Cuba y Perú –La Plaza de la Revolución, La Casa de las Américas, las Líneas de Nazca y Machu Picchu, entre otros–. La exposición, formada por trece dibujos en carboncillo, de pequeño y gran formato, se exhibe en la Galería Evolución, desde el 21 de abril hasta el 21 de junio.

3. Cambio de roles

Aquí hay una cebra sibarita, un elefante equilibrista y un dúo de gatos hípster en una barbería, junto a una docena de personajes. Sin embargo, nada es tan cándido como podría esperarse. Canción animal reúne treinta y dos piezas –desde acrílicos y carboncillos sobre tela hasta acuarelas y dibujos a lápiz– que intentan revisar la mirada y la relación que tenemos con los animales. Este proyecto de Gonzalo García Callegari se exhibe en la galería del Centro Cultural El Olivar, hasta el 20 de mayo.

4. El símbolo fragmentado

Pavilhão/Pabellón es una exposición en dos tiempos. En el primero, Daniel Barclay presenta una instalación de grandes dimensiones, creada a partir de la fragmentación de la bandera peruana y variaciones sutiles de sus colores. ¿El motor? Cuestionar la idea de que la identidad de una nación pueda representarse en una sola imagen. En el segundo, por otro lado, exhibe una serie de cinco piezas independientes, con influencias del neoconcretismo. Se puede visitar hasta el 16 de mayo, en la Galería Cecilia González Arte Contemporáneo.

Todas las fibras

“Horror Vacui” en Lima

Hace dieciséis años, cuando David Zink Yi llegó a Cuba por primera vez, se sintió atrapado. La música siempre había sido un lenguaje especial para él. Pero aquello –ese poder para definir y estructurar las prácticas sociales, culturales y religiosas– era algo nuevo. “Mi interés no fue tanto por lo popular si no por lo complejo y mágico con lo que esta gente define su entendimiento musical”, explicó el artista peruano, hace un tiempo, en una entrevista con el curador Gean Moreno.

Zink Yi combina imágenes de los
ensayos de la banda De adentro y
Afuera con escenas religiosas de
ceremonias populares.

“Horror Vacui” es el resultado de esa pulsión. Y, sin embargo, no se queda en la fascinación del turista. En lugar de eso, plantea paralelos nuevos entre la tradición musical y los rituales religiosos más arraigados en la comunidad cubana. Conseguir algo así no fue sencillo: Zink Yi necesitó tres años para lograr esa intimidad en las filmaciones y otros dos para la edición. El resultado es una videoinstalación de dos horas con diecisiete minutos, donde combina imágenes de los ensayos de la banda De adentro y afuera con escenas religiosas del batá y el wiro, entre otras ceremonias populares. Así, de a poco, el espectador va uniendo fragmentos y encontrando las fibras que encierra la música para este pueblo. Estará en exposición hasta el 30 de junio, en Proyecto AMIL.